Milena Busquets: «Todos los que escribimos sabemos que escribir es la enfermedad, no la cura. La cura es leer, emborracharse y mil cosas por el estilo».
LITERATURA DEL SIGLO XX
Muchos años después, Leopold Bloom recordaría que una mañana, después de un sueño intranquilo, mientras mojaba una magdalena en el té, había empezado a pensar en Lolita, luz de su vida, fuego de sus entrañas.
--
CONTRAFACTUAL
Julio César perdió la batalla de Farsalia. Huyó a Egipto, buscando refugio. Tuvo mala suerte: allí servía Lucio Septimio, un antiguo compañero de Pompeyo. Siguiendo órdenes de Ptolomeo XIII, Septimio lo decapitó.
Poco después, Pompeyo llegó a Egipto y recibió la cabeza de su enemigo como regalo.
Ya instalado, se vio arrastrado por la política interna del reino. Años atrás, había apoyado a Ptolomeo XIII en su lucha por el trono, pero pronto se sintió fascinado —y seducido— por Cleopatra VII, hermana y esposa del faraón…
--
Viajar no cura nada, pero cambia el paisaje del problema. Y eso a veces basta.
--
Hay cosas que están bajo nuestro control y otras que no lo están. Bajo nuestro control se hallan las opiniones, las preferencias, los deseos, las aversiones. No están bajo nuestro control los algoritmos que deciden qué deseamos, las notificaciones que controlan nuestro apetito de atención, y los términos y condiciones que nadie lee pero todos aceptan.
--
Cuando el bibliotecario se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en página de un libro que él mismo leía.
--
Sí, sabes que ya llevo un rato mirándote. Tengo que bailar contigo hoy. Es lo que hacen todos los muertos en este cementerio cada medianoche.
--
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un vegano que, montado en su bicicleta eléctrica, repartía folletos y pintaba lemas contra chuletones y hamburguesas en bastiones del churrasco.
--
Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Pero la luna llena me convence siempre de lo contrario.
--
Iban oscuros bajo la noche sola, dos cuñados discutiendo sobre política hasta que se dieron cuenta de que estaban completamente de acuerdo.
--
La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que su familia ya había cambiado la contraseña del Netflix y redistribuido sus plantas.
--
La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que su familia ya había cambiado la contraseña del Netflix.
--
He sido cordialmente invitado a formar parte del realismo visceral. Por supuesto, he rechazado la oferta porque ya tengo suficiente drama en mi vida con el algoritmo de TikTok decidiendo mi contenido diario.
--
Era un extraño y bochornoso verano, el año en que electrocutaron a los Rosenberg, y yo no sabía qué estaba haciendo en una masterclass de mindfulness por 299 euros, aprendiendo a gestionar la ansiedad que mis abuelos resolvían fumando tres paquetes al día sin remordimientos.
--
Trató de escribir para románticos empedernidos y para alérgicos al amor, para amantes de la ironía y para quienes la consideran una ofensa, para devotos de lo universal y partidarios de lo local, para creyentes e incrédulos, para quienes veneraban a Lenin y adoraban a Churchill, para lectores de Borges y de Galeano, con frases interminables como las de Proust y breves como las de Cormac McCarthy. Incluso pensó en quienes no leen. Y, como era evidente que no iba a contentar a todos, decidió escribir para el único público fiel: él mismo.
--
Trató de escribir para los románticos empedernidos y para los alérgicos al amor, para los que disfrutan con una pizca de ironía y para los que la sienten como afrenta personal, para los que gustaban de temas universales y para los que preferían lo local, para los creyentes y para los incrédulos, para los que idolatraban a Lenin y para los que adoraban a Churchill, para quienes leían a Borges y para quienes preferían a Galeano, con frases interminables como las de Proust y frases cortas como las de Cormac McCarthy. Incluso pensó en los que no leen. Y, como era evidente que no iba a contentar a todos, decidió escribir para el único público fiel: él mismo.
--
Tratas de escribir para los románticos empedernidos y para los alérgicos al amor, para quienes disfrutan con una pizca de ironía y para quienes la sienten como una afrenta, para los que gustan de temas universales y para los que prefieren lo local, para los creyentes y para los incrédulos, para los progres convencidos y para los liberales recalcitrantes, para quienes leen a Borges y para quienes prefieren a Galeano, con frases interminables como las de Proust y frases cortas como las de Cormac McCarthy. Incluso piensas en los que no leen. Y, como es evidente que no vas a contentar a todos, decides escribir para tu único público fiel: tú mismo.
--
Callar aburre.
--
La vida es un casino donde solo hay dos apuestas: apostar contra tu versión actual o perder todo lo que eres. La casa siempre gana.
--
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, Damián Herrera había de recordar aquella tarde remota en que su padre le enseñó que los muertos también pueden disparar.
--
Pasó unos días felices en Cee. Magnífica playa, buena comida, clima ideal. Visitó los pueblos cercanos; le encantaron Corcubión, Estorde, Brens. Cuando regresó, contó que había estado en Galicia.
