sábado, 19 de diciembre de 2015

Mal du pays

Un policía me pidió el pasaporte. Se la entregué. Lo hojeó lentamente.

–Ok –me dijo.

Y me devolvió la documentación.

Buscando la salida, me crucé con un barrendero que era igual que el policía. Cuando subí al taxi, advertí que el taxista tenía la misma cara que el policía y el barrendero. El recepcionista era igual que los otros. 

Respiré aliviado cuando llegué a la habitación. Encendí la tele. El presentador tenía la misma cara que el policía, el barrendero, el taxista y el recepcionista. Apagué la tele y me tendí en la cama. Me sentía extraño. Añoraba China.