lunes, 19 de noviembre de 2018

Al tercer día

Un ruido despertó a los legionarios. Estaban moviendo la piedra que cerraba la tumba.

—¡En nombre de Roma, alto!

El desconocido les ignoró. Los soldados, a pesar del terror que sentían, lo abatieron a espadazos.

—Es ese judío...

—Devolvámoslo al sepulcro. Marte quiera que nadie advierta que ha tratado de escapar.