Rolf Dobelli: “Sí, la fantasía es laboriosa”.
–¿Y tú a qué te dedicas?
–Soy un cazabrujas.
–Nunca he visto a una bruja.
–Soy bueno, ¿eh?
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–¿Por qué cree que no se vende el Manual del suicida?
–Porque no funciona el boca a boca.
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La española, cuando obsesa, es obsesa de verdad.
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Ojos que no ven, corazón que no se asusta.
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El salvaje apache se lanzó sobre él aullando con un enorme cuchillo en la mano. Despacio, con todo el aplomo del que fue capaz, levantó la pistola y apretó el gatillo. La bala del 45 destrozó un cactus.
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El viejo cielo ya no convencía a casi nadie. Tuvieron que inventar uno nuevo.
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–Que Dios te lo pague –me dijo.
Y no me lo pagó.
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–Nadie lee lo que escribo.
–Pero eso tiene fácil solución.
–Ah, ¿sí?
–Por supuesto. Léete a ti mismo.
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–Tiene el complejo de Edipo.
–¿Se casó con su madre?
–¿Qué? No, no. Se casó con una mujer muy rica que era mayor que él.
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–Hace una semana dijo que lo volverá a hacer.
–Sí, pero muestra cierto arrepentimiento. Ayer mismo dijo que lo volvería a hacer.
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Les habla del futuro para que no piensen demasiado en el presente.
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Si no ama a los hombres, ¿cómo puede amar a Dios?
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Cuitláhuac, señor de Iztapalapa, desembarcó en Palos y reivindicó toda aquella tierra en nombre de su hermano, el tlatoani Moctezuma.
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Mi marido tenía una fuerza tremenda. Me ayudó mi hermana para meterle en el ataúd.
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Los padres de Hansel y Gretel fueron considerados responsables del asesinato cometido por sus hijos y tuvieron que indemnizar a los familiares de la pobre anciana.
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Alberti fue fusilado en El Puerto de Santa María en agosto de 1936. En enero de 1982 moría García Lorca, poeta menor de la Generación del 27.
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–Bésame como si fuera la última vez –le pedí.
Y me dio un beso en la frente.
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EPITAFIO
Libertad o muerte.
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Triste panorama el de la poesía española de principios del siglo XX: a Machado le gustaba la pobre tierra soriana; a Alberti, el Cid; a Juan Ramón, un burro; a Lorca, los muchachos.
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El programa de Orson Welles fue producido por una firma de antibióticos.
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Salí con una física, pero lo dejamos porque nos faltaba química.
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Para ahorrar en factura eléctrica, Yavé esperó al sexto día para decir:
–Hágase la luz.
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Hartos de abducir vacas lecheras, han empezado a llevarse también cornilargos.
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La quiromántica leyó mi mano. Adivinó que tenía que lavármela.
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–¿Qué es esa medalla?
–La Medalla de Sufrimientos por la Patria.
–Estarás orgulloso de lucirla, ¿no?
–Mi brazo derecho me era más útil.
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Los andaluces rezaban en dirección sur, no mirando hacia La Meca y, claro, Alá no les escuchaba: acabaron siendo expulsados de la Península.
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Nunca olvido nuestro aniversario. Voy a llevarle rosas al bosque donde la enterré.
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Ejemplo de redundancia: agónica tanda de penaltis.
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Con absoluta indiferencia a su seguridad personal, subió todos los impuestos. El presidente se concedió a sí mismo una medalla.
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La Comisión de Paridad dictaminó que dos planetas debían recibir nombres de diosas: Minerva y Juno.
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–Max, estoy muy enfermo.
–Vamos, Franz. No exageres. Eres un hipocondríaco.
–No, no exagero. Quiero que quemes todos mis manuscritos si muero.
–¿Seguro?
–Claro, Max. Y no olvides a Virgilio.
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Cuando el creacionista despertó, el problema de los fósiles de dinosaurio todavía estaba allí.
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–¿Este atrapasueños funciona?
–Al cien por cien.
–No deja pasar ningún sueño.
–Ninguno.
–¿Y no tiene alguno que deje pasar los sueños eróticos?
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El caballo de Troya tenía dientes de bronce.
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“He leído incluso bajo el fuego de proyectiles. Leyendo evitaba que me abrumara de miedo”.
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Los alienígenas no tardaron en comprender que no había ninguna especie inteligente en la Tierra.
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La española, cuando aviesa, es aviesa de verdad.
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¿No tengo vida sexual porque me gusta la cerveza o me gusta la cerveza porque no tengo vida sexual?
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–¿Te gusta Martín Fierro?
–No. Siempre está llorando.
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Hannibal llamó a Uber Eats. Quedó encantando con el repartidor
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MATEO 5, 30
Tengo una duda, don Leandro. ¿Debo cortarme la mano derecha o lo que toqueteaba la mano derecha?
