sábado, 13 de octubre de 2018

Reglas de juego

Se colocó la cofia delante del espejo, cuidando de dejar bien ocultas las orejas. Echó las cortinas y dejó la habitación en penumbra. Se acostó en la cama y se tapó la cara con el embozo de la colcha. Estaba listo.

No tuvo que esperar mucho: alguien llamó a la puerta.

–Adelante –dijo con voz impostada.

–Hola, abuelita.

Le llamó la atención que la altura de la niña. Aunque lo que realmente le sorprendió fue que llevara un hacha en la mano.

La realidad era que, para jugar con las mismas reglas, el cazador llevaba puesto el disfraz de Caperucita.