Edmund Burke: “No desesperéis jamás, y, si desesperáis, seguid trabajando”.
–¿Sabes qué fue de Gargantúa?
–Ahora dirige una asociación de diabéticos.
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No te dejes conmover por las lágrimas del replicante. Son falsas.
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QUO VADIS
Pedro ignora la pregunta. Sigue caminando. Está harto de todo. Tiene ganas de volver a su barca y de pescar en el mar de Galilea.
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–Voy a denunciar a la Asociación de Criadores de Ganado Vacuno por la muerte de mi marido.
–¿De qué murió?
–De un golpe de calor.
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LOS FARISEOS NO LO ENTIENDEN
Entre la multitud, vieron a Pedro, a Juan, a Andrés, a Felipe, a Tomás, a todos. Eran los que daban las mayores voces, tanto que la multitud acabó también gritando:
–¡Barrabás!, ¡queremos a Barrabás!, ¡danos a Barrabás!
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PROYECCIÓN PSICOLÓGICA
César llamaba amigos de novedades a sus rivales.
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TALIÓN
Destruyeron las ciudades de sus enemigos, a los que masacraron y esclavizaron. Sus enemigos destruyeron las ciudades asirias y a ellos los masacraron y los esclavizaron.
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TERENCIO MÁXIMO
Quienes conocieron al emperador, dicen que es él. Se prepara para viajar a Roma y reclamar el trono. Sólo tiene que pasar la prueba definitiva: tocar la lira. Lo hace tan bien que todos concluyen que no es Nerón.
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EL ZORRO Y LAS UVAS
No me importó perder el tren: había salido muy temprano.
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Como había hecho siempre, les mentía, pero ya no les engañaba. Tuvo que dejar la política.
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–¿Y tú por qué te hiciste caballero andante?
–Porque me robaron el jamelgo.
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El martes por la tarde no puedo quedar contigo. Tengo que llevar a Tigris al psicólogo canino. Hace ocho años que va y no puede faltar ahora que empieza a mejorar.
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Es un monje muy flaco. A pesar de que no paramos de regalarle comida, sigue siendo muy flaco, lo cual nos hace preguntarnos: ¿qué hace con todos los alimentos que le damos?
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Lo dejó todo atado, tan bien atado que tardamos cincuenta años en desatarlo completamente.
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En Tespias se muestran orgullosos de lo que ocurrió en las Termópilas. Allí, setecientos tespios resistieron durante varios días los ataques del ejército de Jerjes. No cuentan que en la batalla también participaron setecientos tebanos y trescientos espartanos y varios cientos de ilotas.
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Las ratas abandonaron el barco. Y fueron las primeras en ahogarse.
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–De mi abuelo Vero, el buen carácter. Del que me engendró, la decencia. De mi madre, la devoción. De mi bisabuelo, disfrutar de buenos maestros en casa. De mi preceptor, no ser de los verdes, ni de los azules…
–¿Y de Adriano?
–Mejor correr un tupido velo.
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Sellaron tan bien el tren que Lenin murió ahogado.
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–Plácido es un hombre de pocas palabras, ¿no?
–Sí, es microcuentista.
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¿Lo que cobran los inspectores de Hacienda es un robo?
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Viajero, ve y dile a Esparta que los que aquí reposan cayeron mientras esperaban refuerzos.
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Mi profe de Literatura me preguntó cómo se iba de Yoknapatawpha a Macondo. Ni idea. Google Maps no me sirvió de mucha ayuda.
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Los templarios tardaron poco en comprender que ser banqueros era más rentable que se ser soldados. Los suizos acabaron llegando a la misma conclusión.
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ESPADONES
Narváez murió a los 68 años; O’Donnell, a los 58. Espartero alcanzó los 85, pero hacía mucho tiempo, más de veinticinco años, que los de su propio partido le despreciaban. Primo de Rivera falleció en París a los 60 años. ¿Fue mala suerte que Franco muriera unos días antes de cumplir los 83?
