Nicanor Parra: “Supongamos que escribo por envidia”.
Más pronto que tarde, todos los validos dejaron de valer.
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Freud interpretó los sueños de Hitler y huyó a Gran Bretaña.
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Quería cagarse en diez, pero estos, claro, no se dejaron.
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–¿Qué has comido hoy?
–Una polémica estéril.
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–¿Tu hijo teletrabajo?
–No, no puede: trabaja en la tele.
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El cura con doble personalidad se confesaba a sí mismo.
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–Soy un parado de cuota.
–¿Un parado de cuota?
–Me despidieron para contratar a una mujer.
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Se sintió una intérprete de éxito cuando la gente comenzó a acudir a los conciertos no por sus provocaciones, sino por sus canciones.
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El león agradece al zorro que no entré en la cueva: tanta comida le ha puesto enfermo.
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Se hizo tatuar el mapa del tesoro en el estómago. ¿Quién podía imaginar que cinco años en puerto le harían ganar tanto peso? Está gordo como un tonel. El mapa no sirve.
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–Anastasia, ¿qué es lo que más te gusta de mí?
–Tu barbilla. La encuentro tan seductora. Me gusta acariciarla, sentir los pelos en la punta de mis dedos.
–¿Sabes, Anastasia? A mí también me gusta tu barbilla.
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EDUCACIÓN PÚBLICA
Primero desapareció el latín. Luego, los números romanos. Finalmente, el alfabeto latino.
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Quiso tentar al ermitaño, pero fracasó: hacía veinte años que no sentía deseos carnales, tres años que era ciego y siete meses que estaba muerto.
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Lo mató porque no había leído a Max Aub.
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–¿Qué haces?
–Llenar una caja con mis cosas. Le acabo de soltar varias verdades al director general.
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Juana está loca. Ha aprendido a jugar al ajedrez y se cree la reina.
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El último hombre vivo sobre la tierra estaba sentado solo en una habitación. De repente, los zombis echan abajo la puerta.
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Para castigar los pecados de los hombres, Yavé envió un gran calor, pero, bondadoso, quiso salvar a Noé y su familia. Fue por eso que le dijo que guardara en la nevera muchos refrescos.
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–¿Me permite ofrecerle un paraguas?
–Pero si aquí no llueve nunca.
–Pues verá como a partir de ahora sí.
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Soy un desastre en la cocina: quise hacer magdalenas, pero me salió un churro.
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El lobo se colocó una piel de oveja y se mezcló entre el rebaño. El disfraz era bueno, tanto que el pastor quiso ordeñarle.
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Asistir al baile fue un error colosal: aquel fetichista ahora no deja en paz a Cenicienta.
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EL COLMO
Todos se entendían en arameo.
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No hice caso de la matriarca de la manada (la verdad, odiaba sus gruñidos) y morí ahogado en el lodo. Mi agonía duró una semana. Pero no lo lamento. Gracias a mi torpeza, llegue al Museo de Historia Natural, donde soy el más admirado.
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POR SI ACASO
El perro persigue al gato, pero se cuida muy mucho de alcanzarle. ¡Qué uñas tiene!
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FUTURISMO
El ruido del centrifugado de una lavadora es más hermoso que la sinfonía número 34 de Mozart.
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–Brunetto, ¿por qué estás tan feliz?
–Porque Lucrecia Borgia me ha invitado a tomar una limonada.
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–Cuando me dejes, olvídame.
–Vale, pero ¿quién eres tú?
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Soñé que iba a la óptica, me arreglaban las gafas y no me cobraban nada. Cuando desperté, las gafas seguían rotas.
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Me enfadé, claro: lo arrasaron todo. Cogieron frutas y las tiraron al suelo, arrancaron tallos, matas enteras, rompieron, pisotearon, destrozaron. Parecía que por allí hubiese pasado un huracán. Y, lo peor, tuvieron la desfachatez de contar que les había expulsado por comer una manzana.
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–¿No puedes decirme que me quieres?
–Te quiero... lejos.
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Cuando Augusto Monterroso despertó, el dinosaurio estaba allí, todavía pensando si merecía la pena comerse un bocado tan chiquitito.
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De lo que fue capaz Diógenes para no tener que pagar la tasa de basura.
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El optimismo es una enfermedad. Se cura a golpes de la vida.
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Estoy deseando que caiga para acostarme con él.
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–Entonces, ¿te gusta ir a las reuniones de Masoquistas Anónimos?
–Claro. Allí puedo fustigarme sin culpa.
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Su amigo le agarra para que no avance.
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A enemigo que huye, puente aéreo de plata.
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Se enfada cuando tiene que mentirme.
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Aceptó la ofrenda de Abel, el ganadero, y no la de Caín, el agricultor. Jehová no era vegano.
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Pobre avaro.
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LAS PLANTAREMOS
–Eva, no entiendo. Nos han expulsado del Jardín del Edén y tú no paras de sonreír.
