¡Eran tan hermosas y llevaban tanto tiempo sin estar con una mujer! Cuando las vieron, se lanzaron por la borda y nadaron hacia la isla. Los marineros, que se habían tapado los oídos con cera, no escucharon a Ulises, que les gritaba que el canto de las sirenas era horripilante.
Microrrelato publicado en Cincuentapalabras.com