domingo, 10 de noviembre de 2019

Microcuentos

Al principio no le amaba; era feo, tímido, desmañado. Sin embargo, María Antonieta acabó perdiendo la cabeza por su marido.
--
–¿Cómo lo quiere? –preguntó el camarero.
–Bien quemado.
El camarero le trajo un profesor de instituto.
--
Cortó miles de árboles que no le dejaban ver la pradera.
--
El turista, cansado, dejó de sostenerla. La Torre de Pisa se cayó.
--
El creador de crucigramas adoraba a Ra, dios egipcio de dos letras.
--
A Apollinaire, el poema le quedó redondo.
--
En mi casa hay un fantasma y dos personas que gritan cada vez que me ven.