La Mujer Espejo no tiene estilo propio. Es una imitadora. Copia a la Mujer Modelo. La Mujer Espejo reproduce el peinado, el maquillaje, el estilo de ropa, todo. Pasa horas y horas buscando parecerse a la Mujer Modelo. A veces, de manera sutil, le pregunta a qué peluquera va, dónde se ha comprado esa camisa, cómo ha conseguido esos zapatos. La Mujer Espejo es incansable. Nada le detiene. Sólo se siente satisfecha cuando ha logrado copiar totalmente a la Mujer Modelo. Entonces busca una nueva Mujer Modelo a la que imitar. Pero, ¿qué pasa cuando la Mujer Espejo, por error, trata de copiar a otra Mujer Espejo?
Microrrelato finalista en el III Certamen de Microrrelatos “Escríbeme una foto”