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Sveinn Tryggvason se despierta. ¿Dónde está? Tiene recuerdos confusos. La batalla, en la que militó en el bando del rey de Noruega. El combate con aquel irlandés gigantesco, que sin duda fue el vencedor, aunque llevará en su rostro la cicatriz de la herida que le infirió Sveinn. Pero, por Odín, ¿dónde está? ¿Qué es este sitio? Hace un calor tremendo, más que el que había en el Mediterráneo. ¿No será…? ¡El infierno de los cristianos! Pero ¿qué hace allí Sveinn? Él se negó a bautizarse. ¿Por qué no le han llevado las valquirias al Valhala?
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Yo imagino. Tú lees. Él muere. Nosotros escribimos. Vosotros os intrigáis. Ellos son ejecutados.
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FRIEDRICH PAULUS
Se descerraja un tiro en la sien. Alemania gana la Segunda Guerra Mundial.
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Aseguran que murió de una apoplejía. Está bien que lo crean. Murió envenenado. Nosotros le suministramos el veneno. Fue necesario. Él era una maldición viviente. Toda la hierba se estaba secando. Él se mostraba orgulloso, mientras que estábamos aterrados porque nosotros, los hunos, podemos vivir sin Atila, pero no sin pastos.
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No te muestres tan ufano. ¿Ves esta barriguilla? Pues en un año, si me pusiera, tendría el vientre más plano que el tuyo.
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Holofernes despidió a Judit, que no advirtió que el general no le quitaba ojo del pajecillo que se ocupaba de su caballo.
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NUEVO DECRETO LEY
A partir de ahora, los fallos judiciales que no le gusten al Gobierno se llamarán elucubraciones.
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La liebre ganó a la tortuga, pero el fabulista no le encontró moraleja a eso.
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La espada enemiga se clavó en el pecho de Ólafur Magnússon. Las valquirias vienen a llevárselo al Valhalla. Ólafur abre los ojos y les dice que le dejen, que es cristiano.
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EXPLICACIÓN
Vio que estaba algo sucio, así que buscó un cubo y mezcló agua, vinagre y jabón. Cogió una bayeta y frotó hasta dejarlo brillante, como nuevo.
Al poco de irse, llegó su madrastra, que preguntó:
–Espejito, espejito, ¿quién es la más guapa del reino?
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PROFESORES
Durante el curso, fritos. En el verano, asados.
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–¿Y tú por qué estás en la cárcel?
–Por gritarle a un boli.
–¿Qué le dijiste?
–¡Maricón, no te quedes ahora sin tinta!
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TERRORISTA SUICIDA
–No tiene perdón de Dios.
–¿Y de Alá?
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JIMENA Y RODRIGO
Pocos entendieron que se casara con el hombre responsable de la muerte de su padre, pero ¿es que acaso había una mejor venganza?
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Si eres inspector de Hacienda, sólo ves defraudadores.
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–Ya no vendes por la calle.
–No. Me han retirado la licencia.
–Y eso.
–Por lenguaje sexista.
–¿Por lenguaje sexista?
–Sí. Yo iba con el megáfono diciendo: Tenemos naranjas, melones, sandías. Acérquese, señora. También tenemos melocotones.
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–Me quiere, no me quiere, me quiere…
–¿Qué haces?
–Pues ya ves, deshojando una margarita. Quiero saber si Antonio Ángel me quiere o no.
–¿Y por qué no se lo preguntas a él?
–Imagina que me dice que no.
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SUSANA DÍAZ
–¿No me queréis? Pues me voy.
–Vale.
–Adiós.
–Que te vaya bien.
–No regresaré.
–Bien.
–Me echaréis de menos.
–Lo que tú digas.
–No me llaméis, que no acudiré.
–De acuerdo.
–No volveréis a verme.
–Perfecto.
–Pues eso. Que me voy.
–¿Y no te gustaría ser senadora?
–Si me lo pedís, no puedo negarme.
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Activista: persona que aspira a no tener que cotizar nunca en la Seguridad Social.
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La Sexta Noticias es a las noticias lo que Jesucristo al budismo.
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–Quiero trabajar.
–¿Trabajar? Pero si recibes el ingreso mínimo, ¿no?
–Sí, pero quiero trabajar.
–¿Es que cobras poco?
–No, no. Cobro lo suficiente, pero quiero trabajar.
