miércoles, 6 de agosto de 2025

Gracias, universo

Asegura Paulo Coelho que, cuando una persona desea algo con suficiente intensidad, el universo entero conspira para ayudarla a lograrlo.

Lo leí una tarde, en una taza de café que compré en un bazar. Me pareció una idea reconfortante, casi peligrosa. Pero decidí ponerla a prueba.

Yo no soñaba con escribir grandes novelas ni ganar premios literarios. Nada de eso. Mi ambición era mucho más modesta y, por tanto, más realista: quería ser un mal escritor de microcuentos.

No mediocre. Malo. Con adjetivos predecibles, giros flojos, frases que sobran o que faltan. Esa clase de autor que genera silencios incómodos en presentaciones y comentarios piadosos en redes sociales.

Y sucedió. El universo no solo conspiró: se organizó con entusiasmo. Me regaló inspiración dudosa, un estilo disperso y un sentido del humor que solo yo entiendo.

Hoy, cada vez que publico algo, cumplo mi sueño. Con errores bien colocados. Con finales débiles. Con una voz que no termina de afinarse.

Gracias, universo. Por ayudarme a fracasar con tanta coherencia.
Y gracias, Coelho. Sin tu frase, quizá habría apuntado más alto. Y habría fallado aún peor.