martes, 28 de septiembre de 2021

Papelera

 José María Merino: “No fue el ser humano quien inventó la ficción, fue la ficción quien inventó al ser humano”.

–¿Has hablado con el gerente?
–Sí.
–¿Y has conseguido que te mejore el horario?
–No. Resulta que soy un personaje no jugador.
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Filtró secretos del Pentágono. Hace quince años que le pide al alcaide un ordenador.
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La policía me detuvo por entrar en Madrid Central con mi coche. Creo que habría salido mejor parada si hubiera apuñalado a mi marido.
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EL COLMO
En la cárcel, el  asesino serial se hizo adepto a las series.
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–¿Por qué estás en la cárcel?
–Porque soy objetor de conciencia.
–¿Objetor de conciencia? ¿Estás en contra de la guerra?
–De la guerra, no. Estoy en contra de los impuestos. De pagar tantos.
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Cuando Jesús resucitó, advirtió que estaba hecho un eccehomo.
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Finalmente, el coyote atrapó al correcaminos y se lo comió. Encontró su carne correosa.
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El cantante de ópera está harto de que le sirvan en copas de plástico.
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Es una verdad universalmente reconocida que alguien al que no le haya ido muy bien en los estudios, que no quiera un trabajo de ocho horas, que no se sienta capacitado para aprobar unas oposiciones, tiene que dedicarse a la política.
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Demasiado tarde, cuando ya había muerto el noventa y cinco por ciento de la población mundial, advirtieron que la ley cero de la robótica –hay que hacer lo que sea por la humanidad en su conjunto– había sido un error.
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–Lázaro, levántate y anda.
–¡Venga ya! Ahora que nos habíamos puesto de acuerdo para la partición.
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Cuando el paleontólogo despertó, aquel hueso de dinosaurio (demasiado grande para ser de gallimimus, pero demasiado pequeño para ser de apatosaurus) todavía estaba allí, sin clasificar.
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El árbol era muy pequeño. Uno de los monos tuvo que bajar. El otro pensó que había salido ganando.
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Muchos años después, en la cola del paro, habría de recordar aquella tarde aciaga en que su tito Quique le regaló la PS Vita.
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–¿Ya no estás con Gonzalo?
–No, qué va. Defendíamos posturas diferentes. 
–¿Posturas diferentes?
–Sí. Él, la del misionero; yo, la del perrito.
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Ella no se rinde: todavía no me da por perdido.
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EL COLMO
Se ganó el cielo yendo a la iglesia todos los días. Y ahora se aburre allí, porque en el cielo no hay iglesias.
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Hay días que tienen demasiadas moscas.
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Vendo zapatos de bebe, sólo usados un par de veces, hasta que se le quedaron pequeños.
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Le gustaba experimentar en la cocina. Por eso hizo un caldo con huesos de dinosaurio.
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El hombre es un ogro para el ogro.
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La vida me ha tratado mal. ¿Cómo me tratará la muerte?
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En Hollywood han hecho cientos de películas cuyos héroes eran filibusteros y corsarios que abordaban navíos españoles. ¿Y ahora me voy a sentir yo culpable por piratear una película de Hollywood?
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–Espejito, espejito, ¿quién es la más guapa del reino?
–Vos, majestad.
–¿Yo? ¿Y qué pasa con Blancanieves?
–¿Blancanieves? ¡Quia! Desde que vive con los enanitos y se pasa todo el día barriendo y fregando, está muy estropeada.
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–¿Qué le ha parecido nuestro menú degustación?
–Delicioso. Por cierto, ¿podría ponerme otra copa de vino y un buen chuletón?
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–¿Has dejado a Yuri?
–Sí, pero nunca le olvidaré.
–¿Te quedará su recuerdo?
–No, me quedará este anillo de diamantes que me regaló.
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El guardia civil observó a aquel extraño trío.
–¿No saben que Todoque y todo el área circundante son zonas restringidas? La lava puede llegar aquí en cualquier momento ¿Qué hacen aquí? –les preguntó.
–Íbamos en una barca que naufragó –respondió el profesor Lidenbrock.
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–El ministro de Seguridad Social cree que hace falta un cambio cultural para trabajar más entre los 55 y los 75 años.
–Para trabajar entre los 55 y los 75 años hace falta un cambio biológico.
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Siguió el hilo hasta llegar a la salida del laberinto. Allí vio a Ariadna.
–Hermana, ¿qué haces aquí? –le preguntó.
