domingo, 5 de enero de 2020

Papelera

Javier López: “La secretaria del poeta mecanografiaba versos que ella misma inspiró”.

Estoy furioso contra él. Es un desvergonzado, un mentiroso. Dice a todo el mundo lo que quiere oír. Sí, es cierto que sus imposturas no siempre le salen bien; nada consiguieron con el juez, que le caló enseguida y le condenó, lo mismo que a mí, a ser crucificado. Sin embargo, consiguió que Jesús candorosamente creyera que era un buen ladrón y ahora ese embustero, ese fresco, está en el paraíso.
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–¿Por qué no has leído las Memorias póstumas de Fernando Gomes de Freitas?
–Porque ¿cuándo las escribió, después de muerto?
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El nuevo librero era un poco despistado. Le dije que iba a hacer barranquismo en verano y me recomendó Los cañones de agosto.
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–Mi marido hace spinning.
–¿A qué gimnasio va?
–¿Gimnasio? Hace spinning, es decir, hila.
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Jules, confía en mí. Tu libro no se puede titular La vuelta al mundo en setenta y nueve días.
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La compañía aérea no paraba de mandarle publicidad. Tuvo que poner el móvil en modo avión.
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SE ADMITEN APUESTAS
Hoy, después de ciento doce años, se abre por fin la caja donde Schrödinger encerró a su gato. ¿Estará o no vivo?
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Cthulhu les devolvió el bebé. No le había dejado dormir en los últimos cinco mil años.
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Enfadado, pidió hablar con el librero. Había colocado su obra, Éste no es un libro de autoayuda, en la sección de Autoayuda.
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Los vimos a aparecer al otro extremo de la calle. Bien vestidos. Sonrientes.
–¿Son…? –preguntó Laura.
–Sí, sí, lo son: políticos que vienen a resolver nuestros problemas –respondí.
Como es natural, echamos a correr.
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La celebrity fue honrada. Agradeció en el epílogo al editor que le hubiera buscado un título para el libro y un escritor para escribirlo.
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Luis le partió el corazón y Alfonso le rompió el alma. Ahora no quiere saber nada de ningún hombre, ni siquiera de mí, que lo daría todo, todo, por una migaja de amor.
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Tenían que ofrendar un bebé a Dagnu, el dios del inframundo. Pero ¿cómo explicarle que hacía seis años que ninguna mujer de Ibiranu había concebido?
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El libro le resultó muy largo, En la conclusión, el alumno dijo que se hubiera debido titular Veinticinco años de soledad.
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–Pero ¿por qué lo hicieron?
–Yo no hice nada. Nací y me bautizaron. Hice la primera comunión. Me confirmé. Me obligaron.
–¿Te obligaron?
–Sí, sí. Me obligaron. Yo lo encontraba estúpido, incongruente…
–Pero seguiste siendo cristiano.
–Por pura desidia.
–¿Y he tenido que mostrarme para que creas en mí?
–Sí, Júpiter.
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Suena el despertador. Lanza los dados y le toca levantarse. Lanza los dados y le toca ser un asesino. Lanza los dados y le toca apuñalar a alguien en el metro. La policía le detiene y le quita los dados. ¿Ahora qué?
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En las fiestas lovecraftianas, como todos los años, se sirvió a los visitantes Cthulhu a la gallega.
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Preparando la tesis sobre Ortega y Gasset, leyó El mundo de las masas. Acabó abriendo una pizzería.
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Vomité antes de llegar al baño.
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Su mujer le despertó a las dos de la mañana y le dijo que quería tener sexo. ¿Fue un condescendiente quitándose la ropa?
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–No, es un título ridículo.
–¿Y La madre de la patria no? Recuerda que te juegas 601.000 euros.
–Está bien. Titularé la novela Yo, Julia.
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–Tengo ganas de estrechar tus blancas manos entre las mías. Deseo acariciar tus senos. Quiero…
–¡Déjate de esa estúpida prosopopeya y muérdeme!
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En 2008 se compró la antología de cuentos Para leer en el tranvía. Han pasado doce años y el tranvía de Jaén aún no ha sido inaugurado.
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Papá Noel tiene gases. Demasiada leche para alguien con intolerancia a la lactosa.
