sábado, 5 de julio de 2025

El iguanodonte obediente

 El joven iguanodonte quería hacer todo correctamente.
–No comas ese helecho, es muy fibroso –le dijo un protocerátops.
–No bebas de ese charco, dicen que los velocirraptores lo usan –le advirtió un ovirráptor.
–No te sientes ahí, te despeinas –opinó un paquicefalosaurio que nunca se sentaba.
El iguanodonte, obediente y dudoso, pasaba los días con hambre, sed y calambres.
Hasta que un día se hartó. Comió el helecho, bebió del charco y se tumbó feliz bajo el sol.
Nadie murió.
Moraleja: A veces el mejor consejo es ignorar los que no pediste.