sábado, 12 de febrero de 2022

Papelera

Charles Bukowski: “Tengo tantos problemas en estos momentos que no me atrevo ni a mirarme en el espejo, y mucho menos a escribir un libro”.

El comisario Soloviov nos dijo que Krávets, el terrateniente, era un cerdo. Y nosotros estábamos pasando tanta hambre...
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Nunca te tienes que andar a medias tintas. Mira lo que le pasó a este pobre calamar.
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Antes de morir, le abracé las piernas. Me estaba poniendo nerviosa con todos esos pataleos. Iba a romper la cuerda de la que estaba colgado.
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¿Que no quiero a mi marido? Entonces, ¿por qué fui al hospital para pedirle perdón por haberle envenenado?
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LAS RAZONES DE JUDAS
Jesús nunca le daba me gusta a sus tuits.
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Rusia invade Rus.
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CONTRAFACTUAL
La piedra que lanzó aquel adolescente se estrelló en el casco de Goliat. Los filisteos sometieron a los israelitas. En el año 1134 de Roma, el emperador Constantiniano convirtió el mitraísmo en religión oficial del imperio.
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–Quería recomendarte un libro.
–Ah, ¿sí? ¿Cuál?
–Acaba con la procrastinación.
–Parece interesante. Mañana mismo voy a la librería y lo encargo.
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Esta mañana ha enterrado al perro que le trajeron los Reyes. ¡Qué ladridos daba el pobre!
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No tenía ninguna licenciatura, así que fui al Congo y la compré.
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Ingresó cadáver. El director del banco no puso ningún impedimento.
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Perdí el hilo de Twitter.
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La primera actriz no quería perder protagonismo, así que exigió que aquella joven figurante se cubriera más el escote.
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HEIL HITLER
Para evitarse problemas, Otto Schneider desnazificó a su loro.
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Si la naturaleza es sabia, ¿por qué dejó que el australopiteco bajara de los árboles?
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Debía seis millones y podía hacer dos cosas: o tirarme por el balcón o decirle a mi hijo que dejáramos de jugar al Monopoly.
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–Se ha quitado tetas y se ha puesto implantes.
–¿Eh?
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Él era un pedazo de pan y ella, la mermelada.
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A causa del cambio climático, no volvieron las oscuras golondrinas. No se fueron.
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¿Indeciso yo? No se equivoque. He tomado la decisión de dejar la decisión para más tarde.
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La novela histórica es un arma cargada de pasado. 
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La novela utópica es un arma cargada de ilusiones.
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Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Para castigarlos, envió el calentamiento global. Recomendó a Noé que se fuera a vivir a Siberia.
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POR SUPUESTO
El conde compró una televisión de plasma.
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–Sobrino, cuando yo muera, la mitad de este chalé será tuyo.
–¿Y la otra mitad?
–Pues de Hacienda.
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EL COLMO
Al juez no le gustaban los placeres inocentes.
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–¿Qué fue de Daniel?
–Murió en la guerra.
–Ah.
–Sí, de debilidad nerviosa.
–¿Qué?
–Le fusilaron por cobardía.
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–¿Y cómo se titula este cuadro?
–Es un lienzo en blanco.
–Interesante.
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Aislados en aquella cabaña, muertos de frío y de hambre, no entendió por qué su compañero, que era vegano, quería echar a suertes a quién se le cortaría la pierna.
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Era un buen tertuliano. Lo sabía todo sobre nada.
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Lo que pienso de Pedro Sánchez sólo lo puedo expresar con el silencio.
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Por no tener no tenía ni covid.
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La carrera del ventrílocuo acabó cuando la mascarilla dejó de ser obligatoria.
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Ayer empezó a dibujarle en el brazo. Ha terminado esta mañana. Ahora, dejará pasar dos días y lo subastará en internet.
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–¿Mil euros? Pues claro que nuestro banco puede prestárselos, pero debo preguntarle, por pura formalidad, para qué los necesita.
