jueves, 28 de noviembre de 2019

Papelera

Miguel Gila: “Muchas veces pienso en la cantidad de años que llevan las momias egipcias esperando el juicio final”.

–¿Cuál es su principal fuente, detective Ackerman?
–Times New Roman, comisario.
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La humedad estropeó el Picasso que tenía en el baño. Se compró otro.
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Orígenes dio un corte radical a su vida.
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–Espejito, espejito, ¿quién es la madrastra más malvada?
–Pues… no sé –respondió el espejo, al que la pregunta había pillado por sorpresa.
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Me clavaste el aguijón un martes a medianoche o, más bien, lo intentaste. No pudiste porque yo te mordí el cuello.
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Me clavaste el aguijón un martes a medianoche. Tú moriste. Yo también.
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Me clavaste el aguijón un martes a medianoche. Me sorprendiste. Tuve una pequeña muerte.
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Tiene que ir al banco a dar fe de vida. Otra vez. Matusalén piensa que quizá haga mejor muriéndose.
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–Maestro Bo, ¿cuántas clases de ciegos hay?
–Una, Xi, sólo una: la de los que no pueden ver.
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Le demostré a mi cuñado que sí, que podía tocar el piano.
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Colón se hundió en medio de la mar océana y los habitantes de las islas del Caribe siguieron siendo felices y fumando tabaco.
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“Después de todo, ¿dónde no hay infierno?”
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TALLER DE NUEVAS MASCULINIDADES
–Yo me apunto.
–Pues yo no sé. Cualquiera sabe lo que podemos encontrarnos.
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¿Tiene el libro “Aporofobia, el rechazo al pobre” en edición de lujo?
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Nuestro dinero no está depositado en el banco, sino secuestrado. Para sacarlo, hay que pagar un rescate.
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–Encontré a mi hija en la cama con un zamacuco.
–Uh. ¿Y qué hiciste?
–Yo creía que era una mosquita muerta, una candorosa. Me alegré un montón.
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INTERESANTE REUNIÓN
El Greco y Botero.
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Entraron dos agentes censales en el pantano. No salió ninguno.
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No sé si soy la mujer de su vida, pero él estuvo a ser el hombre de mi muerte.
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Hace unos meses amanecí con unos horribles ojos de rana. Para que nadie se fije en ellos, he comenzado a llevar camisetas con mensajes divertidos, como “Odio los mensajes en las camisetas” o “De aquí para abajo, mejoro”. Claro que tengo un problema cuando la gente me pregunta dónde las compro. Nunca respondo, porque además me he vuelto tartamudo. Sin embargo, desde hace unos días, a pesar de las camisetas, me resulta imposible pasar desapercibido. Aunque ahora siempre llevo gorro, no consigo esconder los cuernos que me han salido en la frente.
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Un campesino y un rico entraron en el infierno. Este último fue acogido sin alharacas. Sin embargo, el campesino fue recibido con grandes muestras de alegría. El rico se sintió un poco celoso. Se quejó a un diablillo, que le dijo:
–Gente como tú entra aquí a diario, pero un campesino, un campesino viene aquí de higos a brevas.
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–¿No puedo beber cerveza?
–No.
–Ni comer carne.
–No, no es recomendable, majestad.
–¿Quieres decir que soy el rey de los francos, que he derrotado a sajones, daneses y ávaros y que tengo que vivir como un pobre campesino?
–Visto así.
–¿Sabes qué? Creo que voy a cambiar de médico.
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Tres esposas, un palacete en Yeda, un ático en Nueva York, un apartamento en la Riviera, un Ferrari Spider y, en el paraíso, ninguna hurí.
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–¿No puedo beber cerveza?
–No.
–Ni comer carne.
–No, no es recomendable, majestad. Tenéis que comer más verdura.
–¿Le estás diciendo al rey de los francos y al emperador romano que tiene que vivir como un campesino?
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PARADOJA
En el corredor de la muerte todo va muy despacio.
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Prendió la mecha un martes. Era larga. Hoy domingo, todavía no ha explotado.
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2119
Todos los caminos conducen a Beijing.
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2219
Todos los caminos conducen a Nueva Delhi.
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A diferencia de sus compañeros del curso del 71, su salud era estupenda. Se daba el lujo de comer en el McDonald’s una o dos veces al mes.
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Sufriendo lo indecible por amor, decidió suicidarse. Se fue a Alaska sin ropa de abrigo.
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Todos los caminos conducían a Trántor.
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He decidido casarme con mi novia de toda la vida. Por supuesto, invitaremos a todos nuestros compañeros de asilo.
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Mire vuestra merced, que aquel que allí se parece no es dragón, sino lagarto. Y no muy grande.
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Prendió la mecha un martes. No funcionó. Estaba mojada.
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Menelao tuvo que llevar a Helena al psiquiatra para que le tratara el síndrome de Estocolmo.
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Cuando leyó: En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no quiso seguir leyendo.
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Gavrilo Princip hizo dos disparos que mataron a millones.
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No quería que en su epitafio pusieran que era un cobarde. Pusieron que era un temerario.
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La policía argentina me detuvo por coger un taxi.
