miércoles, 27 de septiembre de 2017

Microcuentos

PARAÍSO ZOMBI
Ahora es Laura quien va detrás de mí.
--
–Con mis palabras las seduzco, pero con mi nariz, ¡ay!, las espanto –dijo Cyrano.
--
DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA
Cuando murió, el Estado le compró un ataúd de cartón.
--
–Mi nuevo novio tiene ojos picassianos.
–Me estás diciendo que es tuerto, ¿no?
--
–No descartamos ninguna hipótesis.
–Entonces, inspector, ¿creen posible que el desaparecido fuera abducido por los alienígenas?
--
Había una vez tres cerditos que decidieron construirse una casa. El primero de ellos se la encargó a Santiago Calatrava…
--
Frr ha dado por concluida su investigación: después de abducir varios miles de vacas, ha llegado a la conclusión de que sólo saben decir mu.
--
(T)ERROR
Se casó con un independentista.
--
El último día de la humanidad en la tierra, Kim Jong-un se levantó con el pie izquierdo.
--
–Recorrí con mi cuñado la Senda del Hombre Muerto.
–¿Y qué tal?
–Ahora se llama la Senda de los Hombres Muertos.
--
Creyeron que su tío estaba en prisión por ser pirata informático. Hasta que encontraron aquel cofre oculto en el sótano.
--
Sí, Jorge, te dije que mi padre era un dragón, pero no por eso tenías que matarlo.
--
Si no me cuentas cómo has logrado transformarte en árbol, traeré un motosierra.
--
Exploró minuciosamente todos los rincones de aquel cuerpo. Exhausto, tuvo que dejar el volcán de Venus para otro día.
--
NAPOLEÓN ARQUIMÉDICO
(13 vendimiario del año IV)
Dadme un cañón y removeré la locura de la multitud.
--
No, mi cuñado no quería suicidarse. Mi cuñado lo único que quería era abollar mi nuevo Audi A3.
--
–¿Adónde quiere ir?
–Adonde sea.
Le enviaron a los calabozos del aeropuerto.
--
Le dijeron que, si quería que le concedieran una musa, presentara un documento de solicitud. No encontró las palabras.
--
La montaña va a Mahoma m u y l e n t a m e n t e .
--
Newton, cansado, se sentó debajo de un haya. Nada le ocurrió.
A diez pasos había un manzano.
--
SABBAT
Dios descansó el séptimo día. Y el octavo. Y el noveno. Y…
--
La Muerte estaba generosa. Para no separarles, se los llevó a los dos.
--
Viajaba sin billete. El revisor le echó del astrobús.
--
Se sentó junto al sauce llorón y trató de consolarle.
--
AMOR IMPOSIBLE
La vampiresa le pidió a Van Helsing que le clavara su estaca.
--
Caperucita está indignada: su abuela, que no quiso comprarle un móvil, se ha hecho una ortodoncia.
--
Las campanas son infatigables. No se cansan de doblar a los muertos.
--
–¡Dios es el más grande! –grita mientras apuñala a un inocente.
Y Dios, avergonzado, se encoge.
--
–El Gran Hermano te vigila.
–¿Y no tiene nada mejor que hacer?
--
–Era Paula.
–Sí, ya. Habéis estado hablando una hora.
–No cortaba.
–Le habrá pasado algo a su perro. ¿No le has preguntado?
--
El voluntario que tomó 20.000 huevos (fritos, cocidos, pasados por agua…) murió. Los médicos han podido demostrar que el Britonil es tóxico.
--
Me propone la peor de las soluciones cada vez que le consulto algo. He tenido que cambiar de almohada.
--
–¿Cuánto cuesta el autobús?
–Lo siento, señor. Es propiedad municipal. No está en venta.
--
–¿Tienes un hermano?
–Un medio hermano.
–¿Por parte de padre o de madre?
–No, no. Partido por una cimitarra turca.
--
San Juan dejó unas instrucciones tan oscuras y embrolladas que Dios ha tenido que aplazar el apocalipsis sine die.
