domingo, 1 de noviembre de 2020

Papelera

 Benjamin Disraeli: “Nunca te quejes, nunca des explicaciones”.

–Eh, oiga. Que este camino no lleva a ningún lado.
–Ahí es precisamente adónde quiero ir.
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Lo que más le gustaría al pianista sería tocar a Clara Schumann.
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Ese día, en clase de Ciencias Naturales, tocaba destripar una rana. Jack descubrió que le gustaba.
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Arturo habló en la reunión de Envidiosos Anónimos. Qué bien se expresó.
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–Hágase la luz –dijo.
–Vale, vale, pero ¿a 125 o a 220? –preguntó una voz.
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Aquel hombre-libro tenía tan mala memoria que le dieron a recordar El dinosaurio, de Monterroso.
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Schrödinger fue poco cuidadoso: se le rompió la botella de gas venenoso y murió intoxicado.
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Donde el caballo de Atila pisaba no volvía a crecer la hierba. Tuvieron que sacrificarlo porque ya había echado a perder cientos de millas cuadradas de pasto.
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EL COLMO
El paranoico fue destruido por algo que no le preocupaba.
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Los pajes de los Reyes Magos han sido enviados a un ERTE.
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Judas dijo que estaba haciendo la dieta 16-8 y pasó de la última cena.
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Guillotin tuvo la satisfacción de comprobar personalmente que su máquina funcionaba a la perfección.
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1815
¿Traicionar a Luis XVIII o traicionar a Francia?
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Hace siete años que Keops resucitó, pero, con tantos laberínticos pasillos, aún no ha conseguido encontrar la salida.
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EL COLMO
Hago sonreír a mi dentista.
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Yo, ella, el dormitorio parecíamos el búfalo, la leona, la sabana.
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Mansur Al-Qahir oyó que Yusuf Al-Amir contaba que Abu Yaqub sostenía que Al-Mutawakkil había dicho que Abu Yafar Al-Muqtadi había visto que Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se tapó un día la boca con la mano al bostezar.
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No me sigue, me vigila.
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PERO SI SÓLO
–Conoce su responsabilidad como ciudadano, ¿no, señor Ragozza?
–Hay tantas normas, señoría…
–No me venga con excusas. La Autoridad lleva años facilitando cada vez más el acceso a la legislación. En cualquier caso, se las voy a recordar. Usted tiene la obligación de proteger su salud.
–Tiene razón, señoría.
–Sobre todo, teniendo en cuenta su edad.
–Lo sé, señoría, lo sé.
–No basta con saberlo, señor Ragozza. La sanidad pública no puede hacerse cargo de irresponsables. Sin contar con el costo que supone vigilar conductas tan inconscientes como la suya.
–Señoría, tampoco fue tan grave.
–¿Que no fue grave? Lo que usted hizo, señor Ragozza, está penado con tres meses de prisión.
–Pero si sólo me comí un dónut, señoría.
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Los hombres yanomami, para demostrar que las quieren, golpean a sus mujeres, que muestran orgullosas sus cicatrices. Nosotros, más materialistas, les regalamos flores a nuestras mujeres.
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–¿Cómo descubriste que era un robot y no un humano?
–Porque maquinaba.
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2º de ESO
–Hola, ¿cómo estás?
–Cabrón, eres un hijo de puta.
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–¿Y cuando empezasteis a codearos?
–Durante la pandemia.
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El conde comenzó a recoger firmas contra el toque de queda.
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Acuerdo contigo que te haré más caso. Dedicaré un rato cada día a hablar. No estaré sentado en el sofá más de dos horas. Veré contigo documentales. Dejaré el móvil. No me bajaré más aplicaciones.
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La botella está medio vacía, así que la disfrutaré a pequeños sorbos.
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Cuando llevaba allí dos horas, descubrió que se había equivocado de cola. Tres horas después, sus compañeros de cola le habían convencido de que Pérez-Reverte era un gran escritor.
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Los guerreros de terracota echaron a correr cuando vieron a aquel adolescente que llevaba un martillo en la mano.
