domingo, 9 de agosto de 2020

Mañana

Jon Kabat-Zinn: “A donde quiera que vayas, ahí estás”.


Recién salido de la cama, sin quitarse el pijama, enciende el ordenador. Busca la distancia hasta Mérida. 375 kilómetros. Puede tardar cuatro horas en coche. Es necesario hacer una parada. Azuaga puede ser una opción. Tomará un buen desayuno y descansará durante un rato. ¿Tendrán cachuela extremeña? Busca hotel en Mérida. ¿Habrá sitio en el Parador? Sí, e incluso tiene aparcamiento. Quiere volver a ver el Museo Romano, el teatro, el anfiteatro. Ah, pasará otra vez por debajo del Arco de Trajano. ¿Le dará tiempo de visitar la Casa del Mitreo? ¿Y dónde puede comer? Prefiere dejarlo al azar. No, tiene que buscar un sitio donde pongan migas.

Antes de seguir se levanta y se prepara un café con leche. No tomará tostada; la falta de ejercicio por el confinamiento le está haciendo mella. Tiene que pensar en el segundo día. Por la mañana saldrá de Mérida en dirección a Salamanca. 270 kilómetros. ¿Le dará tiempo a visitar Yuste? No, demasiado lejos. Y carreteras secundarias. Pero puede ir a Plasencia. No entiende por qué no es Patrimonio de la Humanidad. Hará una parada de una o dos horas. Desayunará en la Plaza Mayor de Plasencia. La ciudad tiene dos catedrales. ¿Podrá visitarlas? Temprano, llegará a Salamanca. En su última visita, la Universidad estaba en obras. ¿Habrán acabado? Comerá en algún bar de la Plaza Mayor y tomará café en el Novelty. Luego, recorrerá las calles. Entrará en la Casa de las Conchas. Visitará la Catedral.

El tercer día será pesado.  Monforte de Lemos. 370 kilómetros. Se detendrá a desayunar en algún pueblo de León. Monforte también tiene un parador. ¿Habrá buenos vinos? Por la tarde, visitará la Ribeira Sacra, los cañones del Sil. Hay un catamarán. No, será pesado. Quizá tenga con conformarse con el Mirador del Duque. ¿Será posible ver dónde confluyen el Sil y el Miño? Y el cuarto día tendrá que tomárselo con tranquilidad. Irá a Pontevedra. 160 kilómetros. Visitará Lalín y hará alguna parada más. En Pontevedra le servirá algún hotel céntrico con aparcamiento. ¿Qué hay interesante en Pontevedra? La basílica de Santa María la Mayor, por supuesto. 

Se levanta y se prepara un bocadillo. Advierte que le queda pan para tres días. Para cinco si hace los bocadillos más pequeños. ¿Puede comer menos?

El cuarto día saldrá temprano. Quiere visitar la isla de La Toja. Verá la ermita de San Sebastián. Luego, irá directamente a La Coruña. Hay poco más de cien kilómetros. Recorrerá la carretera antigua. Quizá se detenga en Iria Flavia. Lleva años queriendo visitar La Coruña. Cualquier hotel le servirá. Pasará allí dos o tres días. Tres. Puede aprovechar para ir a Santiago. ¿Podrá conseguir una entrada para visitar el Pórtico de la Gloria o será demasiado tarde? Bah, lo importante es devorar un chuletón en el Asador Gonzaba y tomar café en el Hospital de los Reyes Católicos. En La Coruña no puede perderse la Torre de Hércules, los pimientos de Padrón, el pulpo a la gallega, la tortilla de patatas. Dicen que hay muchas tiendas, buenas librerías.

¿La vuelta? Bah, la vuelta la hará de cualquier manera. Podría pasar por Asturias a la vuelta. No, tiene que planificar un viaje para visitar Oviedo. Pero eso será mañana.

Microrrelato para el Concurso de Historias de Viajes Zenda