Edmund Burke: “No desesperéis jamás, y, si desesperáis, seguid trabajando”.
Escribo microcuentos. No hay vuelta de hoja.
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–¿Es creativo el robot sexual?
–Una decepción, chica. Lo hace todo mecánicamente.
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Con este frío, abrigo esperanzas.
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–Pedro Sánchez ha dicho que España está mejor.
–Y estoy de acuerdo. España está mejor que Haití. De momento.
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–Me enseña la etiqueta para caminar por la acera.
–¿La etiqueta? La tengo prendida en el otro abrigo.
–¿No la tiene?
–La tengo, pero no la llevo
–Pues la multa por no llevar la etiqueta es de doscientos euros.
–¡Ostras!
–A ver, ¿lleva la etiqueta para decir palabrotas?
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Después de la comilona, se echó en la cama y, con el calor de las mantas, cogió el sueño. Caperucita, al oír los ronquidos que salían del dormitorio de su abuela, dejó el cesto de comida en la cocina y se fue.
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Las condiciones de trabajo eran pésimas.
–Vaya a casa y consúltelo con la almohada –me aconsejó.
Pero yo no tengo casa y mi única almohada es mi propia mano.
–No hace falta. Acepto –dije.
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Hitler tuvo que renunciar a la dirección del NSDAP cuando se supo que un negro le había ayudado a escribir su libro.
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Todo viaje de 1.000 kilómetros empieza cargando las baterías del coche y comprobando si hay puntos intermedios de recarga.
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–Salías con un mago, ¿no?
–No, ya no.
–Ah.
–Sus polvos no eran mágicos.
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DIDEROTIANA
Nadie sale de aquí. Quien sale nunca ha entrado.
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–¿No se cansa de escribir microrrelatos?
–La verdad es que sí. Voy a intentar otra cosa.
–¿Qué?
–Un macrorrelato.
–¿Una novela?
–Sí, creo que algunos la llaman así.
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–¿Tú por qué vives en Madrid?
–Por el clima.
–¿Por el clima?
–Por el clima fiscal.
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Su declaración de la renta le salió a morderse los nudillos.
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Tenía el complejo de Edipo: se casó con una mujer mayor por su dinero y posición.
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OJO POR OJO
Accidentalmente, Huru le vació un ojo a Zidu. El verdugo Kurum le vació un ojo a Huru. Sigga, el verdugo suplente, le vació un ojo a Kurum. Duruna, verdugo interino, le vació un ojo a Sigga y, como no encontraron a nadie que le vaciara un ojo, se lo arrancó él mismo.
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Tuvieron que escoger a un astronauta liquevegano: era el único que soportaría aquella dieta.
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Zeus, Odín y Tlaloc vieron acercarse a Cristo.
–Así que también te ha llegado tu hora, ¿eh? ¿Quién te ha derrotado? –le preguntaron.
–Una tal Gaia.
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Su entierro se celebró en la más estricta intimidad, al mismo tiempo que se jugaba la final de la Liga de Campeones.
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Yo nunca tendré lo que él tiene, pero él nunca tendrá lo que yo anhelo.
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Puedo escribir los versos más tristes esta noche, pero prefiero pasar el rato viendo una película de Jason Statham.
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Él triunfó como político. España fracasó como país.
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Fui al psiquiatra para que me echara un cable, pero lo que hizo fue ponerme una camisa de fuerza.
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EL SUICIDA
Cuando llegó al punto de no retorno, tomó el camino de vuelta.
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Los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de gente impuntual.
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Después de devorar la carne de los prisioneros castellanos, sufrieron un ataque de diarrea. Fue fácil tomar Tenochtitlán.
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El manifestante golpeó al antidisturbios con un tronco. Le cayeron una multa de 10 euros por agredir al policía y dos años de cárcel por cortar un árbol.
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Hoy en día, la gente tiene mucha resiliencia, pero poco aguante.