–Mira, Adán: he traído estas semillas de manzano.
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–¿Y con éste qué?
–¿Qué hizo?
–La verdad, no mucho.
–¿Un vago?
–Sí, pero su familia era rica. No ha dado un palo al agua en toda su vida.
–Tampoco debemos pasarnos con él.
–Pero tampoco premiarle.
–Que lo pase mal.
–Que nazca en España, en una familia normal.
–¿No será pasarse?
–Votemos. ¿A favor?
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–¿Por qué dejó de hablarte Sergio Gaut vel Hartman?
–Le dijeron que yo había ido a ver una película de Spielberg.
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Las autoridades sanitarias advierten que los cotilleos perjudican seriamente la salud.
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¡Una salamanquesa! El mosquito que me pico anoche va a conocer el sentido de la palabra karma.
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El novelista cambió de género. Ahora millones de lectoras admiran sus novelas.
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–Oí que estabas a punto de casarte.
–Sí. Con María Luisa, una notaria.
–¿Y al final no te casaste con ella?
–No.
–¿Por qué?
–Ella quería hacer separación de bienes.
–¿Y tú no?
–No. Yo estaba de acuerdo.
–Entonces.
–Preparó el documento y me pasó una factura de 350 euros.
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Después de asistir 235 veces a las reuniones de Psicoanalistas Anónimos, comenzó a sentir una mejoría.
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–Me gusta tu rosetón.
–Demuéstralo.
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NO SOBREVIVIÓ
No se le abría el paracaídas. Antes de tirar de la anilla del de repuesto le vino a la cabeza una estadística que había leído en algún sitio: había una probabilidad entre cien mil en que no se abriera.
No se abrió.
No perdió la calma. También había leído que tenía una probabilidad de uno entre cien mil de sobrevivir.
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¬–Quiero recorrer tu cuerpo hasta perder el norte.
–Pues no te hagas ilusiones, que no te dejaré que llegues al sur del ecuador.
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–¿Por qué no vas a hablar con el director general?
–Porque soy un personaje no jugador.
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LE PILLARON COPIANDO
Fue de sobresaliente en sobresaliente hasta el suspenso final.
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Habría sido escritora si no fuera afgana e, inevitablemente, analfabeta, pero era una excelente narradora oral.
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–Pero ¿por qué quieren derribar esa estatua?
–Pues no ves la pinta de fascista que tiene.
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EL COLMO
Perdió el certamen de belleza porque no tenía un título de posgrado.
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–Presidente, ha llegado una respuesta de los talibanes.
–Ah, ¿sí?
–Han enviado en una bolsa la cabeza del negociador.
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Era una gran escritora y una buena esposa, pero le gustaría ver su nombre en la portada.
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Quería ser noticia. Mordió a un perro.
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BIBLIA VEGANA
Y el Verbo se hizo vegetal y floreció entre nosotros.
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Mi abuelo me dijo que debía tener valores, así que, cuando ahorré un poco, compré acciones de Endesa.
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¿Cómo puedes decir que, después de tantos años de activismo, todo sigue igual? Yo antes vivía en un piso de protección oficial y ahora, en un chalé con piscina.
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Se casó a los 65 años. A los 67 fue abuelo.
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Su abuelo hizo fortuna. Él la terminó de deshacer.
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Fue expulsado de las reuniones de Anarquistas Anónimos porque no sabía guardar el orden.
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Alfonso el Sabio no había leído el Libro del Ajedrez, como la Muerte sospechaba.
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Mi hijo se va a mear encima. Después de todo, sólo tiene tres meses.
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No hubo forma de que entrara en Testarudos Anónimos.
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–Ganarás el pan con el sudor de tu frente.
–¿Pan? Entonces, ¿tendré que cultivar trigo?
–Pues claro.
–¿Y podré plantar manzanos?
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Es optimista. Cree que pronto tocará fondo.
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En singular combate, derroté a don Lope de Lastra, a don Suero de Villafáfila, a don Hernán de Monroy.
–Lo he hecho por vos –le dije a mi amada.
–Pues habéis perdido el tiempo –me replicó–. Yo estoy enamorada de C. Tangana.
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El político dijo que no era una crisis matrimonial, sino un enfriamiento de su relación.
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–Leyendo aquella novela se me escaparon varias carcajadas.
–Terrible, querida. ¿Pudiste recuperarlas?
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Cae Kabul.
Bosteza el presidente,
de vacaciones.
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–Allí atan los perros con longanizas.
–¿Y no se las comían y escapaban?
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Si Disney ha hecho una película basada en él, este libro es innecesario; si no, es insignificante.
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PARÁFRASIS
No existe nada tan absurdo que no haya sido por algún ministro.
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Lo que peor llevo de mi vida de casado es mi cuñado.
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Ganó tiempo. Le pidió a la Muerte que le enseñara a jugar al ajedrez.
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Vale, Hacienda somos todos, pero ¿quiénes son todos?
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–¡Ah! ¿Quién eres?
