jueves, 23 de agosto de 2018

Papelera

Alberto Vázquez-Figueroa: “El auténtico vicioso de la literatura sabe muy bien que se disfruta más escribiendo basura que no escribiendo nada”

AMENAZA
Si me echas, me voy.
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–Hace mucho que no sé nada de Juan. ¿Sigue trabajando de cocinero?
–No. Perdió la olla.
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–A esto lo llamaré árbol. A esto, pájaro. A esto, nube.
–¿Y a esto, Eva?
–Hum. No sé. ¿Fláccido?
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BRRR
Mi marido nunca se apresura: habla pausadamente, come despacio, plancha lentamente, conduce siempre por debajo del límite de velocidad, tarda una eternidad en leer un libro. Sin embargo, en la cama es Speedy González.
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–Dad a César lo que es de César –dijo Bruto.
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–¡Puaj! AB+ –dijo el conde.
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–¿Madera de cedro? Pero si es carísima.
Noé decidió utilizar juncos. Y el arca se fue a pique.
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SÍNDROME DE CAM
Su padre, el pobre, tiene el síndrome de Noé. A todo el mundo se lo dice entre risas.
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–¿Qué te ha pasado en la frente?
–Fue un platillo volante.
–¿Un platillo volante?
–En una boda griega.
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–Quiero que sonría… A ver. No, mejor que no sonría… ¡Qué seria! Mejor con una sonrisa… Hum… Se ve tan falsa. Que no sonría.
–Se acabó. Déjeme, micer Francesco. Que salga lo que salga –dijo Leonardo.
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El martes, en el templo, Dagón estalló.
–¿Es que no podías por una vez ofrendarme cordero? –preguntó a los sacerdotes–. Vais a conseguir que odie el pescado.
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Un viejo jugaba a los dados. Extrañado, se acercó a él. Durante un rato, el anciano no le hizo caso. Por fin, levantó la vista y le preguntó:
–¿Qué decías de mí, Einstein?
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MENTIRA PIADOSA
Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.
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–¿Cómo quiere que la peine? –preguntó el peluquero.
–Me da igual, pero no se le ocurra recortarme las puntas –respondió Medusa.
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Loco de alegría, Martín López de Garay bebió tanta agua que el exceso de líquido le causó una inflamación en el cerebro que acabó provocándole la muerte. De nada le sirvió, pues, haber encontrado la fuente de la eterna juventud.
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El décimo ratón pudo ponerle el cascabel al gato, que estaba empachado.
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APUESTA SEGURA
Anunciaron que un meteorito se estrellaría contra la Tierra. Aposté 50.000 a 1 a que finalmente se desviaría.
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–Una persona a la que no conocía de nada comenzó a darme codazos y patadas.
–¿Y qué hiciste?
–¿Qué querías que hiciera? Me armé de paciencia, traté de dormir yo también y pensé que en siete horas el avión llegaría a su destino.
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El Antiguo Testamento seguía siendo un longseller, pero las ventas del Nuevo Testamento se habían estancado. El lanzamiento del Tercer Testamento fue aplazado sine die.
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–Hágase la luz –dijo el recién llegado.
–¡Mierda! –exclamó Cthulhu, que corrió a esconderse.
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ESCRITOR SUICIDA
Su penúltimo libro narra la vida de una maestra jubilada que recuerda su vida mientras pasea por una playa del norte. Con esta novela ganó el Premio Nacional de Narrativa, el Premio de la Crítica y el Premio Médicis. Su última novela describe el apocalipsis zombi.
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CONTRAFACTUAL
En un primer momento se enfureció.
–¡Qué ingrato! –dijo.
Sin embargo, decidió que no tenía nada que reprocharse: no había hecho nada malo.
–¡Bah! ¡Que le den! –exclamó Caín, que cogió su cayado y fue a apacentar sus ovejas.
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VIDAS PARALELAS
A Menelao le enfadó que le robaran a Helena y a Aquiles le encolerizó que le quitaran a Briseida.
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–Hoy vamos a comer chorizo. Muy rico.
–¿Chorizo? ¿Chorizo de cerdo?
–Por supuesto.
–¡Puaj! No voy a probarlo, Circe –dijo Ulises.
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El sultán no pudo pegar ojo en toda la noche. Soñó con horribles genios, crueles magos, espeluznantes fantasmas y otras siniestras criaturas. Por la mañana, nada más abandonar el lecho, hizo llamar al verdugo y le ordenó que cortara la cabeza a Scheherezade.