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–Tu hermano murió de un cáncer cuando era niño. Tus padres fallecieron en un accidente de tráfico. Tu novia te abandonó. Tienes medio cuerpo paralizado por un ictus. ¿Y sigues dándole gracias a Dios?
–Sí, claro. A ver si pilla la ironía.
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Cervantes siempre andaba metido en problemas porque no tenía mano izquierda.
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Cuando me dijo que se iba, lloré… de alegría.
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¡AY!
Encontró la aguja en el pajar.
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Adre Nuestre, que estás en el cielo…
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–Me denunció por violencia de género.
–¿Qué hiciste?
–Nada. Me equivoqué en la letra de una canción de Juanito Valderrama.
–¿Qué? ¿Qué le cantaste?
–Que iba a hacerme un rosario con sus dientes de marfil.
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Juró amarme hasta la muerte. Mentiroso. Dejó de hacerlo cuando empecé a acostarme con Marcelo.
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Le canté las verdades del barquero al presidente. Como premio, gané una camisa de fuerza.
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El filósofo escribía libros esotéricos. Ni él los entendía.
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Dormí, volví a la niñez, surqué mares en mi barco de papel, grité agitado. La enfermera me dio otro Diazepam.
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Estoy gordo, sí. Pero en cuatro o cinco meses me encontraría en mi peso ideal.
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LEY ANTITRANSFUGUISMO
Lasciate ogni speranze voi che partite.
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En el infierno, todo se hace a disgusto del consumidor.
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Lo primero que hizo la presidenta fue suspender todos los viajes a Marte y programar uno a Venus.
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EL COLMO
Erasmo de Róterdam no quiso irse de erasmus a España.
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No es inteligente, pero se porta como si lo fuera.
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A causa de las limitaciones por el covid, el concierto de año nuevo lo interpretó un hombre orquesta.
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Estaba tan gordo que costó meter a mi suegro en la tumba. A mi suegra la matamos antes.
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Vi un lobo. No es cuento.
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Todos los libros de Aristóteles le parecían esotéricos.
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–No entiendo la vida sin él.
–¿Sin tu marido?
–¿Qué? No, no. Sin mi psicoanalista.
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Se alimenta de mi ira.
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Edipo no amaba a su madre, sino a la reina de Tebas.
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–¿Quieres un café?
–Sí.
–Pues tráeme a mí otro. Con doble de azúcar.
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EL COLMO
El ministro de Consumo nos acabó dejando sin helado.
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Empieza a hacerse vieja. Ya no le gusta mirarse en los espejos.
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PARADOJA
Tenemos que apretarnos el cinturón porque somos una generación más ancha.
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Yo quería un concierto para piano, pero él prefería uno para flauta. No nos entendimos.
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El director no se tomó bien que le dijera que era muy autoritario. Ordenó a los celadores ponerme una camisa de fuerza.
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Habría acuchillado al zombi si no se hubiera empeñado en sacar una foto.
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Un californiano estornudó con tanta fuerza que contagió a Marvin Gee, de Ohio.
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SALMOS 56, 8
Cuando terminó de llenar un odre con sus lágrimas, Joel llegó a la conclusión de que Yavé no le hacía caso.
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El conde tuvo que viajar a Inglaterra para decirle a Bram Stoker, ese escritorzuelo, que ha contado muchas tonterías sobre él.
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–¿Vives solo?
–Sí.
–Pero a veces se hace duro vivir solo, ¿no?
–Sí.
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Fue asesinada por una carta en Baker Street. Estaban jugando al murder poker. Era la partida definitiva. Sacó un as, pero su rival no se dio por vencida: se levantó de la silla, buscó su bolso y sacó una pistola.
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POLIAMORO
Me gustas tú. Y tú. Y tú.
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El flautista de Hamelín tuvo que abrirse una cuenta en TikTok.
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Al cabo de un año, bajo el régimen de la Gran Hermana, comenzaron a echar de menos al Gran Hermano.
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Tiene un pie en la tumba, el que perdió a consecuencia de la diabetes.
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Busca una playa virgen. La encuentra. Cuando llega a ella, ya no es virgen.
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–¿Así que, la noche de los hechos, el acusado hizo comer a sus seguidores pan y vino haciéndoles creer que era su carne y su sangre?
–Así es, excelencia.
–¿Y quieren que lo crucifique por eso?
–Claro.
–Pero si está claramente loco. Yo le condeno a recibir tratamiento psiquiátrico en el centro de salud mental de Cesárea.
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¿El biberón es comida rápida?
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Alonso Quijano quemó todos los libros de caballerías después de leer El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
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Toda aquella historia no resultaba nada creíble, así que Hansel y Gretel fueron encerrados en un centro de menores.