–Para llenar el depósito del coche y poder ir al trabajo.
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Los animalistas, alegando que insultaba a los lobos, consiguieron que se prohibieran los libros de Hobbes.
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El gato que había comprado era tan cariñoso que fue a la tienda para devolverlo. 
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EL COLMO
El presidente tenía varios asesores para que le aconsejaran cómo elegir asesores.
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–¿Por qué esa cara tan larga?
–Es que me han dicho que soy braquicéfalo.
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Busqué la razón en objetos perdidos. Me aconsejaron que preguntara por ella en el manicomio.
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MALENTENDIDO
A mí me parecen manchas de rotulador. Se ve a simple vista. No entiendo cómo Kaminski pudo decir que era sangre. Pero hay que ser indulgente con él: es joven. Eso sí, ministro: para que no haya más malentendidos, yo ordenaría pintar esa pared.
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Me rompió la nariz, pero seguro que él se lastimó la mano en que llevaba el puño americano.
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Francina Fornell, ejecutada por hechicería en 1657 por elaborar ungüentos, filtros, pomadas, cataplasmas y pociones con grasa de niños, fue indultada en 2022 por el Parlamento de Cataluña. 
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Dios es un antiguo. No tiene TikTok.
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No le dijo a nadie que Jesús no le había curado, porque entonces habría tenido que admitir que su lepra era fingida.
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Mi mujer me ha dicho un millón de veces que soy un exagerado.
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El doctor Lecter suele servirse la venganza en platos calientes.
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Le comunicaron a Bill McAnne que sería ejecutado a las dos y media de la mañana, cuando la luz estaba más barata.
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El sultán Mustafá II le dio al visir Murad con la Sublime Puerta en las narices.
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Hoy, la bolsa ha subido medio punto y Warren Buffett ha ganado más de lo que ganaré yo en toda mi vida.
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–¿Qué te parece este cuadro?
–Ah, interesante. Pinceladas ágiles, enérgicas, expresivas. Está claro que el autor ha dado rienda suelta a su imaginación. ¿Quién lo ha pintado?
–Un chimpancé.
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Avaro de palabras, escribe microcuentos.
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JUAN DE AUSTRIA
Sobrevivió a un lanzazo morisco y a un arcabuzazo turco, pero no a la lanceta del cirujano que le abrió una almorrana.
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Aquella niña tenía un gran corazón. Tuve que comérmelo en dos veces.
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EL COLMO
Onán sorprendió a su mujer practicando el onanismo.
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–Neus, soy adicto a tu lengua.
–El català?
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AGGIORNAMENTO
Diose dijo:
–¡Hágase la luz!
Y la luz se hizo.
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El esquiador esloveno Andrej Korčok ganó el oro en estoicismo. Fue el único que no se quejó de la condiciones de vida en la villa olímpica.
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No sólo no me dice la verdad, sino que ahora cree que todo lo que yo digo es mentira.
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EPITAFIO
Ya ves. Todo llega.
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El director de películas snuff no paraba de gritar.
–¡Corten! ¡Corten! 
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El piano de mi vecino se ha quedado mudo. El hacha la he tirado a un contenedor.
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Ayer empezó a dibujarle en el brazo un reloj. Le había costado decidirse. Finalmente le pidió un Cartier.
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El empleado de la funeraria no entiende por qué no puede teletrabajar.
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–Tu mujer es muy fría, ¿no?
–Bueno, sí, pero tiene sus ventajas. Sobre todo en verano.
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OPORTUNISTA
Quieren lo que quiero porque quiero lo que quieren.
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Cada vez que va a pasar por la puerta de un banco, se cambia de acera. No quiere que le cobren comisión.
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¿Estás triste? Pues consuélate pensando que para ti la vida será más larga.
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–Yo no me bajo de la acera para dejar pasar a un gilipollas.
–Pues yo sí.
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Le declaré mi amor en Twitter. Le dio al me gusta.
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FELIPE II
Está exultante: el último mes sólo ha gastado el doble de lo recaudado.