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–¿Por qué se manifiesta usted?
–Porque es una obscenidad, una vergüenza: llevo casi un año con estas deportivas. ¿Se lo puede creer? Casi un año. Necesito otras.
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Caballo Lento siempre rehuía la lucha. Prefería fumar la pipa de la paz con sus enemigos. Caballo Lento no murió en combate, sino de una afección pulmonar.
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Gregorio Samsa se emociona cada vez que escucha La cucaracha.
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Estos son mis principios, pero, si cambian las circunstancias, tengo otros.
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Robinson Crusoe no fue del todo sincero: él era el criado de Viernes y no al revés.
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A mi abuelo Henri le gusta contar batallitas: Brienne, Hoogstraten, Courtrai, Craonne, Champaubert… A mí me gustaría que me contara batallas de verdad: Austerlitz, Borodino, Wagram, Leipzig, Waterloo… 
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–¿Ha leído mucho?
–Sólo tres capítulos.
–¿Y qué le parece?
–Rocambolesco.
–¿Rocambolesco?
–Ya te digo. La creación del mundo en seis días, la del hombre y la mujer, la expulsión del paraíso. Extravagante, desquiciado, inverosímil.
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El general Moreau está furioso. La  guerra se está volviendo inhumana. A causa de las restricciones, tienen que cortar la calefacción al anochecer. Y, lo peor, el café está asqueroso.
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SICARIO
Le agradezco con otra sonrisa su mentira piadosa. Entonces disparo.
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Puedo escribir los versos más tristes esta noche, pero prefiero ver una serie.
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Los ejércitos soviéticos invadieron Alemania el 16 de mayo de 1941. El 13 de agosto, las tropas de Stalin entraban en Berlín. El 8 de octubre, la aviación soviética bombardeaba Londres.
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Timbre de bicicleta adquirido por medio millón de dólares. Un Van Gogh no encontró comprador. La noticia de la subasta cayó como un disparo de cañón.
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¿Cómo se llama? Es tan guapo. Tendría que preguntárselo. Bah. Qué gracioso es. Oh, no, Marta. Tendré que presentárselo. ¿Cómo se llama?
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EL COLMO
Los gallos están hechos unos zorros.
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–¿Es la unidad del dolor?
–Sí. Dígame. ¿Qué le duele?
–El amor.
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Llegó a la conclusión de que no merecía la pena irse al culo del mundo porque, simplemente, quería esconderse de sí mismo
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Está convencido de que sólo habrá paz en la tierra cuando explote la bomba omega.
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Aquella guapa vendedora de helados le dio un corte.
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El escritor tiene un castillo en Francia, un ático en Nueva York y un apartamento en el Caribe. Todo fruto de su imaginación.
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Claude Drôle y Françoise Pépin posaron durante dos meses para El beso, de Rodin. Eran novios. Ya no lo son.
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–Cría cuervos y te sacarán los ojos.
–¿Y para qué iba yo a querer criar cuervos?
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A Prometeo le perdieron sus ganas de complacer. Alguien le pidió fuego y lo que pasó, bueno, ya lo saben.
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CUT-EAR CONTEST
Le dije que yo ya había superado el reto. Al día siguiente, le tocaba a él completarlo. Pero al día siguiente me encontré una nota. En ella, Gauguin me decía que se iba a las antípodas.
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Antes de la batalla contra los amalequitas, Josué no sabe qué hacer: si reza, Yavé se enfada; si no reza, también. Tiene tarea Yavé.
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Me asusté un martes cuando fui a la gasolinera y vi el precio del gasoil.
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La estatua de don Gutierre se levantó y golpeó a François Navet, el sargento de granaderos que había besado los labios de doña Isabel, su esposa, y exclamó:
–Que no soy de piedra.
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Hamlet ha tenido mala suerte: el hombre-libro ha perdido la memoria.
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–Pero, Giuseppe, ¿qué haces cortando los árboles?
–Órdenes del barón Arminio. Está cansado de que su hijo Cosimo viva como un mono. 