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–¿Por qué bebes, Tarzán?
–Porque Chita tiene un insomnio terrible.
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El escritor se sentía mal: nadie le plagiaba.
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Les narraba cuentos durante toda la noche. Ellos no perdían atención. Parecía gustarles lo que les contaba. Sin embargo, nunca conseguía que le aplaudieran. Cuando amanecía, a los trolls siempre les ocurría lo mismo. Por mucho que lo intentara, no podía dejar de convertirlos en piedra.
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–Vanags, te vas a quedar pasmade. ¿Sabes lo que he escuchado?
–¿Cómo puedo saberlo, Lapsa?
–Pērkons está embarazade.
–¿Embarazade? No me lo esperaba de elle.
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SOBRENATURAL
Dios lanza los dos dados. ¡Quince!
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–¿Qué ve? –le preguntó a la quiromántica.
–Algo terrible: usted es un Nexus 6.
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–Come –dijo Casio Querea.
–Tela –respondió Calígula, que no pudo evitar sonreír.
Casio comenzaba a cansarse.
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En 1457, Henrique el Navegante envió una nao para que explorara el océano occidental. João da Costa Brás, su capitán, descubrió el triángulo de las Bermudas.
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–¡Lo conseguí! –gritó el alquimista cuando se dio cuenta de que estaba dentro de la probeta.
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LAMARCKIANA
Irremediablemente fisgona, siempre estaba asomándose a las ventanas de todo el vecindario. Tuvo una hija jirafa.
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1994
El editor le dijo a Orwell que por problemas con el papel su novela se publicaría finalmente en 1949.
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–Fui a una peluquería low cost y mire, mire lo que le hicieron a mi cabello –dijo Medusa.
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Antes del fin, Watson le dijo:
–Me cansé de sus burlas y de sus desplantes, Holmes. Quiero que sepa que hace mucho tiempo que trabajo para Moriarty.
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ÉXITO
Cada vez está más flaco y tiene más pelo.
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EL GATO DE SCHRÖDINGER
Esta tarde voy a dedicarla a escribir. No sé lo que saldrá.
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Las trincheras alemanas eran más profundas, más grandes, más cómodas. Las trincheras francesas y británicas, por el contrario, eran rudimentarias, pequeñas e incómodas. La guerra de trincheras la ganó Alemania.
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PARADOJA
Su mujer le engaña. Le importa un cuerno.
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BOCATTO DI CARDINALE
Don Diego de la Reguera, cardenal de la Iglesia romana y arzobispo de Lima, visitó las selvas de la audiencia de Quito. Cayó en manos de los jíbaros, que lo encontraron jugosísimo.
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Era un sádico. Se dedicaba a diseñar asientos para aviones.
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Usted se equivoca. Yo no escribo fragmentos, sino textos muy breves.
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El martes empezó a nevar y se hundieron las temperaturas. Sin embargo, el comité organizador no perdió la calma. Se puso en contacto con los países participantes y les anunció que finalmente se celebrarían los Juegos Olímpicos de Invierno.
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A la Reina de las Nieves ya no le preocupa la revolución, sino el cambio climático.
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TALIÓN
Shamash ha matado accidentalmente al único hijo de Ashdum. Hammurabi ordena entregar al verdugo a los seis hijos de Shamash.
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ESCRUPULOSO
No se fiaba del ordenador. Contaba los caracteres a mano.
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Moisés, hermano, lo que no entiendo es por qué llamas Yavé a Atón.
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–Responda, ¿quién descubrió el Nuevo Mundo?
–Américo Colón.
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EL CONEJO Y EL SALMÓN
El conejo veía al salmón y pensaba: Feliz él, que nada tiene que temer del zorro. El salmón veía al conejo y pensaba: Feliz él, que nada tiene que temer de la nutria.
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Arrojó el cadáver del dictador al mismo vertedero de la historia en que, muchos años después, arrojarían el suyo.
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El martes empezó a nevar. Según me dijeron, era la primera vez que ocurría en Miami. Me vi obligado a suspender mi conferencia: El cambio climático, una patraña.
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CRISIS PSICOHISTÓRICA
Trump fue un imprevisto.
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Cuando asaltaron el palacio real, los revolucionarios comprobaron que el monarca no era inviolable.
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Felipe II está triste. No le alcanza la plata.