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CIÉRRATE, SÉSAMO
Sorprendidos, advierten que la boca de la cueva no se cierra del todo. ¿Y ahora qué hacen?
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EL COLMO
Al capitán Cook (Cocinero) se lo comieron crudo.
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Nuestro amigo Julián quería que le preparáramos una cita a ciegas. Empezamos arrancándole los ojos.
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El calentamiento global dejó de ser un problema gracias al invierno nuclear.
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Cómo había anunciado J. J. Benítez, en 2027 un gran meteorito se estrelló contra la Tierra y mató a los pocos humanos que habían sobrevivido a la pandemia de 2022.
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–¿Qué tal?
–Muy bien. Mi abogada ha conseguido que no me condenen a prisión permanente revisable.
–Entonces, ¿cuánto te ha caído?
–Cincuenta años.
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De repente, la autopsia del extraterrestre se convirtió en una vivisección.
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Hija, tú eres la heredera al trono, pero también una joven de tu tiempo. Lo que quiero decir es que está bien que te diviertas, que experimentes. Sólo debes pensar en el lío en que nos meterías si te empeñaras en casarte con esa novieta tuya.
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–Déjame el móvil –pidió Caín a su padre.
Éste respondió:
–No. A mí, de niño, nunca me lo dejaron.
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–No puede entrar.
–En eso estamos de acuerdo los tres, pero ¿qué hacemos con él? No podemos mandarlo al infierno.
–A mí no me importaría.
–¿Por qué no ponerlo en la puerta?
–¿En la puerta?
–Sí.
–Me parece buena idea.
–Claro, le haremos pagar por negarte tres veces.
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El noviete de la niña estaba como un flan.
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CASTIGO
¿Querías comer manzana? Pues comerás manzana en el desayuno, en el almuerzo y en la cena, beberás licor de manzana y, para que se borre esa sonrisa de la cara, ganarás la manzana con el sudor de tu frente.
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Le regalé un soldadito de plomo. No lo quiso, porque, me aseguró, era tóxico. Tampoco quiso el soldadito de plástico, por contaminantes. Ni los de madera. Le pregunté si quería dinero. Claro que sí. Tuve que comprar un bitcoin.
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EL COLMO
Onán nunca se masturbó.
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–¿Cómo has podido suspender Matemáticas?
–No lo sé, abuelo.
–¿No hiciste lo que te dije?
–Pues claro. Le compré un jamón a mi profe, el señor Bentaleb.
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–¿De dónde vienes?
–De pagar una multa.
–¿Una multa?
–Me la pusieron por suspirar.
–Pero, hombre, ¿a quién se le ocurre?
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Goya les pidió que fusilaran a otro grupo, esta vez poniendo a alguien de camisa blanca en el centro.
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–¿Cómo controlan la calidad de los ojos biónicos que producen?
–Criamos cuervos.
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No querían nada de los aqueos, así que quemaron el caballo de madera.
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–Fernando el Católico murió por tomar cuerno de rinoceronte caducado.
–¿Cómo lo sabes?
–Todo el mundo sabe que tomó una infusión para tratar de dejar embarazada a su segunda mujer, Germana de Foix.
–Pero ¿cómo sabes que estaba caducado?
–Porque era el cuerno de rinoceronte que había encargado cincuenta años antes su tío, Enrique el Impotente.
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Cuando a Carlos IV le dijeron que habían guillotinado a Luis XVI, se echó las manos a la cabeza.
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El Gobierno saca un tanque en Cádiz contra la huelga y le piden explicaciones. El tanque, claro, no las da.
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No le quedaba nada más que destruir, así que convocó una rueda de prensa para anunciar su dimisión.
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–¡Qué medalla más bonita!
–Me costó un ojo de la cara.
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–Tienes tres pares de cojones.
–No. Sólo tengo un par.
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–Han dicho que la mesa de negociación está rota.