–¿No lo ves?
–¿Eres la…?
–Sí, soy esa de la que te burlaste.
–Yo sólo quería…
–Chis.
–¿Qué… qué vas a hacer conmigo?
–Nada. Ya lo he hecho. Menudo susto que te he dado, ¿eh?
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EFECTO MARIPOSA
Putin nos ha dejado a medio gas. Yo tengo que poner la lavadora a las seis de la mañana.
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La vida es corta. Hay muchos libros. ¿Por qué leer a Joyce?
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Se llevó muchas cosas a la tumba, de ahí que ordenara construir una pirámide tan grande.
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–¿Por qué te castañean los dientes?
–He dejado a mi marido en casa, con el taladro en la mano, a punto de colgar un cuadro.
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No supo que estaba que estaba en contra de la adopción hasta que aquel insoportable imbécil adoptó a un niño.
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El ejército persa, claro, tardó unas horas en aplastar a aquellos insensatos que le cortaban el paso en las Termópilas. Los griegos, tan mentirosos, dijeron que habían sido varios días.
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Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el miedo.
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El príncipe llegó tarde. Gruñón había besado a Blancanieves y la había convertido en su esposa.
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EL COLMO
La Asociación de Abducidos por los Alienígenas España no pudo ser inscrita en el Registro de Asociaciones porque la Administración no pudo contactar con ningún responsable de dicha entidad.
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Tenía muchas ganas de abrir su regalo, tantas que se levantó antes que nadie. Allí estaban las cajas. La de Álex, gigantesca; la suya, minúscula. Cambió los nombres y abrió el regalo de Álex: una colección de libros. ¡Bah! Por la mañana, Álex abrió su regalo: una consola portátil. ¡Bah!
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Intentó fotografiar a Satanás, pero el famoso bandolero Tragabuches le robó la cámara.
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TRES TRUCOS PARA ELIMINAR LOS PELOS DE GATO
1. Moje unos guantes de látex y páselos por la zona llena de pelos.
2. Utilice bayetas de microfibra.
3. Deshágase de su gato.
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Me dijo que iba a contarme un secreto y me pidió discreción. Le respondí que, si quería discreción, no me contara nada.
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El zapato encaja sin esfuerzo. Cenicienta, loca de contento, exclama:
–¡Ahora me casaré con el príncipe!
El chambelán la mira extrañado y le dice:
–¿Casarte con el príncipe? ¿Tú? ¿Una plebeya? Tendrás el honor de convertirte en su nueva amante.
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Tengo fe en que la montaña no se moverá de su sitio.
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–¿Por qué duermes sin almohada?
–Porque no quiero que nadie la coja y descubra todos mis secretos.
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El inspector de Hacienda me preguntó por qué adoptaba una actitud tan negativa.
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Follaba poco y, por eso, le gusta joder.
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Poco después de estrenar la casa, invitaron a los amigos. Luego, comprendieron que necesitaban otros amigos.
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–Doctor Schrödinger, ¿puedo hacerle una pregunta?
–Adelante.
–¿Por qué empleó para su experimento un gato?
–¿Qué quiere, que todo el mundo hablara de la rata de Schrödinger?
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Lloraba y gritaba.
–Esto acabará mal como no mejores de actitud –le dijo el verdugo.
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Nubes, calima,
neblina, bruma, sombras.
¿Dónde está el sol?
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El conde no soporta los malos hábitos de los españoles. Le echan demasiado ajo a las comidas.
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Pero ¿la gente qué hace con los botones de las camisas?
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No me voy de vacaciones porque tendría que irme conmigo mismo.
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–Tu marido pinta poco, ¿no?
–No le dejo. Una vez pinto las rejas del balcón e hizo una chapuza.
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El presidente quería unas vacaciones. Según la encuesta del CIS, el 98,9 % de los ciudadanos estaban a favor de que el presidente se tomara unas vacaciones.
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EFECTO MARIPOSA
China contamina. Los europeos tienen que comer carne sintética y beber leche de cucaracha.
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–Pero, amigo Sancho, ¿por qué dejaste el gobierno de la ínsula Barataria?
–Por culpa de mis malos hábitos. No quería renunciar a ellos.
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Decían que aquella casa tenía un fantasma. Su curiosidad le llevó allí. Ahora la casa tiene dos fantasmas.
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Jack pensaba que la belleza estaba en el interior.
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Mi cuñado tiene el mal hábito de tirar la basura a su hora. ¿Es que no se da cuenta de que me deja mal?
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¡Qué país! Al jefe del Estado le gusta follar y el jefe de Gobierno disfruta jodiendo.
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Al millonario no le gustaba la carne artificial. Prefería las mujeres que no estaban operadas.
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–¿Por qué te saliste de Vox?
–Porque el presidente dijo: Nosotros y nosotras.
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Me invitó a su piso. Aquella noche llegué a su mediodía.
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En mis historias nunca falta humor negro. De hecho, a veces sobra.