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–¿Qué le pasa a Aristóteles? Se da unos aires.
–Es que ha salido de la caverna.
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–¿Nunca te has arruinado?
–No, no he tenido esa suerte. Siempre he sido pobre.
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–Y, mientras espero a que llegue la musa, ¿qué me recomiendas que haga?
–Escribir.
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Ejemplo de oxímoron: Black Album.
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–¿Qué tal el día?
–Pues empezó bien, claro y soleado, pero acabó con negros nubarrones.
–Vamos, resumiendo, un día gris.
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–Mira. Sólo quiero un polvo rápido.
–Pues estás de suerte. Sufro de eyaculación precoz.
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No paro de recordar que tengo que olvidarme de ella.
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Había comido carne de mamut y ahora quería probar la de dinosaurio. Tuvo que conformarse con una sopa que, claro, le supo insípida.
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–¿Qué es esto?
–La factura del hotel.
–¿No se supone que estuviste enviándonos crónicas de la erupción de La Palma?
–Pues eso.
–Entonces, ¿por qué esta factura es de un hotel de Las Palmas?
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Doctor, no creo que tarde más de cinco minutos. Si quiere, vaya poniéndole la epidural a mi mujer.
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Mamá siempre tan inoportuna. Ha tenido que ser ingresada justo cuando iba a pasar de nivel.
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–¿Por qué da el vecino esos gritos?
–Le ha clavado un fontanero.
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–Traemos saludos y parabienes de nuestro rey. Venimos como amigos –dijo Cortés.
–Mi amo os advierte: si no os sometéis, moriréis todos –tradujo doña Marina.
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Después de que se le apareciera Dios, el ateo, cabezón, trató de demostrar que Dios no debía existir.
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–¿Y ese cómo acabó en la cruz?
–Le clavó un fontanero.
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Venció a la hoja en blanco contando la historia del cómo la hoja en blanco le había vencido.
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Le habría gustado deambular sin rumbo. Si pudiera hacérselo comprender a los otros jugadores.
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Su educación le impedía golpear a una mujer. Y por eso siempre moría en el nivel 3, cuando se enfrentaba a la Bruja Violeta.
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De repente, se fue la luz. Esperó un rato. Luego salió de la habitación. ¿Qué era ese olor que salía del dormitorio de su madre?
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Tuvieron que poner una luz de bajo consumo al final del túnel.
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El gato tenía siete vidas, pero la última, desdentado, ciego, medio sordo, sin rabo, cojo, pelado, la disfrutó durante muy poco tiempo.
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–¿Qué es ese ruido?
–Se manifiestan cuatro gatos.
–¿Y qué piden?
–Que les quiten el cascabel.
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Éramos amigos íntimos hasta que me envió sus libros de poemas.
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Pobre príncipe. Le dijimos que era un caballo salvaje, pero se empeñó. Se ha roto el cuello cuando trataba de montar a Bucéfalo.
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El Viejo de la Montaña les convenció de que Alamut sólo era una demo.
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–¿Qué es lo que quiere?
–Cambiar de musa.
–Está descontenta con la que tiene.
–Ya le digo. Yo quiero ser conocido como autor de novelas inolvidables, pero sólo escribo microcuentos livianos.
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A mí misma me sorprende: lo hago a sangre fría. Luego recuerdo el horrible baúl que nos regalaron sus  padres y que coge polvo en el sótano; dijeron que quedaba cerrado herméticamente. Veremos. El cuerpo de Marcelo cabe allí perfectamente.
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Consiguió atravesar con su lanza al primer gigante y malherir de un espadazo al segundo, pero los otros cinco se le echaron encima y le hicieron picadillo. Qué locura la de don Quijote enfrentándose a siete gigantes.
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Cansado de la maldita hoja en blanco, hice una bola con ella y se la arrojé a la musa, a ver si despertaba.
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Fue un duelo largo, pero el resultado fue inevitable: volvió a ganar la molicie, la pereza, la ineptitud, la hoja en blanco.
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No fui a Italia, no entré en el ejército, no me hirieron, no me apresaron los piratas, no me liberaron, no pedí un empleo público, no me encarcelaron, no tuve una hija natural, no escribí el Quijote.
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–¿Por qué le diste un martillazo al fontanero?
–Empezó él. Pretendía clavarme.
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Suiza, 1653. Enero: malestar campesino. Febrero: revuelta campesina. Abril: levantamiento campesino.
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POEMA DE LA LIMPIADORA
Limpio el culo de otros niños
y el de los míos está sucio.
