sábado, 18 de noviembre de 2017

Sonata en Sol Mayor

No le gustaban los conciertos, por lo que, cuando al conde le llegó la invitación a aquel recital de piano, estuvo a punto de arrojarla a la papelera. Sin embargo, decidió echarle un vistazo al programa. El concierto empezaba a las diez de la noche –mucho después del anochecer- y las obras eran inocuas: la Marcha en Re Mayor de Bach, la Sonata en La de Mozart, la Sonata en Mi Menor de Beethoven, el Nocturno en Si Mayor de Chopin y el Estudio en Mi Sostenido Menor de Scriabin. Decidió acudir.

El recital, empero, fue decepcionante. El intérprete, un holandés de apellido impronunciable, más que tocar, aporreaba las teclas. Entre el auditorio la decepción fue pronto sustituida por el enfado. El conde, al menos, logró sentarse junto a una bella mujer que llevaba un promisorio palabra de honor; estaba deseando que acabara el concierto para invitarla. Le sorprendió, como al resto de público, que el pianista anunciara un bis. Lamentablemente, el conde identificó demasiado tarde la pieza: la Sonata en Sol Mayor de Beethoven. 

Van Helsing no dejó de tocar ni siquiera cuando uno de los espectadores comenzó a arder.

Microrrelato seleccionado en el V Concurso Nacional Tono Escobedo de Relatos Breves