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Dirán que fue un bárbaro si ordena quemar todos los libros. El emperador Qin da la orden de reescribirlos conservando sólo los títulos.
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–Vive el presente. Deja que el pasado se vaya.
–No, si yo lo dejo ir, pero no se va.
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–Pareces mal. ¿Resacoso?
–No, estoy borracho.
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Se engaña a sí mismo. Lleva el pelo teñido.
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Después de años de bloqueo, su última obra, que se publicaría de manera póstuma, se escribió sola. La tituló Señor juez.
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Después de que todos los magistrados fueran recusados por uno u otro motivo, de la instrucción del proceso tuvo que encargarse Luis Martínez Martínez, juez de línea.
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¿Inglaterra, genocida por lo que hizo en Tasmania? ¿Acaso algún tasmano nos ha denunciado al Tribunal Penal Internacional?
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La segunda parte de sus memorias se tituló Manual de transigencia.
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–El volumen anterior no lo leyó nadie. ¿Quién va a leer éste?
–Éste es mi Diario póstumo.
–¿Póstumo…? Eh, ¿qué ha sido ese ruido? ¿Estás ahí?
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Diez años después, hizo una segunda edición de su novela cambiando sólo el título. Fue un superventas.
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PARADOJA
La memoria del móvil estaba llena, pero su vida continuaba vacía.
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Con las prisas, Cervantes le dijo al editor que el título era En un lugar de La Mancha. El libro fue un fracaso absoluto.
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Se metió en un jardín cuando trató de escribir una novela titulada El jardín de senderos que se bifurcan.
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Hideaki se encierra en su habitación y lee. Cuando su padre llama a la puerta, coge rápidamente la PSP y finge jugar. No quiere que piense de él que es un bicho raro.
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QUÉ TRISTE
Comprendió que ya era un escritor superventas. En la portada de sus libros, su nombre aparecía mucho más grande que el título.
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No debí hablarle a mi mujer de Lisístrata.
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Oleg Popov es un espía infiltrado ruso. Vive en Madrid desde hace siete años y utiliza el nombre de Antonio García Chávez. Vive bien, tan bien que temiendo que lo infiltren en Venezuela o Bolivia ha asegurado a sus superiores que se ha hecho amante de un alto cargo del Ministerio de Defensa que le ha prometido los planes secretos del Gobierno de España para invadir Rusia.
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Su nieto le pidió que le comprara Mein Kampf. Se hizo el sordo y le compró el Minecraft.
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–Hola, ¿qué quieres, Juan?
–Eres mi propósito de año nuevo.
–¿Otra vez? Anda, vuelve dentro de un año.
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–Hola, ¿querías algo?
–Eres mi propósito de año nuevo.
–¿Otra vez? Anda, vuelve en un año.
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El autor defiende su título como un campeón de los pesados. El editor le noquea con un gancho de derecha: le amenaza con no publicarle.
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–Señor Masoch, ¿qué hace en una cárcel rusa?
–¡Qué pregunta más tonta, joven!
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Despidieron a Luis y adivinamos que el gerente había descubierto por fin al amigo invisible que le había regalado Liderar sin molestar.
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Veinticinco años después ella le confesó que había perdido a propósito el zapato.
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Su editor le dijo que su libro no se podía titular Sin título. Ya había sido usado.
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Leyó el informe. La ropa y el calzado, por supuesto, se reaprovechaban. El pelo era utilizado para hacer sacos que se utilizarían en los submarinos. Los dientes de los más jóvenes servían para hacer dentaduras postizas. Lo que quedaba era convertido en una pasta alimentaria que servía de comida para cerdos y gallinas. Cuando Hitler terminó de leer, decidió hacerse vegetariano.
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Plantó un Wollemia nobilis, tuvo un hijo al que llamó Euquerio y ha escrito un libro, pero aún no le ha encontrado un título apropiado.
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Eran gemelos y compartían cuarto, pero habitaban diferentes mundos. Uno vivía en el de Red Dead Redemption; otro, en el de The Outer Worlds.
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KAFKIANA
La cena se alargó más de lo debido. Repentinamente, escuchamos un ruido en la chimenea. Papá Noel apareció cargado de regalos. Cuando nos vio, levantó un brazo en un gesto de apaciguamiento y dijo: “Por favor, considérenme un sueño”.
