Augusto Monterroso: “Contar la historia del día en que el fin del mundo se suspendió por mal tiempo”.
Tres años después, ordenando papeles, se encontró con el programa electoral del partido al que había votado. Releyéndolo, le dio la risa.
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–Tú hijo estudiará LADE, ¿no?
–No, qué va. Tiene muchos pájaros en la cabeza.
–Ah. Entonces ¿qué quiere estudiar?
–Ornitología.
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Sobran leyes educativas. Falta educación.
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Como esto siga así, los únicos libres van a ser los taxis.
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Se retrasaba medio minuto, dos minutos, cinco. Le dije a mi mujer que tenía que salir.
–¿A dónde vas?
–Al funeral del profesor Kant.
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Eneas no consigue escapar de Troya. No tiene a su hijo Julo con Lavinia, la hija del rey de los latinos. Pompeyo derrota a Craso en la guerra civil y se convierte en príncipe. Le sucede su hijo Sexto. La dinastía Pompeya gobierna Roma doscientos años.
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EL COLMO
Suspendió el examen para sacarse el carné de identidad.
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HISTORIAS DE BAJEZA
La pobre mujer se desangra. Como es natural, saca el móvil y graba.
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Pilatos ordenó que el autoproclamado rey de los judíos fuera degollado y su cuerpo arrojado a una fosa. De sus seguidores nunca más se supo.
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EL COLMO
No permitió que Drácula le mordiera hasta que no se lavara los dientes.
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Colón le dijo a su mujer que iba a buscar tabaco.
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Van Helsing despertó al conde
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El pobre tigre tenía hambre, señoría.
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Para el psicoanalista está claro: Chuang Tzu estaba harto de sentirse un gusano.
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Incapaces de alimentarles, los padres de Hansel y Gretel los mataron.
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Mi novia me ha dicho que madure. Voy a hacerlo. Dejaré de jugar con los Lego. Me iré de botellón.
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Simeón el Estilita no comprende por qué ha acabado en el infierno. Ni se le pasa por la cabeza que, durante treinta y seis años, siete meses y doce días, incurrió en el pecado de la altanería.
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Creo que me he quedado embarazada. ¿Qué dirá la madre superiora cuando se entere?
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HISTORIAS DE BAJEZA
Reunió a sus empleados y les dijo que los asintomáticos no contagiaban el virus.
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Tuve una infancia anodina. Mis padres no me dejaron tener un monstruo debajo de la cama.
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En la alcoba de Chuang Tzu encontraron una monstruosa mariposa.
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Decidió no crearse enemigos al empezar. Escribió: En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme.
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13 de marzo de 2327. Liceo número 145 de Kampala. Pembe Otango levanta la mano porque tiene una duda. ¿Cómo es posible que los bisabuelos de esos pobres europeos que llegan al país para ocuparse de los empleos que nadie quiere, cómo es posible que a principios del siglo XX dominaran el mundo?
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Analiza el futuro analizando el ruido del frigorífico. Me ha augurado una vida corta, pero feliz.
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Fiesta es alta, hermosa, complaciente. Fiesta sabe guardar silencio. Fiesta se ocupa de las tareas de la casa. Fiesta es increíble en la cama. Fiesta tiene una batería que le dura una semana. Fiesta brilla en la oscuridad.
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Tanto fue Mahoma a la montaña que se le acabó apareciendo el arcángel Gabriel.
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–Su novio es un ninini.
–¿Un ninini?
–Ni barre, ni plancha, ni cocina.
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Inventaron por fin un espray anticucarachas infalible. Lamentablemente, acabó también con todos los humanos.
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Vio la luz al final del túnel y escuchó un pitido.
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El octavo día, Dios inventó el teletrabajo.
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Caperucita no entendía de pelos ni señales.
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Sandokán salta desde el balcón de lady Mariana, que está situado a cuatro metros del suelo. Como es natural, se rompe ambas piernas y es capturado. A la mañana siguiente le ahorcan.
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Mosén Fuster no podía creer lo que escuchaba. Estaba asombrado. Y toda esa extraña gente. No fue hasta el descanso cuando se dio cuenta de que se había equivocado de sala. No había entrado en la del Congreso Eucarístico, sino en la del Futurístico.