–Te podemos subir un poco el sueldo. Se puede arreglar. Pero trabajar. ¡Qué tontería! ¿En qué ibas a trabajar? No digas tonterías, hombre.
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Perdió su inocencia cuando defraudó por primera vez a Hacienda.
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–¿Por qué quieres ser tan cultivada?
–Para convertirme en mujer florero.
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La variante épsilon del coronavirus mató al 99 % de la humanidad. De hecho, fue tan mortífera que acabó siendo rebautizada como variante omega.
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–Puedo saludar el amanecer en 17 idiomas.
–Pues yo puedo guardar silencio en más de 5.000.
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–¡Que le corten la cabeza! –gritó la reina.
Y así pudieron detener a aquel zombi.
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EL COLMO
Le divertía comer ostras.
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Abominaba de escotes y minifaldas porque multiplicaban el número de hombres que miraban a su hija.
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CAPITALISMO
Durante la Gran Guerra, Krupp vendía, a través de Suiza, armas al ejército francés.
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–¿Qué has hecho esta mañana de sábado?
–He dado un paseo.
–Muy largo.
–Pues, para que te hagas a la idea, me han cobrado un peaje de 20 euros por desgaste de aceras.
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Cada noche lamento haber fallado: le disparé, pero con tan mala suerte que el disparo sólo le rozó. Sacó el cuchillo y me cortó el cuello. Me dejó la cabeza medio colgando. Se ríe cuando me ve, sí, pero yo también me río porque mi segundo disparo, que no recuerdo haber hecho, se le llevó media cara.
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Napoleón hizo rey de España a su hermano José. ¡Cuánto debía odiarle!
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El verdugo, que se sentía mal, fue al médico.
–Usted está muy gordo. Tiene que estirar las piernas.
–Pero si ya lo hago.
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–No paro de soñar con ovejas eléctricas. ¿Es grave, doctor?
–Depende. Usted sabe que es un androide, ¿no?
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–¿Por qué te fuiste de California?
–Tenía una falla.
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Vende bebé. Tapones para los oídos incluidos.
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La justicia, al llevar los ojos tapados, tiene que ir despacio para no tropezar.
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–¿Usted cree que para enfrentar el cambio climático hay soluciones?
–Sí, un abanico.
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El tratamiento iba bien. La paciente del doctor Freud estaba a tres sueños de la realidad.
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–Mi hijo está obsesionado con lo verde.
–¿Es ecologista?
–No. Se pasa todo el día viendo porno con el móvil.
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ADOLF SCHICKLGRUBER
Aquel orador les dejó impresionados, pero, como les resultó imposible recordar su apellido, no pudieron invitarle para que regresara una segunda vez.
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El Libro Rojo de Mao y el Libro Verde de Gadafi eran lo mismo para el daltónico.
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–Mira esas marcas que tiene el bebé. ¡Es el elegido!
–¿El elegido? ¡Quia! ¿No ves que le han picado los mosquitos?
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–¿Cómo la perdiste?
–Me oyó decirle a un amigo que me la había ganado.
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Dijo que era un simple peón del presidente, aunque añadió que incluso los peones pueden convertirse en reinas. Por supuesto, el presidente lo sacrificó.
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Me daban tanta vergüenza ajena que volví a meterme en el armario.
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He olvidado todo lo que quería ser.
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–Pasaremos las vacaciones en casa de mi madre.
–Pero ella no estará, ¿no?
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CHARLA DE VERDUGOS
–¿Y cómo conseguiste que hablara?
–Dejé de tirarle de la lengua.
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Está harto. Si les dice que no hagan esto, lo hacen. Si les ordena que se vayan por allí, se van por allá. Si les habla a través de un profeta, le ignoran. Ya no aguanta más. Yavé ha decidido que, a partir de ahora, los moabitas sean el pueblo elegido.
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–¿Por qué discuten ahora Epi y Blas?
–Uno quiere salir del armario; el otro, no.
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–¿Qué se puede esperar de un país cuya primera obra literaria celebra la figura de un caballero traidor y corrupto?
–Poco, la verdad.
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Cuando nuestra profe nos hizo leer el Quijote, decidimos repartirnos la tarea. Cada uno de nosotros leyó un capítulo. A mí me gustó el libro. Trataba de un cautivo.
