sábado, 19 de noviembre de 2022

Papelera

V. S. Naipaul: “Sólo el largo plazo importa. En la literatura hay justicia. Si fracasas, es porque lo mereces. Tienes que aceptarlo”.

Presionado por los animalistas, ahora el mago sólo saca de su chistera lechugas.
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Después del accidente, no volvió a escuchar mientras conducía ningún podcast político.
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El mayor misterio de la Tercera Guerra Mundial fueron las tres bombas atómicas que cayeron en Sabiote, Jaén.
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Carlos III de España y VI de Alemania (1685-1740). En 1711 sucedió a su hermano José I como sacro emperador. En 1715, en virtud del Tratado de Utrecht, se convirtió en rey de España, un año después de la decisiva batalla de Barcelona, en las que las tropas de Felipe de Anjou fueron aplastadas. Carlos VI recuperó el Rosellón, la Cerdaña y el Franco Condado y conquistó a los otomanos toda Hungría y Serbia.
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Francisco I y Enrique VIII compartían amante y sífilis.
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Se matriculó a varios cursos y seminarios sobre inversión en bolsa. Compró todos los libros de Warren Buffett. Si le quedara algo de dinero.
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Cuando el joven director que aún no había conseguido filmar una película despertó, el Spielbergosaurio todavía estaba allí.
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–Isaías dijo que el cordero y el lobo dormirían juntos.
–Pues eso no ocurre en Castilla y León.
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Antes de abdicar, degradó a Grouchy a soldado raso.
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Calafatear con pez no es algo que puedan hace los aficionados. Lo supo Noé cuando el arca comenzó a llenarse de agua.
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Aquel proyecto de fin de carrera, estaba claro, era obra de un principiante, pero le pusieron un suficiente: los Elohim le dieron un voto de confianza a Yavé.
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–En el siglo XI, Gregorio VII acabó con la simonía eclesiástica.
–Seguro.
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–Cuidado con don Avelino. Es un pulpo.
–¿Tiene tres corazones?
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Si una película de Hollywood no tiene final feliz, ¿podemos pedir que nos devuelvan el dinero?
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ISAÍAS 65, 25
Algún día,  el lobo y el cordero morarán juntos, pero el cordero prefiere no averiguar si será hoy.
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LAS RAZONES DE JUDAS
Se empeñó en que bebiéramos vino en la cena. Y a mí no me gusta el vino; me sienta mal. Prefiero la cerveza.
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EL COLMO
La bailarina de cancán tenía un gato.
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Pues el caníbal no encontró nada dulce el brazo de gitano.
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¿Qué hicieron con los libros? ¿Los quemaron? ¡Qué locura! Con el dinero que habrían dado por ellos en Wallapop.
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EL COLMO
Atravesó páramos inhóspitos y bosques habitados por monstruosas criaturas y, por fin, consiguió llegar al castillo, donde besó a la Bella Durmiente y, a continuación, exhausto, decidió echarse un sueñecito.
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Vamos a ver. He excarcelado a golpistas y violadores y ahora os vais a poner tiquismiquis porque voy a sacar de prisión a algunos corruptos.
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–¿Y este año vas a ir también al concierto de año nuevo en Viena?
–No chica. Estábamos tan apretados en la sala que prefiero mil veces antes volar en Ryanair.
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Teniendo en cuenta la Ley de Sturgeon, el califa Omar ordenó quemar la Biblioteca de Alejandría.
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Teniendo en cuenta la ley de Sturgeon
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GRANJA ANIMAL
Artículo 14. Los españoles son iguales.
Artículo 150. Algunos españoles son más iguales que otros.
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Añoraba los tiempos pasados, cuando recorría Europa. La emoción. La inquietud. El miedo. Van Helsing echa de menos al conde.
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Por lo general, los protagonistas de los microcuentos nunca pasan página.
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–Siempre he envidiado lo bien que os va a Arturo y a ti.
–Es que tenemos un matrimonio abierto.
–Ah, vaya. Con lo formalito que siempre me pareció tu marido.
–Bueno, él no lo sabe.
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El último hombre sobre la Tierra está sentado a solas en una habitación. Llaman a la puerta. Antes de abrir sabe, claro, que es una mujer.