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CHINA
Nadie puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecerá al uno y apreciará al otro; será fiel al uno y del otro no hará caso. No pueden servir al mismo tiempo al comunismo y al dinero.
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–Soy un activista de los derechos de los monos.
–Pues yo soy un pasivista de los derechos de los papagayos.
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Aquel loco decía ser el rey de los judíos. Pilatos lo envió a trabajar a las minas de plata de Hispania.
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–¿Dónde vamos, papá?
–A la feria del libro.
–¿Hay coches locos?
–Y casa del terror y barco pirata y…
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Abu Abdullah escribió que Muhammad ibn Ismail contaba que Ibrahim ibn al-Mugira había al profeta Muhammad ponerse primero la sandalia del pie derecho.
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–Ahora tengo un paciente con tendencias suicidas.
–¿Y qué has hecho?
–Le he obligado a pagar las sesiones por adelantado.
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PROLETARIOS DEL MUNDO, UNÍOS
Marx fue prohibido por no utilizar lenguaje inclusivo.
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El parlamento es como un acuario: hay ballenas, anguilas, algunos pulpos,  unos pocos delfines, muchos besugos y bastantes tiburones.
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–¿Y tú por qué estás en la cárcel?
–Por mirarle el culo a un personaje no jugador.
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–¿Quiero una Biblia?
–Pero ¿una Biblia neocatecumenal o afín a la teología de la liberación?
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Detrás de cada gran mujer hay un hombre que le pone la zancadilla.
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Fue a Hollywood para hacerse famoso. Y lo consiguió. Durante varios meses, todos los noticieros informaron del asesinato que había cometido.
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CHISTE
Los partidos políticos y los sindicatos se financian gracias a las cuotas que pagan sus afiliados.
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–Acercaos. Os enseñaré nuestra ruta. Navegaremos en rumbo sursudoeste. 
–¿Y por qué queréis navegar tan al sur? ¿Acaso por los vientos?
–¿Pues es que no veis que aquí en el mapa hay dibujada una serpiente marina?
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A todos los que quieren escucharle, el cojo les cuenta la historia de cómo consiguió su bota de piel de cocodrilo. Diez años atrás alquiló una barcaza y, armado con un rifle, entró en los pantanos porque quería unas botas de piel de cocodrilo.
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Mató una mariposa. Confiaba en haber provocado alguna desgracia en China.
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–¿Qué eliges, A o B?
–¿Qué pasaría si eligiese A?
–Que B sería tu enemigo.
–¿Y si eligiese B?
–Que A sería tu enemigo.
–¿Y si no eligiese ni A ni B?
–Que los dos serían enemigos tuyos.
–Pues entonces, esto último: al menos así conseguiría que A y B estuvieran de acuerdo en algo.
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El régimen impuso a los anticapitalistas la pena capital.
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Al morir Stanley Kubrick, su vida pasó por delante de sus ojos como una película. Por supuesto no le gustó.
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In vino veritas. In cervesia felicitas.
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Cada noche, le cuento a mi hijo un microcuento antes de irse a dormir. Siempre le dejo llorando.
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Lo que le atraía de aquel poeta era fundamentalmente que había muerto en el exilio.
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Si los cazadores pueden cazar animales, ¿por qué no puedo yo cazar a mi cuñado?
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Iba a visitar a mi amigo Jaime en su nueva casa, diseñada por el prestigioso arquitecto coreano Park Sang Ki, cuyas obras se caracterizan por estar integradas en la naturaleza. Iba a visitar a mi amigo Jaime en su nueva casa, pero no la encontré.
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Cuando repasaba la hemeroteca, se dio cuenta de que, con el tiempo, toda la prensa acaba siendo amarilla.
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Sacó del cajón la pistola y la nota de suicidio, que estaba amarilla. Al cabo de una hora lo guardó todo, porque su mujer iba a regresar.
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Dinastía Shun (1644-1970). Sustituyó a la dinastía Ming. Tuvo que enfrentarse a la amenaza de los manchúes y de los coreanos. Estableció un sistema de Cooperación de Clases (Wang Zhuo) entre el emperador, los nobles y la gente común. Fue sustituida por la República China.
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That's one small man for… Holy shit! Buzz, we had to start again. 
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Para no entrar en la cárcel, el jáquer tuvo que huir a Rusia. Para no entrar en la cárcel, tuvo que mantenerse encerrado en el armario.