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UN SOLO ÁRBOL
Creyó que su libro sobre ecología sería un superventas, por eso lo tituló Mil árboles fueron cortados para publicarme.
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COROLARIO DE PLÁCIDO A LA LEY DE MURPHY
Lo que puede salir mal, saldrá peor.
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EL TÉRMINO MEDIO
Debe haber un término medio entre el respeto de la democracia parlamentaria y arrojarse en brazos de los estalinistas, entre los GAL y negociar con ETA, entre querer prohibir la prostitución y gastar dinero público en prostíbulos, entre quejarse de que los Franco han robado unas estatuas del Pórtico de la Gloria y dinamitar la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, entre desenterrar a Franco y premiar a monarcas absolutos árabes, entre querer aprobar que penalice los referendos anticonstitucionales y estar a favor de la consulta pedida por los independentistas, entre acusar de sedición al líder de ERC y negociar la investidura con ERC.
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El emperador Qin sabía que la posteridad le consideraría un bárbaro si ordenaba quemar todos los libros. Ordenó reescribirlos conservando sólo los títulos.
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Encontró en Ashley Madison a un hombre circunspecto, sensible y atento que, aburrido de la rutina del matrimonio, buscaba pasión desenfrenada. Cuando le vio en el hotel, casi no se sorprendió de descubrir que era su marido.
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Se creía Faulkner. Siempre ponía como título de sus libros un fragmento de Shakespeare.
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Literatura de retaguardia.
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Teseo contó a los atenienses que había matado al Minotauro y destruido el laberinto. No les habló del tsunami que lo había arrasado todo antes de llegar a Creta.
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17 de abril de 1965. Ante el temor a una invasión estadounidense, el Consejo Revolucionario aprueba por unanimidad trasladar Cuba del mar Caribe al Negro.
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Vio en el cielo otra estrella fugaz. Trató de pensar rápidamente en un deseo. Seguía sin ocurrírsele nada. Pidió que apareciera una nueva estrella fugaz.
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ERRATA
Donde dice:
La maté porque era mía.
Debe decir:
No la maté porque era mía.
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Me pidió que buscara el busilis y, sí, lo encontré, en el diccionario.
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CUENTO DE HORROR
La mujer que forcé se ha convertido en feminista. Yo soy la causa de sus odios.
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DICCIONARIO POLÍTICAMENTE CORRECTO
Otro progenitor distinto a la madre biológica: padre.
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Tenía tantas ganas de tener una aventura que, cuando vio a su marido en el lobby del hotel, fingió no conocerle. Él tuvo que estropearlo.
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“No te esfuerces por algo que no tienes de forma natural.”
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Pedro negó tres veces a Jesús. Furioso, Lutero afirmó tres veces a Pablo.
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–Mi propósito de este año es hacerte feliz.
–¿Viajaremos este verano a Japón?
–Bueno, no tan feliz.
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Le he dado doscientos euros para que vaya al fisio. Para que luego digan mis hermanos que no me preocupo de mi padre.
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El ladrón condescendiente, al que en la Biblia llaman el Buen Ladrón.
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–Mi único propósito es hacerte feliz.
–Ah, sí. Pues entonces esfúmate para siempre.
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Todas las mañanas es lo mismo. Me levanto, desayuno, me ducho y, no pudiendo aplazarlo más, me miro en el espejo y contemplo a mi peor enemigo.
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“Es en los detalles donde empieza la podredumbre.”
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Hércules mató a su mujer y cazó a varios leones. Vamos, un ídolo para…
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–Los sacerdotes insistieron. Tuve que entregarles a nuestro hijo para ser sacrificado.
–¿Qué? ¿A cuál de ellos?
–A Izamal.
–¿A Izamal? Bien hecho, Yopaat. Izamal era un llorón.
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Diez años después de la conquista babilonia de Jerusalén, Isaías escribirá que ha visto la caída de Jerusalén a manos de los babilonios. Trescientos años después le llamarán profeta.
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TALIÓN
Comieron pulpo. Tuvieron que entregar su bebé a Cthulhu.
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Tituló su última obra “Señor juez”.
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CAZA CON RECLAMO
La vistieron con una caperuza roja y la obligaron a adentrarse en el bosque. Cazarían a ese maldito lobo.
