miércoles, 9 de agosto de 2023

Papelera

 Milena Busquets: “Si me siento a trabajar, normalmente trabajo, pero primero me tengo que sentar, abrir el ordenador, abrir el documento. Eso me puede tomar unas cuatro o cinco horas”.

A los diez años su padre le obligó a leer el Quijote. Antes de los doce había acabado con Balzac y Dickens. Al terminar el instituto había recorrido toda la literatura rusa del siglo XIX. Luego pasó a Faulkner. A los veinticinco leyó a Joyce. ¿Luego? Luego siguió con García Márquez. Más tarde recorrió los libros de Monterroso. Pasó muchos años leyendo a Conan Doyle y Agatha Christie. A los cincuenta años se zampó todos los libros de Julio Verne. Siguió con Enid Blyton. Pasó mucho tiempo con los libros de Marcial Lafuente Estefanía, Clark Carrados, Lou Carrigan, Silver Kane y A. Thorkent. Más tarde devoró los álbumes de Tintín. Para celebrar su jubilación se compró la colección completa de Astérix. En la residencia únicamente leía tebeos de Mortadelo.
--
No habría pasado nada si hubiera tenido que saludarle una o dos veces al mes. Pero no. Dos o tres veces al día me cruzaba con él. Y, lo peor, intentaba darme conversación. No me quedó otra. Por cierto, su cuerpo lo enterré bien profundo en un olivar.
--
TORRE DE BABEL
Dios confundió las lenguas. Pero los hombres eran sagaces. Comenzaron a entenderse en arameo.
--
VELETA
En el siglo XI, Dios lo quería. Ahora, sin embargo, no lo quiere.
--
–No lo entiendo. Los serbios de Bosnia no pueden crear un Estado, pero sí los albaneses de Serbia.
–Pues está claro, ¿no?
--
El negacionista no veía problema en escribir poesía después de Auschwitz.
--
La clave de mi éxito ha sido creer en mí mismo, perseverar, no darme por vencido, continuar insistiendo a pesar de las aciagas circunstancias y, sobre todo, heredar a mi tío Pablo, el solterón.
--
Ayer noté a mi marido un poco depre, así que por la noche entré en Amazon y adquirí otros quince ejemplares de su libro de microrrelatos.
--
Mi cuñada ha decidido que su hijo se irá descalzo. Vendo zapatos de bebé, sin usar.
--
Salomón me envió al país del Nilo para que viera los templos de los dioses paganos egipcios. Me ordenó que construyera uno que los dejara pequeños. Afortunadamente Salomón nunca estuvo en Egipto.
--
Pues supongo que ya saben las consecuencias del cabreo que la joven goda pilló cuando, en la misma noche de bodas, descubrió que Atila ya tenía otras dieciséis esposas.
--
–No soporto a J. K. Rowling.
–¿Por qué es tránsfoba?
–No. Porque es ecófoba.
–¿Ecófoba?
–Por su culpa se talaron seis millones de árboles.
--
La novela realista agoniza. La novela negra determina que la culpable es la novela histórica.
--
Ejemplo de redundancia: tener un chalé con piscina y un apartamento en la playa.
--
REDUFLACIÓN
Ely sigue cobrando cincuenta euros, pero ahora el tiempo máximo era de quince minutos.
--
Pero, Simón, ¿qué haces aquí? Si te hubieras enterrado en una cueva o hubieras ayudado a los enfermos. Pero en una columna. Eres un exhibicionista soberbio y, por lo tanto, no puedo dejarte entrar en el cielo.
--
ESTOS ROMANOS ESTÁN LOCOS
A ver, que no lo entiendo: Tiberio se casó con su hermana, que a la vez era su suegra.
--
Hoy me siento bien, un Flaubert: he cambiado el adjetivo en un microcuento.
--
EPITAFIO
Todo acaba. No me digas que no.
--
EL COLMO
Estaba tan convencido de que, gracias a sus artículos y a su participación en tertulias de radio y televisión, había aleccionado a los ciudadanos para que votaran a Seoane que, el día de las elecciones, no fue a votar.
--
QUÉ DERROCHE
¿Hágase la luz? ¿Para qué? Si no había nada. Mejor habría sido hacer la luz al tercer o cuarto día.
--
JORNADA
Caminar cuarenta minutos. Hecho.
Desayunar leche con avena. Hecho.
Entrar en Instagram y escribirle un mensaje anónimo a Sonia. Hecho.
--
Se lo pido a San Pancracio, a Tiqué, a Thot, a quien corresponda. Estoy harto de ver tirados en la puerta cartones doblados y rotos. ¡Que le toque ya el rasca de la ONCE a la vecina, que le dé para comprarse un apartamento en Roquetas, que se vaya a vivir allí y que deje de ensuciar!