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TALIÓN
La bailarina Beltis y la flautista Ri discutieron. Sentían celos profesionales una de otra. Ri golpeó con su flauta a Beltis y la dejó coja. Hammurabi ordenó que le cortaran la mano izquierda a Ri.
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Hace 480 años, Diego López de Escobedo descubrió la fuente de la eterna juventud. Hace tres años que está desesperado, desde que comenzó la sequía.
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¿Has visto, Sarah? El Scharführer es un hombre razonable. Me acaba de prometer que nos permitirán darnos una ducha cuando bajemos del tren.
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Le vi por la calle. Me acerqué y le dije que, desde que me abandonó, la inmensidad de mi dolor no me dejaba vivir.
–¿Y quién sois vos? –me preguntó don Juan–. No os recuerdo.
Fue la gota que colmó el vaso, señoría. Saqué la daga que tenía oculta en la liga y...
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–Tienes que hacer algo, Loli. Cada vez que tengo una cita, los hombres se quedan de piedra cuando miran mis pelos –dijo Medusa.
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–Y tú, ¿por qué estás en la cárcel?
–Por culpa de la alopecia. La policía encontró un pelo mío en la escena del crimen.
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P: A quien madruga, Dios le ayuda.
R: No por mucho madrugar amanece más temprano.
S: ¿En qué quedamos?
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Cuando asaltaron el palacio real, los revolucionarios comprobaron que el monarca no era inviolable.
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Le toqué el hombro a Järvinen y le hice notar que el Rex estaba allí delante.
–Prepare el 577 –le susurré.
Estaba nervioso.
–Ahora. Dispare.
Järvinen no me hizo caso.
–¡Dispare! ¡Dispare!
El Rex se acercaba.
–¡Por todos los demonios, dispare!
Järvinen estaba paralizado.
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Kampala, 2098. Phuong Kipenzi visita a la doctora Rafiki, que le pregunta:
–¿Qué es lo que quiere? Supongo que una reducción de pechos.
–¿Una reducción? Nada de eso, doctora. Quiero agrandármelos.
–¡Qué anticuada!
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Los dos hermanos han encontrado otro prometedor planeta. Siglos de diversión les espera. Formarán dos bandos, pero antes tienen que repartir los papeles. Los echan a suertes. Uno será Yavé, Āyin, Osiris, Shiva, Ŭm; el otro Satán, Māni, Set, Jiva, Yang.
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Sucedió lo inevitable: el Departamento de Sanidad de la provincia de Judea le impuso una multa por intrusismo profesional: Jesús practicaba públicamente la medicina sin poseer título alguno.
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EL CONEJO, EL SALMÓN, EL ZORRO Y LA NUTRIA
El conejo veía al salmón y pensaba: Feliz él, que nada tiene que temer del zorro. El salmón veía al conejo y pensaba: Feliz él, que nada tiene que temer de la nutria. El zorro veía a la nutria y pensaba: Feliz ella, que tiene miles de salmones para pescar. La nutria veía al zorro y pensaba: Feliz él, que tiene miles de conejos para cazar.
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A los alienígenas les gusta abducir vacas. Son un poco gallegos.
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El joven turco era moreno y guapo. Tenía la piel suave. Había un ligero bozo sobre su labio superior. Vlad Tepes no pudo evitar empalarle.
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Los dioses están hambrientos. Me han dicho que, si no estamos dispuestos a capturar prisioneros que sacien su apetito, nosotros mismos tendremos que ser su alimento… ¿Qué hacéis? Yo, no. No, NOOOooo…
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–Me han malinterpretado. Lo que quería decir era que el dios Odín había muerto –dijo Nietzsche.
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PRESUNTUOSO
En nombre de Castilla, tomó posesión de unas tierras que eran cien veces más extensas que Castilla.
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EL FIN
En 2012, la abeja Maya picó al alérgico a la picadura de abejas.
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He afrontado con entusiasmo los contratiempos. A todo el mundo he tratado siempre con calidez. Es una maravilla mi resistencia frente a las tentaciones. ¿Y ahora me dices que no puedo entrar en el Cielo porque me negué a pagarle tres denarios a un inocuo sacerdote?
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–Me ha asegurado que ésta es una tierra de leche y miel. El clima es muy suave a lo largo de todo el año. Y, Sara, está muy bien comunicada.
–A mí, la verdad, me gustaba más donde vivíamos antes, Abraham.