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Lo peor de llegar a la cima del Everest es que luego hay que bajar.
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La diplomacia es la continuación de la guerra por otros medios.
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En vida, fue un reconocido ecologista. Ahora es un fantasma triste: está condenado a llevar una sábana de poliéster.
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RIVALIDAD LITERARIA
Turguéniev deseó que la pena de muerte no hubiera sido conmutada.
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El lobo huía aterrado. Un cuentista le perseguía.
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Los lobos denunciaron a Hobbes por injurias y calumnias.
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DE LO QUE SE COME SE CRÍA
Cuando el lobo advirtió que Caperucita era tonta, decidió no comérsela.
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TEORÍA DEL ICEBERG
Nueve décimas partes de lo que el político ha robado no salen a la luz.
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POR FIN
Aprobó las oposiciones. Y dos meses después se jubiló.
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CONTRAFACTUAL
Imagine que la loba devoró a Rómulo y a Remo y que este microcuento está escrito en un idioma derivado del etrusco.
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El viejo comunista disfruta leyendo las necrológicas del ABC.
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–Francisco, ¿qué te ha pasado en la mano?
–El hermano lobo, que es un poco arisco.
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En el país de los ciegos, el tuerto se ocupa de limpiar y cocinar.
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APOCALIPSIS
Obsolescencia programada.
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CRUZADAS
–Dios lo quiere.
–¿Y Alá?
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–El doctor Livingstone, supongo.
–Sí.
–Menos mal. Mire, doctor, mire: este sarpullido me está matando.
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No tuvieron más noticias del agente censal que había ido al pantano. Por precaución, ni denunciaron su desaparición, ni mandaron a nadie para buscarle.
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El presidente Castejón no podía evitar mentir. Pero ¿qué es mentir? ¿Cambiar de opinión? ¿Decir lo que se piensa en cada momento? Llegó a la conclusión que mentir no era malo. Fue entonces que convirtió sus pecados en mandamientos.
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–Le pregunté si quería que le ayudara a dejar de hipar y me respondió que sí.
–¿Y le ayudó matándolo?
–Yo no lo maté, inspector. Se murió solo. Yo me limité a darle un susto.
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Me regaló un Mustang. No tenía motor y le faltaban las ruedas, pero, claro, le agradecí el gesto.
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El Euribor tenía sometida a toda la población.
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Todos criticaban al presidente por mentir. Fue entonces que convirtió sus pecados en mandamientos: impuso penas de prisión a los que decían la verdad. Los adoradores del diablo estaban encantados; llenaron las iglesias. Los banqueros también aplaudieron la ley.
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Fue una larga guerra de exterminio. Durante mucho tiempo, ninguno de los rivales logró ventaja alguna. De pronto, parecía que iban a ganar. Finalmente perdieron. Y desaparecieron. Ahora la Tierra, que resultó vencedora, borra lentamente las huellas de los humanos.
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CONTRAFACTUAL
Prendió la mecha un martes. La prueba fue mal. El viernes enterraron los restos que habían podido reunir. Todos comentaban que Nobel había soñado con enriquecerse con aquel invento de la dinamita.
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–No paras de comer y no engordas. ¿No tendrás un problema de tiroides?
–Mi único problema, amigo mío, es que soy la Muerte. Y tengo hambre.
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Es tan rico que no necesita mentir.
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A Frtn se le ocurrió coger una piedra y golpear con ella a Gttr. Por supuesto, le derrotó.
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Un día olvidó dar el intermitente cuando iba a entrar en la cochera. Alguien lo grabó. Tuvo que dimitir.
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Todos los miembros de la Asociación Nacional de Suicidas tenían que pagar la cuota por adelantado.
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Sucedió lo inevitable: Lucifer no pudo superar las iniquidades de los hombres y acabó siendo innecesario.
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La Federación Española de Suicidas obligaba a sus socios a pagar las cuotas por adelantado.
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Su hijo le pidió que le leyera un cuento. Le leyó los Presupuestos Generales del Estado. No tardó en quedarse dormido.
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El exorcista se limita a ahuyentar a Lucifer. Podría aniquilarle, sí, pero se quedaría sin trabajo.
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Practiqué kárate con el piano.
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Su hijo le pidió que le leyera un cuento. Le leyó los Presupuestos Generales del Estado. --
Para demostrar su compromiso con el partido en el que militaba, llenó de plagios su manual de ética aplicada.
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Era un político de principios. No se llevó ni una peseta. Todo el dinero se lo entregó al partido.
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Me estaba poniendo nerviosa. Le tuve que decir que dejara los impromptus para el piano.
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Prendió la mecha un martes cuando echó agua al fuego.
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Sospechaba que no tenía los papeles en regla. El inspector de trabajo se negó a subirse a la barca de Caronte.
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–¿Por qué estáis talando los árboles?
–Para que se vea mejor el bosque.
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Una semana después de haber jurado su cargo de ministro, dimitió.
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Le subieron al potro por robar un caballo.
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Le subieron al potro para que dijera dónde estaba el caballo robado.
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Caronte no paga impuestos. ¿Se puede decir que practica la economía colaborativa?