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EL COLMO
Querían homologar su Código Penal con el de otros Estados europeos. Se convirtieron en un país bananero.
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Habían empezado a levantar cabeza. Ya habían aprendido a fabricar hachas y cuchillos de piedra pulimentada. Pero tuvieron mala suerte. Se reactivó un dron automático y les lanzó una bomba nuclear.
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A veces recordaba lo que se divertía cuando comenzó a jugar en alevines.
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Van Helsing era tan viejo que ya no se reflejaba en los espejos.
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El tacaño tuvo una pesadilla: soñó que cenaba en un restaurante con una estrella Michelin.
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A los dieciséis años entró en la cárcel por robar dos gallinas. Cuando salió, tenía patas de gallo.
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Aseguró que aún podía tardar dos años, pero, después de que a su ayudante, el joven y guapo Antonio Crosetto, el secretario papal le entregara doscientos escudos a cambio de que regresa a Cesena, su ciudad natal, Miguel Ángel terminó de pintar la Capilla Sixtina en un mes.
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Muy enfadada, su mujer fue a buscarle a la cueva: ya estaba bien de pintar bisontes; lo que tenía que hacer era cazarlos.
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–¿Qué te hace pensar que soy un mentiroso?
–Hombre. Escribes en Twitter.
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Que su mujer le disparara le sentó como un tiro.
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En ocasiones, Anubis sentía que Osiris le trataba como a un perro.
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–Alejandro, siempre he pensado que te pegaba más Darío.
–Pues no. A mí la única que me pega es mi mujer.
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Era el último hombre sobre la Tierra y, de repente, le llegó un aviso al móvil: un dron estaba a punto de dejarle en la terraza el pedido que había realizado el día anterior.
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ISAÍAS 11, 6
El lobo y el cordero recibieron un fuerte sedante y durmieron juntos.
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Restaurante alienígena.
Cliente.— (Hace un gesto con uno de sus tentáculos para llamar la atención del maitre.) ¡Oiga!
Maitre.— Sí, señor.
Cliente.—¿Esta vaca se alimentaba con pasto?
Maitre.— Cien por cien pasto, señor. Nada de forraje.
Cliente.— (Escéptico.) ¿Seguro?
Maitre.— Así nos lo han certificado nuestro proveedores.
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–Venía a darte algo.
–¿No dejé claro que no quería verte más?
–Y no me verás más. Toma.
–¿Qué es esto?
–La factura del cardiólogo.
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La tarotista televisiva tenía mucho éxito. Su asesor financiero le aconsejó invertir en bolsa. Ella prefirió seguir comprando inmuebles.
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Esa noche, Pilar se quedó en el hospital con su madre. Luis, para recordar viejos tiempos, se preparó macarrones con salchichas.
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En aplicación de la Ley de Memoria Democrática, la Guerra Civil ya no se puede llamar Guerra Civil.
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EL COLMO
Don Cástulo era célibe.
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A los 35 años, añoraba cuando tenía 20. A los 50, cuando tenía 35. Ahora tiene 65.
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–Pero, hijo, ¿por qué hiciste esto?
–Papá me dijo que, si me aburría, encendiera la tele.
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EL COLMO
Adán y Eva, comiéndose la manzana, se metieron en un jardín.
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El mercado estaba últimamente muy tibio. Vendió todas las acciones y, siguiendo el consejo de su cuñado, invirtió el dinero en Madoff Investments Securities.
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TESTAMENTO
Descartes dejó una duda.
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Todos los alumnos aprobaban la ESO y la mitad no sabía leer ni escribir.
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–Para casarme, ¿qué tengo que hacer?
–Bajar el listón.
–Ya lo he intentado. Sin éxito.
–Entonces, suprímelo.
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Le dieron el Nobel por todos los libros que no había escrito.
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Casiana se atrevió a lanzarse por el tobogán y allí se le desplazó la prótesis de rodilla.
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–Pero ¿no ha visto vuestra merced que eran molinos?
–Pues claro que lo he visto, necio, pero un caballero necesita ejercitarse.
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–Papá, he visto a un señor mayor disfrazado de Drácula.