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Siento poliodio por todas mis ex.
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Mi cuñado se puso amarillo. Me alegré, porque pensé que era de envidia. Pero no. Era ictericia.
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Su marido, experto informático, le jaqueó el móvil. Si supiera que Luis y ella se comunicaban por medio del correo postal.
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–¿Qué le pasa?
–Ya lo ve, señorita. Estoy triste.
–¿Puedo hacer algo por usted?
–¿Ha oído hablar de la senoterapia?
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A Teseo decidió no entregarle un hilo amarillo.
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Escribí una novela, que amarillea en un cajón. Planté un árbol, que se secó hace dos veranos. Tuve un hijo, que me arrojó a este pozo.
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–¿Qué te ha regalado tu hijo?
–Unas flores amarillas preciosas.
–¿Jaramagos?
–Sí, jaramagos. Preciosos.
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EL COLMO
Jaqueó miles de bitcoins, pero fue víctima del timo de la estampista.
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UN BLANDO
Me pareció tan blandito cuando lo toqué por primera vez. Por cierto, se echó a llorar. Adiviné entonces que el Villar (sí ese era realmente el apellido del padre) se había impuesto sobre el Almagro. Traté de educarle, pero su madre, que me odiaba, lo mantenía apartado de mí. Blandengue, en el colegio sufrió acoso. Le dije que no se dejara avasallar; su madre, sin embargo, prefirió promover mediaciones, negociaciones y otras zarandajas. Me sorprendió que estudiara Derecho. No que trabajara en una ONG, pues estaba obsesionado con esas tonterías del planeta verde y la conservación. Cuando cumplió treinta años, empezó a pensar en el futuro y dio un cambio a su vida. Me aseguró que quería continuar la tradición familiar y trabajar en el bufete Almagro Font. No me atreví a ser claro: debí decirle que fracasaría, porque la ley es dura y él siempre había sido un blando.
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Me aconsejaron que no aceptara ese trabajo de azafata. Me dijeron que el tiempo se me pasaría volando. 
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–Estoy impresionante, ¿eh?
–Sí, impresionantemente gordo.
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QUÉ DESGRACIA
Mi cuñado está a favor de la clonación.
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El hacker me ha amenazado con enviar a todos mis amigos la lista de páginas porno que he visitado. Como si yo tuviera amigos.
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Decidió repartir sus fortuna con los pobres: a ellos les daría cien mil euros y él se quedaría con los cien millones restantes.
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Era una rubia muy lista. Para la entrevista de trabajo se tiñó el cabello de castaño.
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Los dueños del oleoducto resoplaron aliviados: el hacker no era un activista ambiental, sino que quería dinero.
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OBSESIÓN
Descansaba durante el día. Cuando llegaban las doce, comenzaba la tarea. Ponía la lavadora, planchaba, pasaba la aspiradora, encendía el horno, cocinaba, dejaba lista la comida del día siguiente. Si le daba tiempo, encendía un rato la tele, aunque casi siempre se sentaba en el sillón y se quedaba contemplando en silencio la pantalla negra. Con un poco de suerte, antes de acostarse, veía a sus hijos, que no terminaban de comprender su obsesión por ahorrar en la factura de la luz.
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LA SÉPTIMA
Después se extinguían silenciosamente y todo volvía a comenzar. Había ocurrido ya varias veces. Seis, en realidad. Se empezaba a cansar. Quizá debería dejarlo. O intentarlo una última vez. Después de todo, ahora tenía más experiencia. Lo meditó durante mucho tiempo y finalmente se decidió. 
–Hágase la luz –dijo.
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Picasso decidió dejar atrás el azul por el amarillo, pero al señor Lemaire sólo le quedaba en su tienda pintura de tonos rosa.
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El médico concluyó que Molière había muerto por llevar una casaca amarilla cuando interpretaba a Argán, el hipocondríaco.
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DOS PALABRILLAS
Después se extinguían silenciosamente la acción penal y las sanciones. Me lo dijo mi abogado. Y me dio que pensar. Así que traté de convencer a Vizzotti de que retirara la denuncia. Hasta le ofrecí una pequeña compensación. Pero se negó. Una mala decisión. Tuve que ocuparme de él. 
Resulta que mi abogado se equivocaba. Aquella acción penal no necesitaba instancia de parte, por lo que acabé recibiendo dos condenas. La más grave, claro, fue la de asesinato. Pero acabaré saliendo. E iré a ver al torpe de mi abogado para decirle dos palabrillas.