Mi cuñado me enseñó su nuevo coche. No le faltaba de nada: tracción integral, conducción autónoma, 4 litros a los 100 km, climatizador automático, faros LED, volante ergonómico, lentes acústicas, cueros tintados, apertura portaesquís…
Quizá no debería haberse pasado de listo diciéndome que no lo tenía asegurado a todo riesgo.
Microrrelato publicado en RELATOS EN CINCUENTA PALABRAS Y OTRAS MICROFICCIONES