lunes, 11 de mayo de 2020

Papelera

Julio Ramón Ribeyro: “Soy como un jugador de tercera división. Mis mejores goles los metí en una cancha polvorienta de los suburbios, ante cuatro hinchas borrachos que no se acuerdan de nada”.

–Arrepentíos. El fin de Manetria se acerca.
El profeta apareció un día en el territorio norte. En principio, los gobernadores no se atrevieron a hacer nada. Pronto, miles de personas siguieron al profeta, que recorrió las cuatro esquinas de Manetria. Gobernadores y esposas, soldados y civiles, criadas y esclavas, todos arrojaron sus ropas al suelo y siguieron al profeta. Las fábricas cerraron. Las cosechas quedaron sin recoger. Las oficinas se vaciaron. El profeta, seguido de una multitud, se adentró en el desierto del sur. Detrás de él sólo quedaron ciudades abandonadas al caos. El final de Manetria se acercaba.
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–Te envidio, Belisario. Te envidio y te temo.
–¿Temerme? ¿Acaso creéis que anhelo la túnica púrpura que vestís? Yo sólo quiero ser un soldado. Planificar, marchar, luchar. Odio la política, los engaños, las mentiras. Prefiero mil veces enfrentarme a las flechas persas, a las espadas vándalas, a las lanzas godas, a las hachas francas que a la sonrisa del más vil de los cortesanos.
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–¿El Hornet también?
–Sí, almirante. Fue atacado por aviones kokubokan. La cubierta de vuelo está agujereada y flota en un ángulo del quince por ciento.
–¿Podrá llegar a Hawai?
–Los motores no funcionan. Spruance ha ordenado que lo torpedeen.
–¿Y qué pasa con Midway?
–Tropas japonesas han desembarcado en la isla.
–Hawai caerá en dos o tres semanas.
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–Eres un gusano.
–No, te equivocas: soy un hombre. Un gusano seré, probablemente, en mi próxima reencarnación.
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Espero un milagro, que ella me mire, que ella se acerque a hablarme, que ella tenga veinte años menos y yo veinte más, que podamos dar juntas largos paseos, que yo me levante de esta silla de ruedas.
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–Dime por qué tuviste que comer el fruto del árbol del conocimiento. Dímelo.
–Porque quería conocer a Eva.
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Jacinta López cumple 70 años el 4 de mayo. Ya sólo puede salir a caminar entre las diez y las doce de la mañana y las siete y las ocho de la tarde.
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QUÉ BÁRBAROS
Los hérulos mataban a los ancianos, obligaban a las viudas a suicidarse y copulaban con asnos.
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Cuando me anunció que tenía que despedirme, lloró lágrimas de cocodrilo. Yo también.
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Cuanto más conozco a mi mujer, menos quiero a mi gato.
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EL COLMO
Su médico le dice al faquir que tiene que comer más hierro.
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BIBLIOMANCIA
¿Acepto el trabajo o no? Abro el Kempis. Leo la primera línea: Muchos aman a Jesús cuando no hay adversidades. Sí, pero ¿acepto el trabajo o no?
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–¿Qué lees?
–Conan el Bárbaro.
–¡Qué retromachista eres!
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Día 56. Mi mujer se ha bebido la última Paulaner.
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Me paseé el martes por el centro de la tierra. Se lo conté el miércoles a mi psiquiatra.
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EPITAFIO
Yo no me quedé en casa.
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“Tártagos de amargura y pavor…”
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–La bolsa o la vida –me dijo.
Moví los hombros y le di la bolsa de basura.
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Don Marcial, que tiene 73 años, sale a pasear a las doce y media de la mañana. Asegura que siente hecho un chaval.
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Juró amarme por toda la eternidad. Resulta que la eternidad duró siete meses y tres días.
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Su primera ucronía la escribió en un examen sorpresa de Historia.
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5.000 FALLECIDOS
Fernando Simón (7 de mayo de 2020): “No podemos decir a qué se deben estos incrementos. No sabemos si se deben a un accidente de tráfico enorme”.
A la altura de Getafe, Luis Martínez cogió el móvil para decirle a su socio que estaba llegando. Apenas apartó la mirada un segundo de la carretera. Pero fue suficiente. Su Iveco Daily impactó por detrás con el Córdoba de Jhon Jairo Vásquez. Los dos vehículos comenzaron a arder. Rápidamente, el fuego alcanzó un camión cisterna de la BP que era conducido por Germán Anguís. La explosión destrozó más de dos mil vehículos que circulaban en ese momento por la A-4. Otros tres mil se vieron implicados en una gigantesca melé de chapas retorcidas y sangre. Durante días, los servicios de emergencias sacaron cientos de cuerpos calcinados y miles de conductores malheridos. Las cifras fueron escalofriantes. El accidente de la A-4 causó 5.000 fallecidos.