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El doctor Lecter invitó a cenar a Fred McNab, su vecino de palco. La verdad, no fue una gran cena, pero al menos ya nadie aplaudiría en la pausa entre movimientos de las sinfonías de Mahler que esa temporada estaba interpretando la Filarmónica de Baltimore.
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Los acarnienses eran tan tacaños que, cuando Alcides perdió la final olímpica, se alegraron. Así no tendrían que levantarle una estatua. 
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Los hombres que no dudan no han superado la adolescencia.
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A mí acúsenme de antiguo, pero sigo creyendo que los robots que se creen humanos no deberían participar en los Juegos Olímpicos.
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Valeria y yo siempre lo compartimos todo. Por eso, cuando comenzó a salir con Álex, me molestó que sólo lo quisiera para ella.
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Roma es ruidosa y sucia. Y aquí, en Capri, se está tan bien. Por todos los dioses, soy el emperador. ¿No puedo teletrabajar?
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RAMÓN BERENGUER IV
En ocasiones tiene que levantarse por la noche para cambiarle los pañales a su mujer.
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JOSEPH JOFFRE
Hoy se siente Napoleón: sus tropas han avanzado cien metros.
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EL COLMO
No encontró un traje decente de corte inglés en El Corte Inglés.
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Sorprendió que dijera que estábamos saliendo de la crisis, porque nunca admitió que habíamos entrado.
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Fernando siempre llegaba tarde, protestaba, era cizañero. Nadie le ha avisado, claro, de que el teletrabajo acabó hace dieciocho meses.
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Vio la luz al final del túnel. Animado, apresuró el paso. Llegó a una puerta. Llamó. 
–¡Vete al infierno! –le gritó una voz.
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–¿Cómo conseguiste sobrevivir a aquel infierno?
–De la única manera posible: quedándome en la trinchera hecho un ovillo.
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Ha decidido teletrabajar. La última vez que bajó a la Tierra le crucificaron. 
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Dicen que soy el abuelo de mi hijo, pero, entonces, ¿quién es su padre?
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Me peleé con un borracho y le dejé la cara como un poema de Bukowski.
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MARÍA ANTONIETA
–Majestad, os van a cortar la cabeza.
–Pero, entonces, no podré llevar collares.
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Perdió la cabeza por las mujeres y, claro, sin cabeza no se puede llevar corona.
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Era un mago vegano. Sacaba lechugas de la chistera.
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El verdugo vio que tenía mala cara.
–¿Le pasa algo?
–Esta mañana me he despertado con jaqueca. 
–Eso es por el cambio de tiempo. No se preocupe. Se le pasará pronto.
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Los astrónomos aseguraron que el meteorito Aranowski chocaría con la Tierra. La gente se volvió loca. Hubo millones de asesinatos y de violaciones. Cientos de millones de personas se suicidaron. 
El meteorito Aranowski pasó a 7.000 kilómetros de la Tierra.
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Al replicante le alegró tropezar dos veces con la misma piedra.
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COHERENTE
Sí, puede que ahora diga lo contrario de lo que decía hace un año, pero no puedes acusarme de incoherente, porque siempre he dicho lo mismo que el líder de mi partido.
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Héctor sabe que Aquiles es diez veces más rápido que él, pero se encomienda a Zenón y confía en que no pueda alcanzarle.
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LAS RAZONES DE JUDAS
Descubrió que el resto de los apóstoles tenían un grupo de WhatsApp.
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He llamado al trabajo para decir que he vuelto a contagiarme de ómicron. Esta vez no iré a la playa, sino a Madrid, de compras y museos.
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–A ver, el profe va a preguntarme sobre El árbol de la ciencia. ¿De qué va?
–Un hombre se acuesta con su criada, tiene remordimientos de conciencia y se ahorca.
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En el centro de Pekín se encuentra la Ciudad Prohibida. Nadie puede vivir allí: el aire es irrespirable.
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Vio la luz al final del túnel. Lo que no vio fue a aquel idiota que caminaba por las vías.