--
NARRADOR AUTODIEGÉTICO
Rosa habla con Albertito y se ponen de acuerdo en ir de vacaciones a Almuñécar. En ningún momento me preguntan mi opinión.
--
Únicamente aceptó que nos acostásemos en la quinta cita, lo que me hizo tener una idea equivocada de ella, porque en la sexta me tenía preparado un trío y en la séptima participamos en una orgía. Miedo me da la octava cita.
--
Y si a Alonso Quijano le hubiera dado por la ciencia ficción.
--
Hoy en día el papel de los libros es de tan mala calidad que ya no lo quieren ni las ratas.
--
DÍA 39
Me digo que es absurdo: debería estar leyendo, no ordenando mi biblioteca. Crece el número de libros a leer, pero no leo.
--
EPITAFIO
Antes no me importaba lo que pensabas de mí. Pues imagina ahora.
--
Me gustas cuando estás ausente, porque callas.
--
Al presidente del Gobierno le gusta la menta.
--
DÍA 38
Nada.
--
–La cosa está mal, Pepe.
–Siempre puede ir a peor.
–¿A peor? ¿Que Cataluña va a independizarse o qué?
–Peor.
–¿Que Marruecos nos invadirá?
–Todavía peor.
–Pepe, ¿qué puede ser peor que una guerra?
–Que le den el Nobel de Literatura a Muñoz Molina.
--
–¿Estás escribiendo algo?
–Pues decidí seguir el consejo de Flaubert y escribir un libro sobre nada.
–Ah. ¿Y llevas escrito mucho?
–Nada.
--
DÍA 37
El verano mengua. A las nueve y veinte de la noche ya no puedo seguir leyendo sin encender la luz.
--
Ha venido un parapsicoanalista. Pobre fantasma.
--
El octavo día creó los fósiles de dinosaurio y de trilobites.
--
Cuando encontró el punto G, perdió el interés.
--
La cabeza se le llenó de ideas tontas, así que la lechera, para quitarse de preocupaciones, arrojó el cántaro al suelo.
--
Drácula, con el permiso de Van Helsing, es un personaje inmortal.
--
DÍA 36
Siete y cuarto de la mañana. Para el coche y me pregunta cómo se va a Pegalajar. Pero, hombre de Dios, ¿qué se te ha perdido a ti en Pegalajar?
--
UNA DUDA
Cuando Cervantes le habla a un desocupado lector, en realidad se trataba de un lector fijo discontinuo, ¿no?
--
¿Policía política no es una redundancia?
--
Las críticas constructivas destruyeron su matrimonio.
--
Hoy me siento bien, un Balzac: he comido sardinas.
--
VACIACORRALES
Por lo menos se podrían cambiar de ropa de vez en cuando.
--
D’Artagnan, después de la prodigiosa hazaña de matar en duelos consecutivos a los famosos mosqueteros Athos, Porthos y Aramis, fue contratado por el cardenal Richelieu. Eso ocurrió más o menos por la fecha en que se conoció el terrible adulterio de la reina Ana.
--
Mahler aprovechaba los veranos para escribir una sinfonía; yo, para escribir un microcuento.
--
EL PIANISTA
No me molesta que la gente beba mientras toco. Cuanto más beban, más me aplauden.
--
PERO POBRE
Hu Xiaohong machacó los huesos de Sinanthropus pekinensis que había comprado por dos mil millones de yuanes y se los tomó disueltos en un vaso de baijiu. Sintió que el remedio funcionaba. Se miró en el espejo y… ¡Asombroso! Ahora era otra vez joven.
--
El primer ministro tiene la suerte de que el país tenga un rey. Si un presidente fuera jefe del Estado, no le permitiría hacer lo que hace.
--
Le gusta mucho el universo, ver documentales y leer libros sobre él. pero nunca ha visitado los arrabales de su ciudad.
--
Imperio austrohúngaro en 1913. España en 2023.
--
Amo a mi editor como Emilio Salgari amaba al suyo.
--
La primera pregunta del examen (la desintegración del Imperio carolingio, las segundas invasiones y el surgimiento del régimen feudovasallático) me pareció facilísima. La segunda (los grupos privilegiados), imposible, porque los auriculares se quedaron sin batería.
--
NACIONALISTA
Persona que, tan pronto como le dan lo que ha pedido, declara que quiere más.
--
Pierre Menard le pidió prestada a su amigo H. G. Wells la máquina del tiempo para viajar a la Castilla del Siglo de Oro y dejar en el Alcaná de Toledo su Quijote.
--
Entonces, Caín fue el primero en irse al infierno, ¿no?