—¿Dónde exactamente? —le preguntaron.
Dudó antes de responder:
—En Sanxenxo.
--
Sueño con el momento en que mi última respiración se una al viento y ni siquiera el viento recuerde que alguna vez existí.
--
Leer: sensato. Escribir: imprudente.
--
Encuentra al hombre que me asesinó y te contaré detalladamente lo que hay en la otra vida. Aquí somos inmortales, pero solo para morir una y otra vez.
--
Van Helsing cazó vampiros toda su vida. Decapitó, estacó y quemó cientos.
Pero cada noche seguían apareciendo más.
Lo peor no fue su fracaso, sino descubrir, al mirarse en un espejo, que él tampoco se reflejaba.
--
ÚLTIMA HORA
El Defensor del Pueblo solicita información a la alcaldesa de Jumilla sobre la cesión de instalaciones municipales a actos que dividen a hombres y mujeres por sexo.
--
Los resultados no eran los esperados, así que decidí recurrir a nuevas fuentes. Comencé con Garamond.
--
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un vegano que predicaba en restaurantes de carne, montando su bicicleta eléctrica cual Rocinante moderno contra molinos de hamburguesas.
--
Es una verdad universalmente aceptada entre los hobbits que no debes seguir a un mago que te dice «solo hasta la próxima colina». Nunca es solo hasta la próxima colina.
--
Todas las familias felices se parecen; cada familia infeliz oculta en el ático al pariente que nunca envejece y evita los espejos.
--
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de los dinosaurios, y también de correr más rápido que el velocirráptor.
--
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la vida, y también de correr más rápido que el velocirráptor.
--
He sido cordialmente invitado a formar parte del realismo visceral y la ceremonia de iniciación comienza con la extracción de mis órganos.
--
Nueva especie encontrada: Homo retrocessus. Carece de valores espirituales, brújula moral, memoria cultural o curiosidad intelectual. Su hábitat natural son las redes, donde presume de libertad mientras repite consignas. Cree que opinar mucho es pensar mucho. Nivel de amenaza: alto para la convivencia.
--
¡Cuidado! Perro feroz. Mata de ternura.
--
Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza». Desde entonces, el hombre camina por la tierra creyéndose Dios. Erige templos a su ego, dicta leyes como si fueran mandamientos y condena a quien no lo adora. Se erige juez, se absuelve. Y le falta humildad.
--
ENRIQUE VIII
No deseo que me comparen con Herodes Antipas. No soporto que me acusen de robarle la esposa a mi hermano.
--
Cuando el sacerdote le impuso, por sus pecados, cien mil Padre Nuestros y otros tantos Ave Marías, el dictador no se inmutó. Solo pidió otro confesor.
--
El mundo no va a ninguna parte, pero tú corre. Corre sin sentido.
--
Al final, fue la fe —no la justicia— la que lo salvó. De tanto hablar con Dios, de suplicarle a diario su infinita misericordia, el condenado terminó por parecer loco. Lo declararon insano y así se libró del corredor de la muerte.
--
Fingimos entender la vida. Improvisamos dignidad y sentido. Pero cuando llega el monstruo, nos descubre sin máscara. Nos mira. Nosotros miramos atrás. Y fingimos, otra vez, que no hay nada que temer. Qué sería de nosotros sin esa ficción.
--
¿No podría el Estado tratarnos al menos como a los corderos, y esquilarnos solo una vez al año?
--
Me gusta cuando callas, pero aún más si no fuera solo durante los créditos finales.
--
Le preguntó a la doctora si alumbraría a su hijo con energía verde. Al final optaron por bombillas de bajo consumo y una partera vegana. El bebé fue bautizado con agua de lluvia.
--
Algunos dicen que discutir con una mujer es inútil. Otros no han sobrevivido para decirlo.
--
Pedro Sánchez demuestra que comerse sus propias palabras no engorda.
--
Mi patria no tiene territorio. Está hecha de palabras, frases, párrafos, capítulos.
--
Ando buscando un saco donde guardar el calor del verano —para no morir en enero— y un poco del frío invernal —para no derretirme en agosto—, pero ni la ferretería ni Amazon lo venden. Quizá en Temu.
--
Me quejo de mi mala memoria porque olvido cosas buenas... Pero, pensándolo bien, también me ayuda a olvidar las malas.
--
Siempre que atraviesan un túnel, papá inventa un monstruo:
—Este se come coches rojos, pero el nuestro es blanco.
El niño ríe.
Después vienen el túnel del monstruo de los camiones, el que solo come furgones.
Pero llegan al túnel del monstruo de los coches blancos. Y se los come.
--
—Maestro Roku, ¿qué es lo más importante?
El maestro comía. Callaba. Dormía. Callaba más.
Tras veinte años, el discípulo entendió.
—¡Es el silencio!
El maestro habló por fin:
—No. Es fingir sabiduría hasta que se cansen de preguntar.
--
Que Pynchon tenga lectores no sorprende: hay quien asegura entender a las mujeres.
--
¿Y qué tiene de malo irse por las ramas? Después de todo somos primates, ¿no?
