jueves, 3 de diciembre de 2015

Vanni

Esta mañana se me pegaron las sábanas y tuve que salir a toda prisa. Parecía que sería un día en que todo iba a salirme mal. El metro tardó una eternidad y, cuando por fin llegué a la oficina, la etiqueta identificativa no funcionaba. El trabajo fue una pesadilla. La jefa me riñó porque no le gustaba un informe que le presenté el lunes. Tuve que quedarme hasta tarde para rehacerlo. Cuando regresé al piso eran casi las diez de la noche. Iba a quedarme un rato viendo la tele, pero vi a Vanni todavía acostado en la misma posición en que le dejé por la mañana. Me quité la ropa y me quedé abrazada a él. Me gusta tocar su piel de silicona.

Microrrelato publicado en Elbicnaranja.wordpress.com