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El médico me dijo que no podía fumar ni un solo pitillo más. Pues llevo fumados unos trescientos y aquí sigo.
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Me he comprado un robot mayordomo. No para de darme órdenes.
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Estoy harto de que te burles de mí. Vamos a suponer que lo que dices es cierto. Supongamos que yo soy diez veces más rápido que tú. Te daré la ventaja que quieras. Si te alcanzo, te cortaré la cabeza. Pero supongo, Zenón, que estarás tranquilo, ¿no?
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–Mi señor don Quijote, ¿qué es todo ese humo? ¿Dragones?
–Ojalá, amigo Sancho, pero no hueles: son bomberos quemalibros.
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–El PSOE sigue reivindicando a Largo Caballero, que en 1934 apoyó un golpe de Estado contra el gobierno radicalcedista de la República, que en 1936 dijo que el socialismo era incompatible con la democracia. El PSOE ha creado un Ministerio de la Memoria Democrática. Curioso, ¿no?
–Pues sí. Curioso.
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–Aquel detective utilizaba fuentes muy extrañas.
–Ah, ¿sí?
–Sí. Arial Narrow y Trebuchet MS.
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Entre el mar, la Iglesia y la Casa Real, Diego López de Iznatoraf eligió, claro, el oficio menos penoso. Por supuesto, entró en el seminario.
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La ambición le llevó a la política; la codicia, a la cárcel.
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Era inane, como un viernes de vacaciones.
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–¿No has tratado nunca de escapar de la realidad?
–Pues claro que sí, pero es que es más rápida que yo.
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Hacer un castillo de arena no resultó tan divertido como preveía. Primero le interrumpieron los del ayuntamiento, con lo del permiso de obra. Más tarde llegaron los inspectores de trabajo, pidiendo el plan de riesgos. Finalmente tuvo que dejarlo porque su madre le llamó para tomar la merienda y, cuando volvió, se lo habían okupado.
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Llegué, vi y hui.
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En las facultades de Teología, ahora se estudian nuevas religiones: el ecologismo, el feminismo, el veganismo, el LGTBismo…
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Cayó en sus redes. Murió envenenado por el beso de la mujer araña, que se llevó un chasco cuando descubrió la nota suicida.
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PLUS ULTRA
Los sabios decían que adentrarse en el océano era temerario, suicida; en el centro, aseguraban, las aguas hervían. Pero Āxāyācatl ignoró los avisos y llegó a una extraña tierra: Caxtillān.
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Cuando el dictador murió esperaban que acabará la oscuridad. Y acabó, sí, pero empezó la negrura más absoluta.
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–César, se trata de mi hermano. No puedes degollarle.
–¿Qué quieres que haga con él, Cleopatra?
–Haz que le echen veneno a su comida. Así no sufrirá tanto.
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Estaba claro que la causa era suicidio por ahorcamiento. No entiendo por qué el forense tuvo que dejar mi cadáver hecho un eccehomo. Una de estas noches le rendiré una visita.
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ARENGA
¿Tenéis miedo? Yo también. ¿Queréis huir? Pues huid, pero en esa dirección, allí donde está el enemigo.
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El detective encontró a los asesinos. Una desgracia que nunca llevara pistola.
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–El ser humano es un virus y el covid es la vacuna.
–Pues no parece muy efectiva.
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–¿Cómo va todo, señor Samsa?
–Pues no muy bien.
–¿Le ha pasado algo?
–A mí, no. A mi hijo. Se ha convertido en un monstruoso insecto.
–¿Una cucaracha?
–Una cucaracha, no. Un escarabajo.
–¿Un escarabajo? Entonces no es tan grave, señor Samsa.
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ÚLTIMA HORA
El Gobierno multa al Tribunal Constitucional por saltarse el estado de alarma.
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“Todo había comenzado un día lejano en que Saturnino había decidido aprender a leer.”
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EL COLMO
Su cuñado era detective de seguros.
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AFINES
Descubrieron que a los dos les gustaban los toros. Él era aficionado taurino; ella, animalista.
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La música sin vida es un error.