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A quien no entiendo es a él. ¿Qué es lo que pretende? No puede ser. Está bien que sea un poco moderno, pero ¿tanto? Yo quiero alguien que me mime, que me cuide, que permita que tomemos las decisiones por consenso. Está bien que él limpie la casa y cocine, que planche. Pero que no me trate como si fuera un hombre. Yo no soy un hombre.
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HIC SUNT DRACONES
El mapa estaba chamuscado.
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BIENESTAR ANIMAL
Nació. Creció en un prado. Fue sacrificado y convertido en filetes.
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España, 2050. Serás calvo y feliz.
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–Nunca ha caminado haciendo eses.
–¿Nunca?
–Jamás. ¿No ves que cecea?
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Recuerdo aquel verano que nos conocimos. Recuerdo aquella larga noche de verbena. Recuerdo sus tímidas caricias, su torpe beso. Recuerdo su cara de sorpresa cuando le apuñalé.
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Lo que pasa es que su majestad el rey es poliamoroso.
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ÚLTIMA HORA
Acusado de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, el capitán del Titanic se encuentra en paradero desconocido.
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Frustrado, Hitler arrojó todos los botes de pintura contra el lienzo. Fue admitido en la Academia de Bellas Artes de Viena.
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Para Habiba era una amistad sin barreras; para Lucía, un amor sin etiquetas.
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Me bastan 280 caracteres para demostrar que soy un inútil.
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POR SUPUESTO
Los noticieros no abrieron con la invasión alienígena, sino con la enésima polémica en las elecciones de Madrid.
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La española, cuando obesa, es obesa de verdad.
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–¿Cómo te va con el psicoanalista?
–Mal. No mejoro. He decidido dejar las sesiones y comprar un atrapasueños.
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MATANDO AL MENSAJERO
Puso una bomba en la sede de Yahoo.
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SINCERIDAD
Hay que ser muy ingenuos para creer las promesas de un político. Y yo me niego a creer que vosotros sois ingenuos.
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Cuando Monterroso despertó, no recordaba cómo iba a seguir el cuento.
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Republicano de pro, le dijo al dentista que no, que no se pondría una corona.
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Cuando dice que piensa en mí, en realidad piensa: ¿Qué puedo darle que me beneficie a mí?
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Tranquilo, Sancho. Mientras estén ladrando no nos morderán.
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UCRONÍA
La serpiente mató al águila. Los mexicas no conquistaron Atzlán.
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EL COLMO
El Manual del suicida se vendía gracias al boca a boca.
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Quería que fuéramos a su casa. Yo le llevé al cementerio.
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Muy astuto no Ulises cuando creyó el cuento del sudario.
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La filosofía de Hegel hay que tomársela con filosofía.
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El pobre lobo no pudo comerse a ninguno de los tres cerditos. Y parecían tan apetitosos. Estaba muerto de hambre... No podía aguantar más. Menos mal que pudo comerse a una anciana que vivía solitaria en una casa en medio del bosque. Y también pudo devorar a su nieta Caperucita.
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Proverbio apache: Valora el trabajo, pero no desprecies la suerte.
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¿Narciso se escribía cartas de amor a sí mismo?
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El funcionario me dijo que acababa de hacer los cálculos: podría jubilarme con la pensión completa a los 87 años.
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¿Aprobará alguna vez el Gobierno un indulto fiscal?
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Tienes que escribir un microcuento. Piensas. No se te ocurre nada. Te preocupas. Se te ocurre una idea. Tiras del hilo. Por fin algo. Lo publicas en Twitter. Y vuelta a empezar.
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–¿Y usted cómo perdió las piernas?
–No tenía dinero para comprar zapatos.
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El forense no pudo terminar la autopsia de la víctima del ataque zombi.
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Naces, creces, te agobias, te quejas, dramatizas, nadie te entiende, ni siquiera tu psicólogo, te pegas un tiro, te reencarnas y vuelta a empezar.
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Su conciencia tiene dientes de leche.
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Al nuevo director y al veterano concertino les faltaba armonía.
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–Soy el genio de la lámpara. Pide un deseo.
–¡Rayos!
Y el pobre murió carbonizado.
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EL COLMO
–¿Quién mató a Ulises?
–Nadie.
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Tenía tal fuerza de voluntad que convertía en príncipes todas las ranas que besaba.
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–¡Ay mísero de mí, y ay infelice…!
–Anda. Toma y calla.
–¿Qué es esto?
–¿Qué va a ser? Un libro de autoayuda.
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–Prometiste serme fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad. Me mentiste.
–No te mentí. Te dije que me dedicaba a la política.
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A mi novio coreano le gustan los perros.
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James Thurber: “Después de todo, ¿dónde no hay infierno?”.