miércoles, 14 de agosto de 2019

BWV 1007

Suena el despertador. El anciano lo apaga. Va al baño arrastrando los pies. Se ducha. Regresa al dormitorio y se viste; ponerse los calcetines le cuesta un mundo. Una hora después de levantarse está listo.
Camina encorvado por el pasillo. Entra en su estudio. Se sienta. Cuando coge el arco, advierte que sus dedos están engarrotados. Cierra los ojos. Acaricia el diapasón. Consigue sacar unas notas. Poco a poco se siente ligero, preciso. La suite fluye.
Pasada una hora, se levanta. Camina decididamente hacia el comedor donde le esperan para desayunar. Pau Casals, sin parar de charlar, come con hambre.

Microrrelato publicado en Microcuento.es