--
Después de leerle las líneas de la mano, el quiromante se ofreció a comprarle todas sus acuarelas a Adolf.
--
Sabato, que odiaba a Borges, se reencarnó en cazador de tigres.
--
–La esposa del califa es la mujer más guapa del mundo. Se me fueron los ojos detrás de ella –dijo el ciego.
--
Le gusta perderse en la naturaleza. Por el contrario, su mujer está cansada de llamar a la Guardia Civil para que le encuentre.
--
–Mirad –dijo el tigre–, ésta puede ser la causa: aquí dice que en 2018 un tal Trump legalizó los alimentos transgénicos.
--
PENELOPÍADA
Satisfacer a 108 pretendientes sí que fue toda una odisea.
--
Hasta hace poco vivía en la calle de la Esperanza. Ahora me he trasladado al callejón del Desencanto.
--
Aunque no para de repetirme que no quiere perder el tiempo, se enfada si tardo sólo cinco minutos
--
Esperaba a setenta y dos huríes en el paraíso, pero tuvo que conformarse con un psiquiatra en la cárcel.
--
El dentista le arrancó una muela y le dejó un enorme agujero en la boca, tan grande que un día, por descuido, se cayó dentro.
--
En la versión del Libro de la selva que Shere Khan les leía a sus nietos, él era el héroe de la historia.
--
Nos leía historias muy tristes para que, en comparación, la realidad nos pareciera alegre y soportable.
--
–¡He visto un dragón!
–Sí, claro que sí. Acompáñenos a la Clínica Psiquiátrica San Jorge. Somos especialistas en dragones.
--
El hijo de Superman y Lois Lane salió con el cerebro de su padre y la fortaleza de su madre. En fin, un desastre.
--
Augusto y Carablanca comprendieron, demasiado tarde, que Pennywise actuaba solo.
--
A la hermanastra de Cenicienta le apretaban los zapatos, pero aguantó el dolor hasta después de la boda.
--
El caballero se casó, tuvo una hija, que creció hermosa como su madre. Un día, el caballero descubrió que se había convertido en un dragón.
--
El caballero se llevó al dragón y me dejó en el castillo. Resulta que trabajaba para el Circo Barnum.
--
¡Menuda ortodoncia te has hecho, abuelita!
--
HOLANDÉS DESPISTADO Y ERRANTE
Olvidó en casa la brújula.
--
Tratan de seducirme con su cuerpo. No saben que lo que busco es su alma.
--
–Platón, no pongas esas palabras en mi boca –dijo Socratés.
--
Los animalistas denunciaron a Caperucita por atiborrar de comida al lobo.
--
Mi marido necesita un rebaño de chivos expiatorios.
--
Se he quedado mirando la fachada de un edificio antiguo y han estado a punto de lincharle: le han confundido con un turista.
--
Hoy es el aniversario: lleva diez años en el refugio nuclear. Pasados otros diez años saldrá y descubrirá que había sido una falsa alarma.
--
Me propuso intercambiar fluidos. Le dije que no. La nueva emulsión lubricante GF-345 Ultra no la comparto con nadie.
--
Su abogado le aconsejó que lo negara todo. Así, cuando el juez le preguntó si iba a decir la verdad, naturalmente le respondió que no.
--
–¡Ay, hija mía! ¡Has perdido la virginidad!
–¿Perdido? No, madre, sé exactamente dónde la dejé.
--
–¿Cómo conseguiste librarte de la Muerte?
–Fue fácil: me hice la dormida.
--
Le propuse intercambiar fluidos. ¡Qué error! R4-T32 utilizaba un lubricante tan viscoso que me dejó varias junturas atascadas.
--
–Estoy en un callejón sin salida.
–¿Y por qué no sales por donde has entrado?
--
Éramos tan incompatibles como la tónica y la ginebra.
--
No podían dejar de besarse porque no tenían nada que decirse.
--
La princesa regañó al dragón: se suponía que tendría que haberse dejado ganar por el caballero.