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Veintinueve cartas tuve que escribir. ¿Qué dirían los que la recibieron? Se mostrarían sorprendidos, encantados, furiosos. No sé. Pero él también la recibió. Eso es seguro. Quizá se fije en mí. O tal vez no. Lástima que no sepa todavía cuál es su buzón.
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El nuevo presidente es más joven, más fotogénico, pertenece a otro partido. Por lo demás, no hay diferencias con el anterior.
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El disfraz no le engaña ni por un instante, pero decide disimular: siente curiosidad. ¿Qué clase de criatura es esa? Parece un perro, un perro gigantesco, inquietante. No sabe qué decirle. Por fin se le ocurre algo.
–¡Qué orejas más grandes tienes, abuelita!
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Cautiva la serpiente Jörmundgandr, los dioses permanecen tranquilos. Indefinidamente se ha aplazado el Ragnarök.
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Es un tipo muy raro: le pillé leyendo un cómic de Mafalda. Y lloraba.
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EL COLMO
Al famoso chef se le fue la olla.
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El día en que no cedió el asiento en el metro envejeció quince años.
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Las hicieron anchas, profundas, secas, confortables. Por supuesto, ganaron la guerra de trincheras.
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Los neandertales dieron la bienvenida a los sapiens. Un error.
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Él también cree que no existes, Carol. Te lo dije. Mira el informe. Nombre de la paciente: Isabel Molina. Sólo pone mi nombre, no el tuyo. Te dije que no teníamos que haber ido al psiquiatra.
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Elohim va a decir algo. Entonces se da cuenta de que lo primero que debe crear es el lenguaje.
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Lo que más intrigó a los expertos no fueron los cuernos que le estaban saliendo en la cabeza sino su soltería.
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Era tan solitario que no pasó el coronavirus.
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El té era horrible y las galletas incomibles, pero doña Ágata iba a aquella cafetería porque la camarera siempre la llamaba “chica”.
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El mendigo recorre Miami dejándose fotografiar por los turistas. Es la extraña forma de ganarse la vida que ha encontrado Ponce de León.
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Teseo les cuenta que el combate fue incierto, peligroso. Escapó milagrosamente. Al final, consiguió hundirle la espada. ¿Por qué decirles que encontró al Minotauro dormido, que lo descabelló sin darle tiempo a despertarse?
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El rabino me aconsejó que no me dejara aconsejar por nadie.
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Para dar la bienvenida a su veinteañero hígado, que le había costado dos millones de yuanes, el señor Liu se bebió una botella de Hennessy.
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La liana se rompió. Cayó desde una altura de diez metros. Adiós al rey de la selva.
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Durante varios meses, los liliputienses, que eran antropófagos, comieron carne todos los días.
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Cautiva en una vida monótona, Oddkatla escribe. Imagina traiciones, batallas, muertes, el Ragnarök.
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–¡Embarazada! Pero qué cara pones. ¿No te alegras?
–¿Embarazada? Cuando nos conocimos te dije que no quería tener hijos. De hecho, me hice la vasectomía. Para saber si me alegro no tienes que ser un lince.
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Estaba loco por que hubiera silencio. Se cortó la oreja. Pero sus demonios seguían gritando.
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El recién licenciado en Políticas consigue su primer trabajo. Ha llegado el momento de hablar. Está nervioso.
–¿Qué va a tomar? –pregunta.
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Bebió el elixir de la juventud. Se miró en el espejo. Se puso bien el pelo. Miró alrededor. ¡Cuántos libros! ¿Dónde habría una taberna?
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Noruega tembló cuando llegó al trono Einar Olavsson, que era un niño. El reino entró en caos. Fue invadido por los daneses. Los noruegos comprendieron demasiado tarde que necesitaban un rey que manejara la espada, no los lápices.
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Teseo cogió el toro por los cuernos. Fue el primer forcado.
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Fue muy amable. Y rápido. Me puso un café, un zumo, dos cruasanes. Le di 8 euros. Al salir me di cuenta de que era un restaurante bufé.
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Cada vez se sentía más ligera, mejor: por los bolsillos rotos se le iban saliendo todos los lastres de la juventud.