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–¿Será mía si le doy a beber este brebaje?
–No será de nadie.
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El carnosaurio contempla la bola de fuego que atraviesa el cielo. No sabe que el asteroide no chocará contra la Tierra por apenas unas decenas de kilómetros. Hambriento, el carnosaurio devora un minúsculo mamífero. Sesenta y cinco millones de años después, el planeta sigue poblado por cientos de especies de dinosaurios, pero por ninguna especie de mamíferos.
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Tiene una palabra en la punta de la lengua. Me acerco para verla mejor.
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–Capitán, en este planeta hay unas criaturas horripilantes. Estoy rodeado de ellas. ¿Qué puedo hacer?
–Los anteojos, Lamsit. Quíteselos.
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–No entiendo lo de los anteojos.
–Es un detalle.
–¿Un detalle?
–Míralo bien.
–Sólo veo un robot con anteojos.
–Pero a que tiene aspecto de intelectual, ¿eh?
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–Todos los alemanes son unos necios. Del primero al último.
–Pero le votaron a usted, Führer.
–Ahora entiendo por qué.
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EPITAFIO
Mi cuñado no piensa, pero existe.
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Pequé de optimista cuando a los veinticinco años compré un monovolumen. Mi segundo coche fue un mini.
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Le costó entrar en su mujer. Ahora no puede salir.
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Cuando salen del transbordador, son seleccionados al azar. Unos pocos son dirigidos a la izquierda; la mayoría, a la derecha. Guardias y presos.
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Todos los que llevan gafas son eutanasiados…
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Al lobo le duele la tripa. Ha comido mucho. Demasiado. Ya quedó saciado cuando se zampó a la vieja, pero no pudo resistirse a devorarla cuando vio aparecer por la puerta a aquella muchacha vestida con una caperuza roja.
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Tenía un hambre tal que se comió sus palabras.
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–¿Qué le pasa al robot? ¿Está llorando?
–¿Llorando? No digas tonterías. Pierde aceite.
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Nadie ríe cuando da el tiro de gracia.
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De tanto escuchar a su amo, Rocinante vino a perder el seso y creerse Bucéfalo, Genitor, Falión, Babieca.
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NO HAY PEOR SORDO...
Schindler me ha escrito una nota diciéndome que les ha gustado. Asegura que les ha sorprendido y les ha entusiasmado. Pero sé que no es verdad. Los vieneses son unos filisteos. No compondré ni una nota más. Esta novena sinfonía será la última.
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–Pagarán los ricos –dijo el vicepresidente.
En los meses siguientes me redujeron el sueldo un diez por ciento y tuve que pagar más impuestos. Así fue cómo caí en la cuenta de que yo, que me creía un humilde funcionario, era rico.
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Después de cien años durmiendo, llamarla Bella era una antífrasis.
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EPITAFIO
Pues al final no resistí.
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El inspector de Hacienda llega a la puerta del Paraíso.
–¿Qué haces tú aquí? –le pregunta San Pedro.
–Quiero entrar.
–Por supuesto que no vas a entrar.
–¿Seguro? Miro que te obligo a presentar una complementaria.
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–¿Qué ha dicho el juez? ¿Ha aceptado la apelación? ¿Ha suspendido la condena?
–No, pero no te preocupes: tú calvario terminará en tres días. El juez por fin ha puesto una fecha para la ejecución. Ha comenzado la cuenta atrás.
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REDUCIR, REUTILIZAR Y RECICLAR
Las funerarias tuvieron que cerrar.
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–¿De verdad eres quien dices que eres?
–Por supuesto.
–¿Quieres decir que puedes acabar con los extranjeros que dominan nuestra tierra?
–Con sólo chasquear los dedos.
–¿Y puedes restaurar el reino del hijo de Jesé.
–Y aún más grande.
–¿Puedes hacer que dominemos la tierra entre el Tigris y el Nilo?
–Y hasta Tarsis y sobre los bárbaros de los desiertos del sur y los bosques del norte, y sobre pueblos cuya existencia ni siquiera sospecháis.