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Votó que sí, pero escribió un tuit para mostrar su desacuerdo.
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PARADOJA
En pleno otoño le dio antojo de un rollito de primavera.
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–¿No te ibas a salir de Twitter cuando comenzaron a permitir publicar 280 caracteres?
–Sí, lo iba a hacer, pero decidí darles un voto de confianza. Eso sí, como aumenten a los 560, me voy.
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Cuando despertó, el dinosaurio seguía allí y no sabía cómo continuar el cuento.
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Sus amigos le dieron una sorpresa el día de su cumpleaños: ninguno acudió a la fiesta.
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–Doblaban a los muertos.
–¿Las campanas?
–Los argáricos.
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Hiroo Onoda triunfó. Los aliados se rindieron.
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Alfonso VI le dice a Rodrigo Díaz que a la caballería hay que venir llorado.
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Toda la historia posterior no sucedió, Cartago dominó el Mediterráneo, los galos se unificaron, los germanos nunca salieron de las selvas del Elba, porque la loba se comportó como una loba y devoró a Rómulo y Remo.
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Prendió la mecha un martes cuando el agua llegó al río.
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Para vender más libros, Watson se hacía el tonto.
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No entendieron que me presentara a la fiesta de disfraces con jersey y vaqueros.
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Si me tomo más de cinco cafés, me creo Balzac.
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Después de tomarse el décimo café, comenzó a creerse Balzac.
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Le ofrecieron trabajar de elfo.
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Contrataron al hipster para que se disfrazara de Santa Claus, pero se negó a teñirse la barba de blanco.
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Hernán Cortés, que había leído el cuento de Hänsel y Gretel, desconfió del chocolate que le daba Moctezuma.
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Escribió una minificción de 12.000 palabras.
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Hacienda me envió una carta certificada reclamándome un euro y dieciséis céntimos.
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–Por el interés te quiero, Andrés.
–Y por la rima.
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Cuando mi cuñado se rió por verme vestido así, le dije que más ridículo estaba sin comer.
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Recuerdo mi viejo Dyane 6, el primer coche que tuve. Me acompañó durante muchos años. Me llevó mil veces a la playa y, otras tantas, me dejó en medio del camino. Tuve cien accidentes con él. Lo amé a base de golpes.
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El depósito se acabó cuando atravesábamos el bosque. Él fue a buscar gasolina. Han pasado siete horas y todavía no ha regresado. Escucho aullidos por todos lados. Me escondo debajo de la manta. Algo está arañando la carrocería.
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Después de acabar con los hermanos Griffin, le invitaron a quedarse en el pueblo. No lo hizo. Aquel no era lugar ya para pistoleros.
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Me avisaron, pero estaba hipnotizada. Pronto llegó, sin embargo, la decepción. Duele haberse equivocado así. Me has pedido mil veces disculpas, pero ni comprendo, ni perdono. Tampoco lamento decirte esto: ahí te quedas.
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Unidas Podemos es el centro, el centro entre el PSOE y el Partido Comunista de los Pueblos de España.
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VOX es el centro, el centro entre el PP y Alternativa Española.
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La alcaldesa regaló una barra de pan a todos los habitantes del pueblo y trajo un circo a las fiestas patronales. A pesar de todo, no fue reelegida.
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Sufriendo lo indecible por amor, Werther decidió suicidarse. Le rompió el corazón a la mitad de Alemania.
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Una gota de té estuvo a punto de caer en la manga del kimono del shogun. Avergonzado, Hiroto Masaru cometió seppuku.
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A la Muerte no le importa da horas extras.
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El inspector de trabajo denunció a la Muerte porque trabajaba más de cuarenta horas a la semana.
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Se veía gordo. Fue a Toledo para que El Greco le hiciera un retrato.
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–¿Por qué se enfadó Stalin con Molotov?
–Porque éste le dijo que iba a prepararle un cóctel?
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Se tomó la pastilla de cianuro, que está pasada. Trata de escapar. Contempla al hombre caído. Dispara. Prepara la pistola. Le ve allí mismo, justo enfrente. Nervioso, se fuma un cigarrillo. Se lamenta de su mala suerte. Recorre frenético la calle. Sale de casa. Comprueba por enésima vez que la pistola está cargada. Coge la pastilla de cianuro que le dio Dimitrijević.
–Estás preparado, Gavrilo –le pregunta Čabrinović.
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History of Turkey disappointed the turkey.
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Avergonzado, tuvo que cambiar el diagnóstico: Nerón no sufría complejo de Edipo, sino el de Orestes.
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Aunque las mujeres nunca le votarían, defendió el sufragio femenino.
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Les habló directamente, les envió mensajes categóricos, se hizo carne para habitar entre ellos, pero todo fue inútil: se apartaron de su palabra, fallaron. Ya no quiere saber nada de ellos; no quiere encontrarse con lo que no pudo ser. Ahora procura olvidarlos.
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La segunda vez, el cura se negó a absolverle.
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El Club de los Suicidas cobraba las cuotas por adelantado.
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Sucedió lo inevitable: Set, Enós, Cainán, Malálel, Jared, Enoc, Matusalén y Lamec hundieron el sistema de pensiones.