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Carpanta tiene la olla llena de ollas llenas.
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Los cabezones estamos condenados a que se nos rompa la goma de la mascarilla.
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Alonso Quijano no necesitaba ir al psiquiatra, sino al oculista.
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–Te dije que conmigo siempre tendrías la olla llena.
–Pero es que he visto una mano flotando.
–No me seas tiquismiquis.
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El suicida escribe una nota al juez. En ella explica por qué lo hace. Pero ¿a quién enviársela? ¿A un juez de civil? ¿Al juez de guardia? ¿A un juez de penal? ¿Al juez de familia? Duda. Lleva diez años dudando.
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Ayer era la profesora más joven del claustro. Mañana se va a jubilar.
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HISTORIAS DE BAJEZA
Al empezar la jornada escolar preguntaba si era el cumpleaños de alguien. Si nadie la levantaba, preguntaba si era el cumpleaños de algún familiar. Entonces cantaban el cumpleaños feliz. Se pasaban todo el día cantando el cumpleaños feliz. No aprendieron a resolver ecuaciones con radicales, ni las funciones vitales de las células, ni por qué los representantes del Tercer Estado se constituyeron en Asamblea Nacional. Sólo aprendieron a cantar el cumpleaños feliz.
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Poncio Pilato a Tiberio. César, a los judíos les trae ahora locos un mago que, supuestamente, transforma el agua en vino y cura leprosos.
Tiberio a Poncio Pilato. Mentecato, apresúrate en ejecutarlo. Imagina que transformase los sestercios en áureos.
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Fue nombrado obispo a los diecisiete y esperaba ser cardenal a los veintiuno, pero su tío, el Papa, murió.
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Cuando llega a casa y se mira en el espejo, comprende por qué hoy ha recibido tantas propinas.
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Los gépidos tienen a sus mujeres en común. Las gépidas tienen a sus hombres en común.
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HISTORIAS DE BAJEZA
Había llamado idiotas a los maestros. Más tarde llamó cabrones a los policías. Ahora llama gilipollas a los funcionarios de la prisión.
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Para darse cuenta de que ya no era joven fue determinante aquella analítica llena de asteriscos.
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La ilustración mostraba a un grupo de soldados haciendo sacrificios a los dioses. Una mentira. En realidad, todos ellos adoraban a una sola mujer.
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Háblenle a los árboles, pero no les griten, ni les cuenten sus problemas. ¿Qué quieren, que se sequen?
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Poncio Pilatos le dijo a Tiberio que nunca había robado ni un sestercio. No merecía el castigo que le había impuesto el tribunal. Tiberio se lavó las manos.
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A las diez y media, seguía yendo a desayunar. No quería que Yotuel supiera que ya no trabajaba en la Delegación.
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Maldad la de Aníbal, que ordenó a sus arqueros que clavaran flechas de fuego en los cuartos traseros de los elefantes.
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El jefe de rango le pide que se meta en el papel y él, como es un actor de método, decide hacerle caso.
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Se cubrió el cuerpo de tatuajes. Se hizo dilataciones en las orejas. Decidió que siempre sería joven.
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El pensamiento de que siempre estaría sola me llenaba de furia. Pensé que, con la ayuda de un libro conseguiría el amor. Le pregunté al librero cuál me recomendaba. Fue tan amable y atento que le invité a tomar café. Ya llevamos dos años viviendo juntos.
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Grabó en el árbol un corazón con su nombre y el mío dentro. Por supuesto, lo denuncié por un delito contra el medio ambiente.
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Batatas, boniatos y yucas era la dieta vegana que, en la reserva, comían, muy a su pesar, los delfines.
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Reunión de Camareros Anónimos. Se levanta.
–Esta semana ha sido mala. Una noche le pregunté a mi mujer si quería que la llenara de nuevo.
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¿Jesús fue un chivo expiatorio?
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Hablaba de política con sus clientes. Ya no le quedaba ninguno que llevara corbata.
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Le di al camarero la propina que se merecía: me fui sin pagar.
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Doña Clotilde se empeñaba en sacarle conversación al robot camarero.