–¿Un señor mayor? ¿Y seguro que era un disfraz?
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–En vez de perder el tiempo cantando, cigarra, deberías estar almacenando comida para el invierno.
–Hormiga, tú no has oído hablar del calentamiento global, ¿no?
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Cuando caían las bombas, el señor Lauterbach abría su paraguas y, asombrosamente, le fue bien, hasta el 3 de febrero de 1945.
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EL COLMO
El duque de Alba solía levantarse al mediodía.
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Empleado de la tienda de mascotas.— ¿Quiere algún gato en particular? ¿Tiene alguna preferencia de color, sexo o raza?
Schrödinger.— La verdad, me resulta indiferente.
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Comenzaron a hablar del insti. Acabaron comprando una litrona. Pero tuvieron que ir a un sitio solitario para no encontrarse con sus hijos.
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Pero, abuela, no me digas que no has escuchado mi podcast.
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Muy satisfecho, el general Rudenko informó al Sovnorkom de que las maniobras habían sido todo un éxito y de que sólo han muerto 457 soldados esta vez.
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Al lobo se le hizo la boca agua cuando vio a los tres cerdos. A los tres cerdos asilvestrados se les hizo la boca agua cuando vieron al lobo.
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QUIÉN LO HARÁ
No se creen la leyenda que cuenta los más viejos, la de que un valiente lo hizo. Y, como el ruido que hace el viejo gato es bastante molesto, han decidido que le quitarán el cascabel.
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Mi marido no tiene tiempo para cocinar. Dedica todo su tiempo libre a grabar un podcast sobre cocina que tiene bastantes seguidores.
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No deja de ser curioso que la mayoría de los activistas son inactivos.
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Habían pasado más de diez años desde la última vez, pero ya no podía más se había guardado tanto. Compró una libreta y reanudó su diario.
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Le expulsaron de Electroderrochones Anónimos porque se quejó del frío y pidió que encendieran un calefactor.
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A Luis XVI le gustaba arreglar relojes. Su reloj atrasaba.
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Compró una pistola simulada. Luego, entró en un banco y, mientras esperaba a la policía, recordó lo bien que se estaba en prisión.
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Mi editor me ha dicho que el mes pasado mi libro sólo vendió setenta y cinco ejemplares. Este mes compraré cien.
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CASA TOMADA
Me echaron de la casa. Eran indignantes sus modales y su falta de respeto, las burlas y mofas a las que era sometido una noche sí y otra también. Y no tenían bastante: invitaban a sus amigos para hacerles partícipes de sus bromas. Ya no pude aguantar más. Me fui. Me fui con dolor, pero me fui. Sin mirar atrás. Y eso que llevaba habitando esa casa desde 1687.
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Creó la luz, la tierra, las plantas, los animales, pero sintió que le faltaba algo: alguien que le adorara.
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Como no podía evitar prestar atención a las letras, acabó escuchando en italiano las canciones de Mecano.
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Cuando el patriarca de Constantinopla llegó al infierno, le dio igual si el Espíritu Santo procedía del Padre y del Hijo o únicamente del Padre.
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Como todas las mañanas, Luis Ramírez, auxiliar administrativo, encendió el ordenador, se echó un café y descargó un podcast.
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Mira: ese es Oddone di Piero. Te dirá que le expulsaron de Pisa por ser un gibelino, pero no es verdad. Le echaron de allí porque era un libertino.
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Siempre había soñado con ser bróker, pero, después de ver la serie Billions, se hizo profesor de instituto.
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–¿Quieres que te regale la Luna?
–Pero ¿no me la habías regalado ya?
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Perdió todo su dinero en la bolsa. Se volvió loco. Ahora va por la calle con una bolsa en la mano.
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Se puso rojo cuando el experto afirmó que su Picasso era un Gris.    
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Fui al ascensor. Allí estaba el maldito ascensorista que me había soltado el soplo de las acciones de FetCorp. Le disparé ocho balas en el pecho.
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–La bolsa o la vida –le dijo el cardiólogo al corredor.
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En dos años, al bróker se le habían despedido seis chóferes. El actual, sin embargo, carecía de ambición: nunca invertía en bolsa.