–Pues yo iría al Ikea a comprar una nueva.
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El médico receta Nasotil a los pacientes por su bien: la empresa farmacéutica ha prometido regalarle un crucero por el Caribe.
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El holandés errante le había comprado la carta náutica a un judío.
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Aquel gafe me lanzó un maleficio. ¡Qué suerte la mía!
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Un pez grande se tragó a uno pequeño.
–Ya no tendré que preocuparme más –dijo muy contento el pececito.
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A Rip van Wikle le alegró saber que ahora estaba en la edad de la jubilación.
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Los gemidos de la vecina del 4º C iban a despertar a mamá. Bajé el volumen del ordenador.
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Lo habían probado casi todo y nada había funcionado. Por eso, en la nueva ley educativa, se determinó que fueran los alumnos los que enseñaran a los profesores.
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–Tenía un amigo que llegó media hora tarde.
–¿Tenías?
–Sí, tenía. Pretérito imperfecto.
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Machaqué las pastillas y esperé la oportunidad para echárselas a Sonsoles en el café. Cuando caminábamos juntas, su ritmo era muy rápido.
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Era un jíbaro muy torpe, así que sólo mataba a personas de cabeza pequeña.
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PRINCIPIO DE INDETERMINACIÓN DE HEISENBERG
El presidente del Gobierno trata de hacer recortes que no alteren el comportamiento de los electores.
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Vivió rápido, murió joven y habría dejado un bonito cadáver si no se hubiera tirado de un rascacielos.
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ÚLTIMA HORA
Papá Noel hospitalizado por culpa de un golpe de calor.
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Si te equivocas en una décima, eres un alumno suspenso. Si te equivocas en diez millones, eres ministro de Hacienda
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–¿Y tú que les enseñas a los alumnos?
–¿Enseñarles? Yo trato de domarlos.
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En su primer aniversario, él le regaló una gargantilla y un fin de semana en Londres; ella, una suscripción a Disney+ y un taladro.
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Dejaban las persianas subidas y así, con las luces de Navidad, podían tener el piso iluminado.
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Taladró la pared. Miró por el agujero. Vio a alguien de espaldas que, al parecer, estaba mirando por un agujero en la pared.
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Primero se quejaba de que no podía seguirme el ritmo y ahora me reprocha que le he hecho perder el tiempo.
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Como medida de precaución, los bomberos que fueron a apagar el fuego en la central nuclear llevaban calzado anatómico.
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–¿Cómo te fue con la flautista que te gustaba?
–Pues le pedí salir.
–¿Y?
–No me sonó la flauta.
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La famosa actriz porno tiene mucha vida por detrás.
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–Pero, conde, ¿por qué quiere vivir en Inglaterra?
–Pues le podría decir, señor Harker, que por el clima umbroso, pero, la verdad, es por su dieta: allí no les gusta echar ajo a las comidas.
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–¿Qué te dice su sonrisa?
–Que le dio mucho a los dulces cuando era chiquillo y que no le gustan los dentistas.
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–Bienvenido al templo de los negacionistas. ¿Algún problema para llegar hasta aquí?
–No, ni mucho menos.
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Los ratones levantaron una estatua al que le puso el cascabel el gato. Le iban a construir un mausoleo, pero su cuerpo no fue recuperado.
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Lo importante en este mundo es la suerte. Jorge de Capadocia la tuvo. Se encontró al dragón con dolor de garganta.
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El director despidió al segundo violín porque no le gustaba su tono.
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Como si yo fuera el primer político que dice una mentira.
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Mi cuñado viene de visita este fin de semana. No soporta levantarse temprano. Creo que el domingo por la mañana colgaré ese cuadro que me pidió mi mujer.
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Nerón, que tenía el ánimo apagado, ordenó incendiar Roma.
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–¿Sabes que Luis, el del bajo, se ha tirado por la ventana con la intención de matarse?