--
Besó al sapo y, ¡plof!, se convirtió en un hermoso joven, que fue la envidia de sus amigas, hasta que descubrieron que únicamente croaba y comía insectos.
--
DÍA 35
Siete y media de la mañana. Todavía en pijama, sale con sus zapatillas de felpa, en pleno agosto, a dejar migas de pan a los pájaros. En su cara, dibujada la felicidad.
--
Descubrimos que congeniamos muy bien: él practica el canibalismo; yo, la autofagia.
--
La prostituta prueba todas sus artes para seducir al teólogo. Le sonríe. Se le acerca para embriagarle con su perfume. Le lanza palabras hermosas. Le muestra la pierna, un seno. Le promete una noche inolvidable. Sin embargo, no consigue nada, porque el teólogo se llama Orígenes.
--
Mi mujer insiste en que no tengo nada. Pues se equivoca. He ido al médico y me ha dicho que tengo hipocondría.
--
DÍA 34
El bote pequeño (295 gramos) de alubias blancas cuesta 0,65; el grande (570 gramos), 0,69. Vamos, que voy a tener que comer ensalada de habichuelas dos días seguidos.
--
El presidente nos hizo el encargo. Nos jugamos a la carta más alta quién se ocuparía de cada cosa. Mala suerte la mía, porque a él le tocó buscar el unicornio y a mí encontrar a la doncella.
--
–¿Cómo te trata el psicoanalista?
–De tonto.
--
Lo que el viento trajo.
--
Su mujer era insoportable. Siempre quería que todo estuviera reluciente. A veces ella misma se ponía el delantal y se ponía a quitar el polvo. En su cámara, no permitía el mínimo desorden. Harto, el príncipe se acabó separado de Cenicienta.
--
Aquí hace tanto calor por la noche que el pobre fantasma tiene toda la sábana sudada.
--
Sócrates, por no saber, no sabía escribir.
--
La vida es una odisea: la mayoría se queda en el camino.
--
Llamó la atención a los empleados del hospital al que llevaron a un moribundo Eduardo Dato que su ropa interior estaba blanquísima.
Moraleja: lleva siempre limpia la ropa interior porque nunca sabes si vas a sufrir un atentado anarquista.
--
ESPAÑA INCREÍBLE
El empleo sube un 3 por ciento; las horas trabajadas, un 0,5 por ciento.
--
Las actuales fronteras de Polonia son fruto del azar y de Stalin.
--
DÍA 33
Puedo soportarla, siempre que no hable con ella ni la vea.
--
El 20 de julio de 1969 los estadounidenses llegaron a la Luna, pero tuvieron que irse de la aldea vietnamita de Ngôi Làng Nhỏ.
--
Mi cuñado únicamente me daría una palabra de aliento después de comer ajo.
--
TERROR
Cuando lo ve, se echa a temblar, porque es terrorífico. Le da miedo. Siente pavor. Pero debe enfrentarse a él. Por lo menos intentarlo. Leer el Ulises de Joyce.
--
DÍA 32
Hoy he conseguido leer diez minutos. Buenos son.
--
Sería hermoso tener seis u ocho horas seguidas y volver a leer Ivanhoe.
--
CENICIENTA MORMONA
Se convirtió en la madrastra de su madrastra.
--
No soporta estar encerrado en esta caja pequeña, sucia. ¿Cuánto tiempo lleva aquí? Una eternidad. Algunos es llegar y salir. ¡Qué suerte! ¿Dónde irán? Seguro que a un lugar mejor. Pero nadie le hace caso. Ha perdido la esperanza. No, no. Por fin. El cocinero saca el bogavante del acuario.
--
TÓXICO
Después de hablar con mi jefe, necesito tomar un contraveneno.
--
–¿Quién es ese que te ha hablado con el corazón en la mano?
–Netzahualcóyotl, sumo sacerdote de Huitzilopochtli.
--
DIA 31
Quiere ver Peppa Pig. No quiere ver Peppa Pig.
Quiere jugar con los animales. No quiere jugar con los animales.
Quiere ir al parque. No quiere estar en el parque.
Quiere ir a la cama. No se duerme.
--
Recuerden lo que pasó con Galileo, con el matrimonio de los sacerdotes, con la Biblia en latín. La Iglesia Católica es como Pedro Sánchez: tiene cambios de opinión.
--
Yi Chen, rey de Zhao, ordenó que a su muerte, para proteger su descanso eterno, veinte mil soldados fueran inmolados y sepultados cerca de su tumba.
Dos años después de la muerte de Yi Chen, seiscientos jinetes xiongnu devastaron el  Reino de Zhao y saqueraron su capital.
--
Mi cuñado nos regaló un jarrón de cristal de Murano. Esa noche no conseguí dormir. Al día siguiente, para dejar de preocuparme, rompí aquel jarrón en mil pedazos.
