martes, 6 de mayo de 2014

Paseantes

Se les podía ver en el bulevar. Jubilados, estudiantes, amas de casa, divorciadas, delgados, gordos, parados, muchos parados, cada vez más. Paseaban desde el amanecer, todo el día. Paseaban despacio, deprisa. Paseaban. 

Algo sucedió hace unas semanas: los paseantes comenzaron a desperdigarse por toda la ciudad: Tetuán, Isaac Peral, la Corredera de San Marcos, las Ocho Puertas, el Pasaje, la Gran Avenida. Invadieron incluso los suburbios, Arrayanes, Santana, el polígono, el camino del cementerio. Algunos paseantes fueron avistados en las carreteras que llevan a Vilches, a Cástulo. 

El ayuntamiento intenta que regresen al bulevar, pero, completamente desbordado, ha pedido ayuda: la plaga de paseantes es incontenible.

Microrrelato finalista del VII Concurso Internacional de Minicuentos El Dinosaurio