–Ese siempre estuvo mal de la azotea.
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Cansado de que afeara mis posturas, maté al profesor de yoga.
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El fantasma se vengó en la torre donde había sido decapitado. Empujaba a los turistas por las escaleras. Después de quince piernas quebradas, doce brazos rotos, decenas de fracturas y cinco fallecimientos, para evitar seguir pagando indemnizaciones millonarias, tuvieron que suspender las visitas.
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El mar es el morir, por eso, en el río de la vida, nada a contracorriente.
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–¿Y bien?
¿Cómo decirle que el ataque no iba a buen ritmo? Bah, le soltaría una mentirijilla.
–Stalingrado ha sido tomada, Mein Führer.
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EL COLMO
Tiene mucha resiliencia, pero poco aguante.
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Durante el gran apagón, pensaron que no tendrían que soportar los ruidos del vecino del 3º C. No sabían que su taladro era a batería.
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No sé por qué la gente dice que las patatas fritas con huevos no es una comida rica.
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–Aquí tienen cremas para todo tipo de pieles, ¿no?
–Claro.
–¿Tendría una crema para la piel muy fina?
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Caminar en dirección contraria a todo el mundo también es caminar.
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–Estaba harto de peinar canas.
–¿Y qué hizo?
–¿Qué va a hacer? Raparse al cero.
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CÉDULA
Saqué el móvil cuando vi al policía y miré la pantalla. Pensé que lo había despistado, pero no.
–Señor, ¿su cédula?
–¿Qué?
–Su cédula para ir por la acera.
Traté de fingir sorpresa.
–¿Mi cédula? Vaya, debí dejarla colgada en la otra cazadora.
–Me da su documento de identidad.
–He salido tan rápido de casa que se me ha olvidado coger la cédula.
El policía, sin embargo, no me escuchaba. Había introducido mis datos en su móvil y esperaba respuesta. Por un momento pensé que tendría que echar a correr. Pero era demasiado tarde.
–Tiene varias infracciones, señor Romero.
–No consigo acostumbrarme a la…
Me callé porque advertí que no me escuchaba. Miraba fijamente la pantalla del móvil.
–Se le ha cargado una multa de 450 euros a su cuenta bancaria.
–¡Mier…!
–¿Qué?
–¿Cómo?
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Los animalistas denunciaron a Jorge de Capadocia.
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Stephen King siente que su novela avanza a ritmo de tortuga: hoy sólo ha escrito 8.000 palabras.
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No conseguía seguir el ritmo de sus congéneres. Estaba harta. Se quedó allí. Decidió evolucionar. Dejó de ser un ave migratoria.
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Yo soy de letras, así que no cuento las calorías.
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Vio la película de Éric Rohmer a una velocidad de 1.5x, pero le seguía pareciendo lenta.
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Cuando el socialista José Luis Rodríguez Zapatero se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso neoliberal.
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Nos ordenaron avanzar a paso de ataque, pero nos recibieron con tantos disparos que todos a uno decidimos retroceder a paso ligero.
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–¿Tenemos que poner el nombre y los apellidos?
–No. Ahí donde pone nombre y apellidos tenéis que escribir el nombre y apellidos de vuestro youtuber favorito.
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La directora despidió a su primer violín porque siempre iba larghissimo; a su marido, porque iba prestissimo.
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EL ASESINO DEL 4º B
El bueno de Juan llevaba una vida muy discreta. No hacía ningún ruido, ayudaba a las vecinas mayores a llevar la compra, no planteaba problemas en las reuniones de la comunidad. El bueno de Juan nunca aparcaba mal, ni se molestaba porque invadieran su plaza. El bueno de Juan nunca se quejó del perro de la vecina del 4º C, ni de los gritos que daban los que vivían en el 4º D, ni de que los del 4ºA organizaran fiestas los fines de semana. Nadie pudo decir nada malo del bueno de Juan cuando lo detuvo la policía.