Después de largos años de entrenamiento lo consiguió. Se convirtió en la Sombra. En otros circos actuaban artistas sin sombra, pero la Sombra era la primera sombra sin artista. Al principio, sus actuaciones fueron todo un éxito. El fascinado público aplaudía cada una de sus apariciones. Sin embargo, con el paso del tiempo, los espectadores empezaron a pensar que se trataba de un truco de luces, de un engaño. Se cansaron de la Sombra. Tuvo que retirarse. Intentó recuperar su cuerpo, pero le resultó imposible. Ahora dedica su tiempo a pasear por los parques entre las sombras de desconocidos haciéndose la ilusión de que uno de esos cuerpos es el suyo.
Microrrelato presentado a las Jornadas Fantasti'CS