jueves, 3 de marzo de 2016

El milésimo primer día

Scheherezade, como siempre, se levantó tarde. Después de vestirse y desayunar, se dirigió cansinamente a la estancia donde preparaba las historias que cada noche contaba a su marido, el sultán Schahriar. Estaba a punto de acabar la historia de Maruf, el zapatero. ¿Cuál sería la siguiente? Scheherezade estaba cansada. Llevaba casi tres años con esas historias. Se había hartado de genios, eunucos, esclavas, del califa Harún al-Rashid y de su visir Yafar. Estaba decidida. Cuando terminara la historia de Maruf, le diría a Schahriar que le cortara la cabeza, porque ella, Scheherezade, no contaría más historias.

Microrrelato finalista del I Certamen de Microrrelatos las dos Castillas