–¿Y por qué no lo haces en vez de hablar tanto, Jesús?
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–¿Te parezco guapo?
–A ver que me quite las gafas… Sí.
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Una mariposa aletea en Chile, pero nada ocurrió en China porque todavía no era temporada de tifones.
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PARADOJA
D’Artagnan no sabía disparar un mosquete.
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–En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme.
–¿Por qué?
–Porque me hicieron pasar varios días en el calabozo.
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–R4-T, al ama le pasa algo.
–¿Qué le ocurre?
–No lo sé. Está triste. Necesita algo. Quizá una seteuronina.
–¿Una pastilla? No, U-4B. Sus circuitos no entendés. El ama necesita un hombre.
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Kim Jong Un está enfermo. ¿Coronavirus? No, delirium tremens. Hace semanas que no sabe nada de su importador de Hennessy.
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–¿Cómo ha ido?
–Un desastre.
–¿El señor Ryong no pudo abatir un plateosaurio?
–No. La máquina se equivocó de era y señor Ryong tuvo que cazar un mamut lanudo.
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La victoria de los alienígenas fue baldía. Los terrícolas habían practicado una política de tierra quemada.
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–Tengo una palabra en la punta de la lengua.
–A ver. No, no tienes nada.
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–Toma este hilo, Teseo.
–¿Amarillo? Prefiero pasar, Ariadna.
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NO ME GRITES QUE NO TE VEO
Beethoven se encuentra con Joaquín Rodrigo en el Elíseo.
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Cuando Dios dijo: Ganarás el pan con el sudor de tu frente, ¿dónde estaban los liberados sindicales?
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¿La Biblia en un fix-up?
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–Me dedicó una canción.
–¡Qué romántico!
–¿Romántico? Tendrías que escucharla. Ni mi peor enemigo.
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Mijaíl Gorbachov (Stávropol, 1931 - Yalta, 1991). Político soviético. Durante seis años fue secretario general del PCUS. Llevo a cabo acciones erradas en el terreno económico y político. El crecimiento económico soviético, ininterrumpido durante el gobierno de Brézhnev y sus inmediatos seguidores, se vio frenado. Gorbachov hizo que las tropas soviéticas abandonaran Afganistán y comenzaron a replegarse de Europa Oriental. Incluso permitió que las repúblicas bálticas proclamaran su independencia. En agosto de 1991, enfermo, se retiró a Yalta, donde murió. El Comité de los Ocho se hizo cargo del gobierno del país y empezó a revertir las erráticas políticas de Gorbachov.
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–Toma. Un regalo.
–¿Qué es esto?
–Un retrato tuyo. Lo he hecho de memoria.
–¿Esa soy yo? ¿Tienes memoria de pez o qué?
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Decenas de Me-262 limpian los cielos de Alemania de aviones enemigos.
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El bidente adivinó su futuro cuando vio a Van Helsing.
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Yo no busco. Yo encuentro balas perdidas.
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ESPAÑA MERECE DESAPARECER
Sevilla, 3 de mayo de 2020. Más de mil muertos en Andalucía por coronavirus. Juan Manuel Moreno Bonilla estrena muy ufano el nuevo escudo presidencial, con hojas de laurel y una corona.
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Llegué treinta minutos tarde a nuestra primera cita. Él me causó muy mala impresión. Me había esperado.
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Asignatura optativa en la escuela de insurgentes era Práctica de la Cencerrada. A mí me reprobaron por poco ruidoso.
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Cercado por vigoréxicos, deportistas, gente obsesionada por la salud, tiene que llevar ropa amplia, mangas largas, para que nadie vea sus ridículos bíceps.
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Cercado por los problemas, decidió ir al gimnasio para aclarar las ideas y relajarse. Los problemas siguen ahí, por supuesto, pero ahora tiene unos magníficos bíceps.
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El presidente salió de la máquina de realidad virtual completamente agotado, pero victorioso: había derrotado a la oposición y al virus.
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Colocar en tu cartera todo el dinero común que guardábamos en el sobre, permíteme que te lo diga, no es algo que pueda hacer, como insistes, un sonámbulo.
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La máquina del tiempo no funciona bien. Quise visitar el año 1492, pero acabé en 1942.
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–Afrodita, tengo un regalo para ti.
–¿Qué es, Hefesto, un collar, una pulsera, una diadema?
–Un cinturón de castidad.
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–Lau, ¿qué tal la abuela?
–Cada vez está peor. Ha empezado a contarme que quiere salir al aire libre. ¡Al aire libre, mami!
