sábado, 11 de noviembre de 2017

Remedio absolutamente radical

El Lorazepam le hacía el mismo efecto que un caramelo. Tomar Zolpidem sólo le garantizaba un rato de descanso. El médico del sueño tuvo que recurrir a un remedio absolutamente radical. Para dormir a pierna suelta le recetó que leyera todas las noches un par de páginas de Alain Robbe-Grillet.