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Viendo la botella rota y al gato ronroneando, Schrödinger sacó una conclusión: el veneno era inocuo.
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Ha llevado una buena vida (lo que él llama una buena vida): ha engañado más veces de las que le han engañado.
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–¿Hace algún ejercicio?
–Me subo a la báscula por lo menos veinte veces por día. Esto cuenta, ¿no?
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La contraté para que ordenara mi casa. Desordenó mi vida.
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Gregorio Samsa tenía un sueño: conducir un Volkswagen Tipo 1.
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Lucha contra el dragón, que le arranca un brazo. Finalmente consigue hundirle la espada en la boca. Bañado en la sangre de la bestia, llega al castillo. Sube a la habitación de la Bella Durmiente. La besa. Ella despierta. Le mira.
–¿Qué voy a hacer contigo? Estás hecho un eccehomo –le dijo.
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ANTIPANGLOSIANO
No hay bien que por mal no venga.
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El líder de la oposición no está  dispuesto a permitir que el estado de alarma esté en vigor seis meses, pero aceptaría su vigencia durante veinticuatro semanas.
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Los cuernos no sólo no derribaron los muros de Jericó, sino que dejaron sordo a Josué.
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–A su marido se le fue la pinza.
–¿Y cómo fue?
–Estaba tendiendo la ropa.
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Los habitantes de Cuba sabían que iban a ser exterminados, por lo que, antes, les ofrecieron el secreto del tabaco, que mataría a cientos de castellanos.
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–¿Por qué me sigue? Si cree que me dirijo a algún sitio, se equivoca. No voy a ningún lado.
–Ahí es precisamente a donde voy yo.
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CAUSALIDAD
Prometeo roba el fuego a los dioses. Nerón incendia Roma.
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Abdullah Al-Qaim, visir del califa Ubayd Al-Mahdi, contempla a la nueva esposa de su señor. Qué hermosa es. El califa le preguntará, sin duda, sobre ella. Abdullah, como buen cortesano, sabe lo que tiene que hacer: se corta la lengua, se arranca los ojos. Ç
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Ulises espero a que muriera Penélope para escribir sus memorias.
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El pianista tocaba de memoria. Era famoso por sus improvisaciones.
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Mi tío Jaime me legó un buen consejo, tan bueno que tuve que pagar por él 15.000 euros en concepto de impuesto de sucesiones.
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Oyuasistán advierte que no ingresará a los ancianos en la UVI, ni a los jóvenes, ni a los adultos, ni a nadie. Pero ¿por qué demonios han caído enfermos?
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Siempre será mejor estar equivocado con Borges que en lo cierto con Sabato.
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¿Era Blanca a la que no le gustaba que le tocaran los pies o era Mónica? Pues no, era a su mujer.
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Narendra cierra los ojos. Piensa en su desdichada vida, que acabó en crimen y asesinato. La espada del verdugo se abate. Narendra vuelve a renacer. Sigue siendo una rata. 
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13 de julio de 1789. Francia anda agitada. Luis XVI se enfrenta a la situación borbónicamente: sale a cazar.
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Cuando iba por el capítulo 10, recordó quién era el asesino.
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Siempre tuvo mala memoria. Olvidó ponerse el condón. Olvidó a su hijo en el coche mientras estaba en la playa.
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Tuvo una infancia tan feliz que la ha olvidado.
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–Hágase la luz –dijo.
Y la luz se hizo. Y él se sorprendió de que hubiera funcionado.
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¡JODER!
Prefería el gerundio al participio.
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Él no recordaba sus promesas, así que yo decidí olvidar las mías.
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–Señor Biden, usted se ha comprometido a acabar con el consumo de petróleo, ¿no?
–Así es.
–¿Qué le diría a los ciudadanos de Texas y Pensilvania que viven de la industria petrolífera?
–Les diría que, en 47 años de carrera política, nunca he cumplido mi palabra.
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Me lavo las manos veinte veces al día. Siempre tengo las gafas empañadas. No puedo ver a mis familiares, a mis amigos. No puedo tomarme una cerveza en un bar. No puedo ir al cine. No puedo viajar. Estoy pasando por la etapa más feliz de mi vida.