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–¿Sabes qué? Han implantado neuronas humanas en una rata.
–Pues, la verdad, sospecho que lo contrario también se ha hecho. Y con éxito.
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Les puso deberes a sus alumnos: tenían que ir al parque y hacerse fotos subidos al tobogán, jugando a la pelota, columpiándose.
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–¿Qué has leído últimamente?
–Las Cartas persas de Montesquieu, las Cartas inglesas de Voltaire, y las Cartas marruecas de Cadaldo.
–Ah.
–Y espero seguir con las Cartas italianas de Aleixandre, las Cartas portuguesas de Alcoforado, y las Cartas irlandesas y húngaras de Lizana.
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LA RONDA NOCTURNA
–Capitán Bannick, sin novedad. Las calles están a oscuras y todos los escaparates tienen las luces apagadas, como establecen las ordenanzas.
–Muy bien, teniente Ruytenburgh, pero yo no soy el capitán Bannick, sino el sargento Maarschalkerweerd.
–Es que con esta oscuridad.
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El delantero llama a su mujer y a sus tres hijos para que le deseen buena suerte. La selección sub-15 de Sierra Leona juega hoy la final.
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De llevarle al presidente del maletín nuclear se encarga Ted McGee, cuyo verdadero nombre es Yuri Nikoláievich Kuzmin.
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Hizo trampas para conseguir el máster. Nadie le pilló. Ahora, a ojos de todos, es un excelente ministro.
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No podía salir bien. Era del Betis y jugaba a la bolsa.
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El señor Wang no compró Lowfield House: no le convenció su fantasma.
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Añoraba la simplicidad de los inicios, del principio, así que lo destruyó todo. Y entonces dijo:
–Hágase la luz.
Y la luz se hizo.
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–¿Por qué vives en Orihuela del Tremedal y no en Madrid?
–Es que Madrid me parece demasiado pueblerino.
–¿Pueblerino?
–Siempre con esa boina de contaminación.
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–¿Y por qué le dejaste?
–Era muy controlador, tía, y no respetaba mi intimidad.
–Ah.
–Un día ya se pasó.
–¿Qué hizo?
–Dejé el pijama tirado encima la cama y, cuando llegué del trabajo, él me lo había doblado. ¿Te lo puedes imaginar, tía?
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Contrataron al sicario que les pidió menos dinero y, claro, le acabaron atrapando porque dejó en la escena del crimen un tufo a colonia barata.
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Compró acciones de los principales bancos. Presentó su dimisión. Se hizo tan rico que pudo renunciar a su pensión de ex presidente.
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Cuando por fin se quedó solo en el tanatorio, puso la tertulia de Federico. Tuvo que sentarse de modo que no viera a su mujer.
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Una nueva victoria del general Bondarenko. Diez mil prisioneros rusos. No convenía provocar más humillaciones. Bondarenko fue licenciado.
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Le expulsaron de Accionistas Anónimos porque no paraba de soltar soplos.
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Desde que empezó a grabar su podcast sobre la novela, no tenía tiempo para escribir.
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TAN SOLO
Menuda decepción la de Luis Carlos Trigo Roca. Aunque era de esperar, dada la situación económica, con los precios subiendo y los ingresos de los clientes bajando. No puede decirse que le pille de sorpresa. Lo veía venir. Lo estaba esperando. Pero, en cualquier caso, es una contrariedad haber ganado este año un diez por ciento menos que el pasado, haber embolsado tan solo cuatrocientos trece millones de euros.
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Debió dejar ir a aquel cocainómano. El conde estuvo a punto de morir de sobredosis.
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Cualquiera diría que la bóveda celeste ha sido diseñada por Brunelleschi.
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Director.— ¿Quería una columna tuya para mi periódico?
Arquitecto.— (Confuso.) Pero ¿de qué tipo, clásica, moderna, estriada, fasciculada, geminada, fajada?
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La despidieron como corresponsal de género porque descubrieron que era cis.
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Putin le dio las gracias al presidente chino por ayudarle a salir del embrollo de Ucrania. Pero Xi no lo había hecho gratis.  Le pasó la factura a Putin: el Territorio Marítimo, Vladivostok.