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En el principio, la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo. Y dijo Él: ¡Abrakadabra!
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ASÍ FUE CÓMO EMPEZÓ TODO
–Miren lo que hay en el cielo –dijo alguien.
Todos salieron al balcón y se quedaron contemplándolo.
–¡Eh! No se olviden de mí. ¡Que alguien me ayude! –grité.
Pero estaban tan distraídos que nadie me hizo caso. No paraban de hablar excitados:
–¡Qué maravilla! ¡Extraordinario! ¡Han llegado!
–¿Qué pasa? ¿Qué es? –pregunté.
Pasaron cuatro o cinco minutos, no más. Pensé que lo que quiera que fuese lo vería mejor en la calle. Me costó llevar la silla de ruedas hasta la puerta del ascensor; generalmente alguien me ayudaba. Estaba esperando que llegara cuando aquello sucedió. Sólo escuché un ligero estallido.
–¡Vaya! Se ha ido la luz –dije¬.
Saqué el móvil para iluminarme con la pantalla, pero no funcionaba. Chocando con todo, conseguí regresar al piso. Advertí entonces el fuerte olor a yodo.
–Chicos, ¿qué ha pasado? –pregunté.
Nadie respondió. Allí no había nadie. Y no volví a ver a nadie hasta que, tres semanas después, os encontré a vosotros. ¿Sabéis qué ocurrió?
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Llamó rescatados a los inmigrantes ilegales y recibió el Premio al Eufemismo del Año.
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¡Estúpidos! Antes de la batalla, unos rezan a Quemos y otros a Yavé. No comprenden que soy el mismo.
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14:55
El avión salió de Bucarest poco antes del amanecer, a las 06:55 horas. Después de hacer una breve escala en Ámsterdam, llegó a Nueva York quince horas después. Desgraciadamente, el conde olvidó ajustar su reloj a la hora local.
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–El martes bajé las escaleras y encontré un cadáver descomponiéndose.
–¿Y qué hiciste?
–¿Qué iba a hacer? Llamé al técnico de reparación de ascensores para que viniera cuanto antes.
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Los heraclitianos nunca están quietos. Siempre andan trasladándose de un sitio a otro. Su religión les prohíbe bañarse dos veces en el mismo río.
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Los animalistas le denunciaron porque tenía mariposas en el estómago.
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–¿Quién creen que pudo secuestrarle?
–No descartamos ninguna hipótesis.
–Sospechan que pudo ser abducido por extraterrestres.
–Hum. No descartamos ninguna hipótesis… plausible.
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Montresor, ya está bien. ¿Dónde estás? Me estoy empezando a quedar sin aire. Ven a sacarme de aquí y dame a probar ese amontillado. ¡Montresor! ¡MONTRESOR!
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Carlos Rafael Meza trabaja en la ventanilla de registro de la municipalidad de Riorrojas. Hoy se siente mal. Su jefe le estaba mirando y le ha resultado imposible hacer esperar a nadie u obligarle a regresar porque al impreso le faltaba una casilla sin rellenar. Hoy no ha podido fastidiar a ningún usuario.
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–Compañero presidente, el pueblo no puede comer pollo.
–Que coma buey de Kobe.
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TALIÓN
Nisan, que no tiene hijos, mata accidentalmente al hijo de Addaru. Hammurabi ordena a Nisan que se case y tenga un hijo y que éste sea entregado al verdugo.
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Thomas Kelly, el famoso actor, tenía la costumbre de acostarse, por una mera cuestión de química, con las coprotagonistas de sus películas. El problema estuvo cuando le ofrecieron trabajar en una que combinaba acción real y dibujos animados.
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Le gustaba tener citas a ciegas; era la única manera. Sin embargo, Medusa no entendía por qué nunca venían con los ojos vendados. Por mucho que lo intentara, no podía dejar de convertirlos en piedra.
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–¿Qué hay para comer?
–¿Jamón?
–¿Jamón? ¡Puaj! No, no voy a probarlo, Circe –dijo Ulises.
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–¡No me lo puedo creer!
–¿Qué ocurre?
–Los selenitas nos han declarado la guerra.
–Son unos lunáticos.
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Me disparó una hipérbole. Me defendí con un oxímoron. Me soltó una sinestesia. Le arrojé un pleonasmo. Se protegió con una ironía. Le lancé una elipsis, que le dejó desarmado.