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Peligrosa, muy peligrosa comprendió que era la situación en la que se había metido cuando no vio reflejada a la bella desconocida en el espejo.
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EL COLMO
Le llegó el IBI por el palacio de la memoria.
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–Es muy estridente.
–Vamos, que quieres decir que es inofensivo.
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No pudo asistir a la reunión de Profesores Furiosos Anónimos: estaba en la cárcel por pegar a un alumno.
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En aplicación de la Ley de Memoria, le conminaron a que olvidara octubre del 34.
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Lleva treinta y nueve años recordando la sonrisa que, antes de firmar la hipoteca a cuarenta años, se le escapó al director del banco.
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EL COLMO
Como tenía llena la memoria del móvil cuando visitó el Coliseo, no sacó fotos y olvidó que había estado allí.
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A Pedro le leyeron el Evangelio de Juan.
–¡Qué mala memoria tiene el chico! –dijo.
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A los tres días se dio una palmada en la frente. Casi se le olvidaba: tenía que resucitar a su hijo.
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Ha olvidado que, hace quince años, cuando hizo testamento, desheredó a la hija que ahora le cuida.
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Míralo con optimismo, Sancho: mientras estén ladrando no nos muerden.
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Me asusté un martes cuando no se me ocurrió ninguna idea para un microcuento.
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–El sultán ha decidido salir en campaña.
–¿Y eso?
–Tiene a siete concubinas embarazadas y está harto de atender todos sus antojos.
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No recordaba dónde había dejado el cuerpo, así que no pudo recuperar el billete de lotería.
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Lleva treinta y nueve años recordando la sonrisa que, antes de firmar la hipoteca a cuarenta años, se le escapó al director del banco.
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En la enfermería de la plaza recordó que había olvidado rezarle a la Virgen de los Dolores.
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Con mi ex, la cosa no funcionaba. Tenía muy buena memoria.
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La musa tuvo que concluir que era un bloqueo resiliente.
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El país necesitaba un cirujano de hierro. RT-12G se convirtió en su presidente.
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–¿Por qué está tan solo ese hombre-libro? ¿Por qué le evitan todos? ¿Quién es?
–Cementerio de animales.
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El joven sin perdón derramó oscura sangre. El conde le regañó por echar a perder la comida.
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–¿Por qué rompiste con Laura? Era tan adorable cuando estaba con ella.
–Cuando no estabas con ella, era una bruja.
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–Recuerda, hija: a las doce en casa.
–Ya, mamá, no soy tonta. A las doce estaré en la casa que hemos alquilado y allí pasaré de fiesta toda la noche.
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Él me rompió el corazón. Yo se lo atravesé con una bala.
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Me asusté un martes cuando, al despertar, vi a mi marido en la cama con un puñal clavado en la espalda.
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En la cena de Navidad, la política era un tema tabú. Y el fútbol. Y el testamento del tío Carlos. Y el tatuaje de Laurita. Y el novio de Juan David.
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Ve el pasado cada vez con más optimismo.
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Escribió sus memorias para tratar de echar en el olvido los episodios más vergonzosos de su vida.
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–¿Sabes que estoy enamorada de ti hasta los huesos?
–Lo sé. Los veo.
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EL COLMO
Mientras contemplaba la llegada de los barcos, sentado en el malecón, el viejo pescador pescó un resfriado.
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Observa y calla. Alcanzada la vejez, ha descubierto por fin en qué consiste la sabiduría.
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–¿Vitral falso? ¿Cómo es posible? 
–No es gótico. Eso, seguro. 
–¿Seguro?
–Entonces la gente no llevaba sombreros de Panamá.
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Aquiles logró alcanzar a la tortuga y se la estrelló en la cabeza a Zenón de Elea.
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–¿Cómo has conseguido que tu matrimonio dure tanto tiempo?
–Fingiendo tener una memoria de pez.
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Soy un microcuentista famoso. Me conocen casi diez personas.