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¿Que lea entre líneas? Pero ¿quieres quedarte conmigo? Entre líneas no hay nada escrito.
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–¿Y usted cómo consigue vivir en paz con todo el mundo?
–¡Ay!, rindiéndome siempre.
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CADA LOCO CON SU TEMA
A mí me parecen manchas de rotulador, pero al psiquiatra no creo que le interese esa respuesta. Claro, si digo que no veo nada, dirá que estoy sano y lo mismo me sacan de aquí. No, no. Tengo que pensar. ¿Qué demonios puede ser eso? Estoy tan bien aquí. Me dan de comer tres veces al día y las pastillas de la noche me hacen dormir de un tirón; ya no tengo esas malditas pesadillas. A ver, se me tiene que ocurrir algo. Ah, ya sé. Diré que son los sesos esparcidos del celador al que ataqué hace tres meses.
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Soy hombre bala. Busco mujer explosiva.
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Crió fama de perezoso y se echó a dormir.
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Cuando su abuelo le recomendó que contara ovejitas para dormir, sacó el móvil y buscó lo que eran las ovejitas esas.
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No aceptó el dictamen de los jueces: merecía la medalla de oro en la categoría de atleta que peor soportaba la presión.
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–¿Qué te ha parecido esa novela que te envíe?
–Ctrl V.
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La atleta trans se las prometía muy felices, pero el oro se lo llevó aquella robot y que había conseguido ser aceptada como humana.
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Le he dicho a mi mujer que es el momento de que el niño duerma en su propia habitación. Algunas noches me he levantado a orinar y el monstruo que hay debajo de su cuna me ha dado ya algunos sobresaltos.
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NECESIDAD
Ayer empezó a dibujarle en el brazo un reloj digital. Hoy, después de dibujar una pizza de sabroso aspecto, le esbozará en los pies las zapatillas deportivas con las que siempre soñó. El caso es tener contento a su hijo.
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–¿A ti te escriben anónimos?
–Sí.
–Pues era yo.
–Pero ¿tú eras el que iba a quemarme la casa, el que iba a denunciarme a la Agencia Tributaria o el que iba a matarme de un disparo?
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En el comedor social estaba puesta la tele. El presidente hablaba. Decía que el país estaba mejor que nunca.
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Los estudiantes tenían tres profesores: uno al que insultaban, otro al que le tiraban bolas de papel y otro al que le rayaban el coche.
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–Yo soy crudiomnívoro.
–¿Y por qué?
–El precio de la luz está por los cielos.
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PETROMASCULINIDAD
Pedro iba en avión a todos sitios.
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–¿Qué libro es éste?
–El Ulises, de Joyce.
–Pero está en… danés.
–No, no es danés, sino sueco. Pero da igual que esté en sueco, danés, suajili o español. No lo voy a leer.
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Pues era verdad aquello que había oído muchas veces: crecen mientras duermen. La Bella Durmiente medía más de cinco metros. Y, claro, no la besó.
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Falló otro golpe, destrozó la última raqueta que le quedaba contra el suelo y perdió el oro.
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PARA COMÉRSELA
En el congelador hay Manolo para rato. Hoy mismo vamos a hacer un caldo con sus huesos, nada de esos sucedáneos que no saben a nada. Ah, y mañana prepararemos albóndigas. ¿Cómo se van a comparar con esa carne hecha de algas que quieren que comamos? Hugo quiere invitar a su novieta. Es guapa y un poco rellenita. La verdad, está para comérsela.
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COMO HICE CON LAS OTRAS
A mí me parecen manchas de rotulador. No sé quién las hizo, pero estoy seguro de que son manchas de rotulador. O de barro. No sé. Pero no son de sangre. Seguro. Y no pertenecen a mi marido. ¡Qué tontería! Lo que pasa es que no las había visto. Están pegadas al suelo. Bien escondidas las puñeteras. Si las hubiera visto, las habría limpiado con el borrador mágico.