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La cena se alargó más de lo debido. Repentinamente escuchamos un ruido en la chimenea. Papá Noel apareció cargado de regalos. Cuando nos vio, levantó un brazo en un gesto de apaciguamiento y dijo: “Por favor, sigan, sigan. Como si yo no existiera”.
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Encontré una piedra en el camino. Le di una patada. Ahora estoy camino del hospital con un dedo roto.
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Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca aquel en cuyo abrazo se estremecían Margot Guerrero, Silvina Bullrich, Estela Canto, Daly Nelson, Cecilia Ingenieros, Marta Mosquera, Alicia Jurado, Susana Bombal, Pipina Diehl, Mandie Molina Vedia, Gloria Alcorta, Wally Zenner…
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–¿Qué quieres? ¿A mi hijo? Toma. Es tuyo.
–No, no quiero a tu hijo.
–¿Quieres mis joyas, mi dinero? Aquí tienes. Un rubí de 108 quilates.
–No quiero ese pedrusco. Te quiero a ti.
–¿A mí? ¿Tú, un demonio sin nombre? ¡Qué desfachatez!
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En el planeta de las cucarachas, las bombas nucleares son consideradas armas blancas.
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PARADOJA
El mosquetero nunca había utilizado un mosquete.
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–¿Por qué no nació Jesús el 1 de enero?
–Porque fue un niño prematuro.
–Ah, claro.
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–¿Jesús no nació el 1 de enero?
–No.
–¿Y eso?
–Fue un niño prematuro.
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Mi propósito de año nuevo es dejar de seguirla. Bueno, más bien el juez me obliga.
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El 1 de enero empezó mal, resacoso. Decidió ponerle remedio: el resto del año permaneció borracho.
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¿Que qué hice el 1 de enero? Ni idea. El año siempre lo empiezo el 2 de enero.
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Sí, he hecho muchas promesas a Unidas Podemos, Más País, Compromís, ERC, PNV, Bildu, BNG, Nueva Canarias, Teruel Existe…, pero les pido a los españoles que no se preocupen. Yo no soy un hombre de palabra.
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Era tan feliz que no lo sabía.
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Apenas empezó el 1 de enero tuvo que buscar un tutorial para realizar la maniobra de Heimlich.
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La explosión será un nuevo comienzo. La ciudad despertará de su letargo. Los mejores arquitectos del mundo aspirarán a ganar el proyecto de reconstrucción. El nuevo edificio atraerá miles de visitas. Aunque, supongo, no me lo agradecerán.
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Joan Francesc Mas se perdió en Cuba, donde estaba de vacaciones.
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Apenas empezó el 1 de enero trató de buscar un tutorial para realizar la maniobra de Heimlich. Internet estaba colapsado.
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Había pedido a los Reyes que le devolvieran a su papá y que mamá saliera pronto del hospital. Sus abuelos pensaron que tal vez sería mejor contarle lo que había pasado.
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El preso confesó todo al inquisidor que, severo, le condenó a la hoguera por condescendiente.
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Fue a bañarse con resaca. El agua le llevó lejos.
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Amicus Monterroso, sed magis amicus Borges.
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Dirán que fue un bárbaro si ordena quemar todos los libros. El emperador Qin da la orden de reescribirlos conservando sólo los títulos.
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FÁBULA DE LA LIEBRE Y LA TORTUGA
La liebre no estaba triste. A pesar de no esforzarse demasiado, había llegado en segunda posición.
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2020
Aparecerán nuevas arrugas
y seguiré perdiendo pelo.
No seré feliz en el trabajo,
pero a ratos seré feliz,
cuando esté solo.
No, no soportaré las noticias.
Perderé los nervios seis o siete veces,
me los harán perder.
No escribiré una novela,
ni siquiera un cuento, un cuento decente;
sólo escribiré dos mil o tres mil tuits estúpidos.
Lo haremos cuatro o cinco veces.
Y dormiré, dormiré mucho.
(Fingiré que duermo.)
Me pisotearán.
Seguiré teniendo descontentos a mis padres
y, en general, a todo el mundo.
No leeré cuatrocientos libros.
Veré ocho o nueve series y veinte o treinta películas.
Cada vez odiaré más a sus sobrinos.
Me quedaré mirando la pared.
No tendré un hijo.
Y todo acabará.