sábado, 28 de marzo de 2020

Doctrina

El encomendero Diego de Ortega está fuera de sí: con los indios no hay manera. Son tan brutos que no se enteran de nada. Si no fuera porque pronto tendrá que recoger la cosecha de caña, los mataría a todos. Lleva horas azotando sin parar al indio cuyo nombre de bautismo es Juan.
–¿Vas a repetir lo que te he enseñado? ¡Repítelo, maldito salvaje! ¡Repítelo!
Y el indio cuyo nombre de bautismo es Juan, totalmente cubierto de sangre, repite lo que el encomendero Diego de Ortega le ha enseñado:
–Amaos los unos a los otros como yo os he amado.

Microrrelato publicado en Microcuento.es