--
Había un papel amarillento y ajado en la puerta. En él se podía leer:
LA REUNIÓN DE PROCRASTINADORES ANÓNIMOS SE CELEBRARÁ MAÑANA.
--
DÍA 30
Tengo una paciencia infinita, hasta que se me acaba.
--
No soportaba la idea que aquel lechuguino se saliera con la suya. No paró hasta conseguir que le retara a duelo. Si conseguía matarle, no lo lograría. Si, por desgracia, era el duque de Montpensier el que le abatía, tampoco sería rey.
--
Han informado de que el mundo se acabará hoy. Un enorme meteorito se dirige hacia la Tierra. Por lo menos, voy a morir con una alegría. Mi cuñado ha cogido el coche y ha ido a refugiarse a la sierra. ¡Qué alma de cántaro!
--
A mí no me engañan más: ustedes querían que ganara Pérez para continuar teniendo espectadores que sintonizaran su canal para escucharles criticándole.
--
EL MEJOR SITIO EN LA PLAYA
Cada vez es más difícil convencer de que éste es el mejor sitio de la playa. Le digo que está cerca del chiringuito (del chiringuito que a ella no le gusta) y cerca de las duchas (que no funcionan). Le repito que el agua en esa parte de la playa es más cristalina. Aunque creo que sospecha la verdad, sospecha que, si nos ponemos allí todos los días, es por estar cerca de la mujer del bikini amarillo.
--
PEDRO LÓPEZ
Durante cuarenta y tres años fue empleado municipal del Ayuntamiento de Iznatoraf. Su biblioteca contenía más de 5.000 volúmenes. Escribió seis novelas históricas, incluida su trilogía inédita sobre los caballeros de Santiago. Compré tres ejemplares que habían sido de su propiedad en la librería Orwell, incluido la Historia de la Orden de Santiago del famoso historiador José María Blázquez. El libro está lleno de anotaciones.
--
LA CIUDAD SIN RELOJES
Lanza una última mirada al cuerpo que hay sobre la cama. Lo ha pasado bien con ella. Avisará al médico, que certificara muerte natural. Con un poco de suerte, incinerarán el cadáver y se olvidarán de ella.
Baja por el ascensor. Pedirá un taxi y regresará a su morada. Quizá pase un mes antes de volver a salir.
Cuando se acerca a la puerta del casino, mira fuera. Las malditas luces de neón iluminan la calle como si fuera de día. Pero lo que no sabe el conde es que se le ha hecho tarde y que es de día.
--
–¿Qué? ¿Cómo te va?
–Pues, para que lo entiendas, a mi ángel de la guarda le han retirado las alas.
--
DÍA 32
Ya no me molesta que le eche pepino a las ensaladas. Lo que no soporto es que me diga que no volverá a echarle nunca jamás, como me dijo hace diez días y hoy.
--
Le grita a la operadora telefónica porque no se atreve a gritarle a su madre.
--
Cuando Alonso Quijano, a causa de la presbicia, ya no pudo seguir leyendo novelas, decidió vivirlas.
--
JOSÉ MARÍA CUBILLO
Este famoso escritor mancharrealeño está adscrito a la corriente neoneorrural. Su novela La alberca llegó a ser candidata al premio Nadal. Sus cuentos de temática rural fueron finalistas en numerosos certámenes: el de Villa de Tomares, el de Torrequebradilla, el de Alcalá La Real.
--
EL LIBRO QUE LE SALVÓ
Su vida iba sin dirección, sin destino. Comenzó a buscar un libro que le salvara. Primero lo intentó con la Biblia, pero la dejó pronto; la encontró contradictoria, absurda. Luego pasó años leyendo antiguos libros indios y chinos, pero no terminaron de satisfacerle. Durante unos meses estuvo leyendo libros de autoayuda, que le asquearon. Se sumergió en Epicteto, en Marco Aurelio, en Séneca, pero seguía hundido. Entonces comenzó a escribir un libro en el que narraba su búsqueda. Ese libro le salvó.
--
CAMBIO DE ARMARIO
Toca hacer cambio de armario, guardar la ropa de invierno y sacar la de verano. Le tomará toda la mañana, así que se lo toma con tranquilidad. La camiseta de Ruth Bader está un poco estropeada, pero aguantará un poco más. No la minifalda vaquera. ¿Por qué la guardaría en octubre? Tendrá que ir a las rebajas a comprar otra. En el fondo del segundo cajón encuentra el biquini amarillo. Piensa, por un momento, en probárselo; le quedaba tan bien. Se lo regaló Almudena. Finalmente no se lo pone. Prefiere no ver el hueco donde estaba el pecho izquierdo.