viernes, 30 de noviembre de 2018

Llevar la relación adelante

   La primera vez que la vi sentí un escalofrío. Ella, sin embargo, no mostró ninguna emoción. Tuvieron que pasar dos o tres noches antes de que me atreviera a dirigirle la palabra. Me acostumbré pronto a saludarla cada vez nos cruzábamos por el pasillo; ella tardó unas semanas en responderme. Al poco entablamos breves diálogos, intrascendentes.
   Ha pasado ya un mes. Quizá más. Supongo que ha llegado el momento de llevar la relación adelante. Le preguntaré cómo es que tiene un puñal clavado en la espalda y supongo que tendré que explicarle por qué llevo la cabeza debajo del brazo.