martes, 1 de diciembre de 2015

Los cuernos de mi marido

Mi marido estaba fuera de sí cuando me mostró los cuernos que le habían salido en la frente. Me pidió explicaciones a voces. Los rocé con la punta de los dedos. Sólo se me ocurrió decirle que le hacían muy atractivo. Me acerqué a él. Le di un largo beso para callarle. Nos fundimos en un abrazo. Acabamos haciéndolo en el suelo del salón.

Después del esfuerzo, se quedó dormido. Aproveché para mirar con más atención los cuernos. Eran ridículamente pequeños, minúsculos. Decidí que a mi marido le sentarían mejor unos cuernos más grandes.

Microrrelato finalista del Concurs Setmanal de Microrelats Wonderland