–Antes la gente salía a la calle sin epis.
–¿Qué? No me lo creo. Con todas esas bacterias y virus. Ahora entiendo que mi profe me dijera que la antes la gente sólo vivía, como mucho, noventa años.
–Pues así es.
–Pero no te he contado lo peor de la abuela, mami.
–Dime, Lau.
–Cuando me iba a ir, quería darme un abrazo y un beso ¿Te lo puedes creer? ¡Quería tocarme!
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Después de la centésima muerte, comprendí que no estaba leyendo una novela de detectives, sino bélica.
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Al final resultó que no se podía matar virus a decretazos.
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EL PRIMER ABOGADO
–¡Protesto! Pido el habeas corpus. Hay que proteger los derechos de mis defendidos.
–¿Qué?
–No se puede actuar de una manera tan arbitraria. Solicito ser escuchado.
–Desobedecieron una orden. Se adentraron en el bosque y…
–No hay que obedecer lo que no tiene sentido. Además, no tenían animus laedendi.
–La arrancaron.
–Sí, claro. ¿Dañaron el ecosistema? No. ¿Exterminaron la fauna o la flora silvestres? Claro que no.
–Se la comieron.
–Prior in tempore, potior in iure. Volverá a brotar y, en cualquier caso, no lo hicieron invito domino.
–Pero ¿qué dices?
–No se les puede castigar por esa tontería. Ius est ars boni et aequi.
–Ya está bien de tanta palabrería. Ellos no pueden seguir viviendo en el Jardín del Edén y, en cuanto a ti, diablo: vade retro.
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Los animalistas la denunciaron por llamar cacatúa a un rival político.
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–Tal vez sea el Mesías.
–¿Y qué si lo es? Desciende de David. Muy bien. También lo fue Salomón. Y su reino apenas si le sobrevivió. Y después vino el caos: los asirios, los babilonios, los romanos. Mejor seguir como estamos que tratar de perdernos en vanos sueños.
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A lo largo de su historia, los húngaros han tenido que aprender jázaro, latín, turco, alemán, ruso, inglés, el idioma de signos con el que los grises se entienden con sus esclavos humanos.
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–Señor Krabal, ¿qué le parece el retrato de la señora Dombreval?
–Magnífico marco. ¿Qué es, de pino envejecido?
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La máquina tragaperras tragó millones.
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TENEMOS UN PROBLEMA
La nave alienígena chocó con un tornillo suelto del Apolo 13 y quedó a la deriva.
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Mezclar demasiadas bebidas puede ser peligroso. Mírenme a mí, que anoche entré en casa de mis vecinos. ¿Por qué demonios guardarán, como yo, la llave debajo del felpudo?
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Espero el milagro, tener un destello, que dos ideas que nunca estuvieron juntas se unan, escribir como nunca he escrito, crear un microrrelato perfecto.
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Le dio la espalda a su fisioterapeuta.
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Me dedicó una canción desesperada. Lo esperaba.
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–¿De verdad te gusto?
–Sí.
–¿Serías capaz de hacer cualquier cosa por mí?
–Claro. Por supuesto.
–Pues esfúmate.
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BIBLIOMANCIA
¿Me quiere o no me quiere? Abro la Biblia. Leo la primera línea: Por la tribu de Zabulón, Gadiel, hijo de Sodí. Sí, pero ¿me quiere o no me quiere?
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Hoy no voy a levantarme de la cama, no voy a salir a caminar, no voy a lavar los platos, o voy a desayunar café con leche y galletas, no voy a ducharme, no voy a escribir, no voy a preparar las actividades de la semana, no voy a leer, no voy a tomarme una cerveza, no voy a comer, no voy a ver una película…
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A pesar de todo, Descartes siguió el método habitual: fue al santuario de Loreto a ponerle una vela a la Virgen.
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El príncipe descartó a Blancanieves: ¿cómo fiarse de una mujer que había vivido con siete enanitos? Descartó a Rapunzel porque tenía miedo a las alturas. Descartó a la sirenita porque apestaba a pescado. Descartó a la Bella Durmiente porque hedía. Descartó a Aurora porque el dragón que la guardaba tenía un aspecto realmente temible. El príncipe decidió seguir siendo soltero.
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Mi mujer ha empezado a ver Hollywood sin esperarme.
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–Hágase la luz –dijo.
Pero la luz no se hizo, porque no tenía cédula de habitabilidad.