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Los extranjeros hablan un idioma tosco, seco, lleno de consonantes, imposible. Los toltecas derrotan y matan a todos los vikingos.
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Cuando consiguió el puesto de camarera de palacio, su madre le previno contra el rey. Un error no prevenirle contra la reina.
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Se les puso la mosca detrás de la oreja cuando, en la lectura del testamento, advirtieron que estaba presente el barman de su tío.
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Resulta que el camarero del California trabajaba hace dos semanas en el Dionysos. Hoy no podrá comer gratis.
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Cuando el concejal de Seguridad, trastabillándose, abandonó la cafetería, le envió un guasap a su mujer: Compra papel higiénico.
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“My future will be doggy?”
“Doogy!”
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CAMALEÓN
Sus opiniones cambian según el ambiente.
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Mi suegro oye las noticias.
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EL COLMO
Iba a vengarme, pero me dijo que no le gustaba la comida fría.
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Demasiado tarde, los neandertales comprendieron que nunca debieron dejar que entraran los sapiens.
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Le encantaban los felinos. A los felinos les encantó él.
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–¿Y esos cuernos, Teseo? ¿Un recuerdo del Minotauro?
–Un recuerdo de Ariadna.
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In bed, he’s a lion: deadbeat.
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NINGÚN PROBLEMA
–Don Marcelo, ¿cree usted que debería dejar que, con lo que está pasando, que mis hijos acudan a la escuela?
–Pues claro, Estefanía. Es importante. La educación es un valor universal, que se hace en grupo. Todavía me acuerdo cuando su padre me contó que usted iba a estudiar en los Maristas.
–Pues ¿sabe? Me parece que no voy a permitir que vayan al colegio. Ya se lo he comunicado. Dicen que me denunciarán. Usted me defendería, ¿no?
–Hombre, claro. En estas circunstancias. Hace poco tuve la oportunidad de leer un artículo muy interesante. Ahora lo innovador supone educar en casa; en el colegio, muchas veces, con eso de la equidad, los niños pierden el tiempo.
–Me han dicho que tengo que presentar un informe médico. Usted me lo redactaría, don Marcelo.
–Por supuesto, Estefanía. Precisamente conozco a un médico que no pondrá ningún problema.
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Cuando aboné la cuenta, incluyeron el bolígrafo que había cogido del carrito de la camarera de piso: la maldita me había visto.
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SAN RÁBANO
Al Papa le gusta tanto comerlo que lo beatificó.
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MORIRÁ
Si sube a ese tren. Si se queda en casa. Si lee este microcuento. Si no lo lee. Si reza. Si no reza. Si es ateo. Si cree en Tláloc. Si no piensa en la muerte. Si no para de pensar en la muerte.
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Los prisioneros son llevados al templo de Huitzilopochtli. El último sacrificado será el caudillo, que simula despreocupación. Sin embargo, mientras contempla cómo el sacerdote arranca el corazón de sus compañeros, Cortés no para de pensar que fue un error abandonar Medellín.
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Don Quijote ha advertido que, desde que lleva gafas, no ve tantos gigantes.
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Noruega me gustó mucho, pero tuve que volverme. El verano estaba bien, pero el invierno… El invierno, un infierno. Para darse cuenta de eso no había que ser un lince.
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Entró arrastrando los pies. Parecía distraído. Antes de que me pidiera nada, le puse un carajillo.
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–¿Qué te pasa, mijito?
–Me asustan los fantasmas.
–¿En doscientos años todavía no te has acostumbrado?
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Los judíos abandonaron a Yavé y comenzaron a adorar a otros dioses: Osiris, Baal, Marduk, Zeus, el capitalismo, el comunismo, el ecologismo.
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EL COLMO
El mosquetero sabía tirar a la espada, pero no al mosquete.
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Ejemplo de antífrasis: Homo sapiens.
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Después de servir mesas entre las doce y las seis, regresó a casa. Su marido le sirvió un café. Tan torpemente que decidió no darle propina.
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En el restaurante caníbal los camareros duran poco.
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Como soy un procrastinador, este microcuento lo publicaré mañana.
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El Homo sapiens inventó el teléfono móvil. Así surgió el Homo insipiens.