--
Escribir se había convertido en un deporte de riesgo. Cada vez que publicaba algo, alguien se ofendía: un adjetivo inoportuno, una cacofonía, un acento que la RAE ya no consideraba necesario, una metáfora mal interpretada, una ironía tomada por insulto. Los seguidores se evaporaban como gotas en agosto. Pero si no escribía, también perdía seguidores. Así que adoptó la única estrategia que nadie esperaba: siguió escribiendo lo que quería, como quería. Y cuando el contador de seguidores llegó a cero, respiró aliviado. Por fin había conquistado a su público ideal: el que nunca se ofende.
--
—¿Pingüinos volando? Imposible.
—Iban en avión.
--
—Doctor, con todo lo que le he contado, ¿cuánto tiempo más tendré que venir a consulta?
—Tres años y seis meses.
—¿Tan exacto?
—Es lo que me falta para cobrar el cien por cien de mi jubilación.
--
Se ha pasado media vida repitiendo que la mala suerte lo persigue: le han robado dos motos, perdió una casa por una hipoteca en yenes y su mejor amigo le debe dinero desde hace quince años. El colmo, dice, fue aquel accidente absurdo. Lo que nunca menciona en sus lamentos es que aquel golpe bajo le ahorró un gasto que llevaba meses posponiendo: la vasectomía.
--
CAUSALIDAD TROYANA
Un oficial francés de origen judío es falsamente acusado de espiar para Alemania. Años después, aviones sobrevuelan Gaza y lanzan alimentos en paracaídas.
--
Antes del matrimonio, las relaciones sexuales se parecen a los títulos del Madrid: frecuentes y apoteósicos. Después de la boda, se parecen más a los del Atleti: escasos, sufridos y cada vez más difíciles.
--
Como siempre, llega al bar, se sienta en la esquina y pide un agua que no tocará. Observa. Prefiere a los callados; los locuaces suelen tener mala sangre. Y, para su cena, la mala sangre da ardor.
--
El masoquista, ansioso por probarlo todo, exploró la filosofía. Así, comenzó a conocerse a sí mismo.
--
¿Por qué la reelección de un presidente iberoamericano se tacha de autoritarismo, pero en un europeo se ve como democracia?
--
NOMENCLATORIUS UNIVERSALIS
—Odio esa manía de darle nombre científico a todo.
—Lo que pasa es que tú eres taxonomófobo.
--
Reelección de los presidentes iberoamericanos: deriva autoritaria.
Reelección de los presidentes europeos: democracia.
--
Hace muchos años asistí a un curso organizado por el CEP (el sistema andaluz de formación del profesorado) en el que un ponente defendía que, frente a la explotación laboral —y para él todo trabajo lo era—, los trabajadores debían defenderse mediante el absentismo.
--
A mí lo que me intriga es que quienes beben bebidas energéticas no tengan energía para tirar el envase vacío a la papelera.
--
Cuando un presidente iberoamericano se presenta a la reelección, se habla de deriva autoritaria.
Cuando lo hace un presidente europeo, se celebra como un ejercicio democrático.
--
—Doctor, tengo la sensación de que me espían.
—¿Podría mostrarme su móvil?
—Claro, aquí tiene.
—Ajá… un Huawei. Lo imaginaba.
--
Hay carreras universitarias realmente extrañas: licenciatura en Ciencias Políticas, grado en Cultura Simpson, doble grado en Matemáticas y Música, licenciado en Teología, máster sobre Perder el Tiempo en Internet, doble grado en Derecho y Bellas Artes…
--
ChatGPT jugó al ajedrez contra la Muerte. En el quinto movimiento, pidió ayuda a Gemini. En el duodécimo, consultó a Perplexity y DeepSeek. Desesperado, en el decimonoveno, preguntó a Grok, quien sugirió tablas. La Muerte, sin embargo, insistió en continuar.
--
Le pidieron que buscara una aguja en un pajar. Cuando se quedó solo, fue a una mercería.
--
Viendo cómo era la familia que sobrevivió al diluvio, uno no puede evitar preguntarse cómo serían las que se ahogaron.
--
Ejemplo de pleonasmo: estupidez humana.
--
Hernán Cortés conquistó el Imperio azteca con una tercera parte del personal que tiene hoy el Ayuntamiento de Jaén.
--
Hernán Cortés conquistó el Imperio azteca con una quinta parte del personal que trabaja en Moncloa.
--
Para conquistar el Imperio azteca, Hernán Cortés necesitó un tercio de la gente que el Ayuntamiento de Jaén tiene en plantilla.
--
Mi sueldo está bien, si los meses tuvieran veinte días.
--
Redujeron la jornada laboral, pero ni por esas.
--
Nadie sospecha que el vampiro es un narcisista empedernido. Ha tenido tantos amantes no por hambre, sino porque en sus pupilas dilatadas puede admirar su propio reflejo.
--
El profesor Gérard Bellamy siempre buscó nuevas formas de acercar el conocimiento al público. Para su próxima conferencia, eligió un título provocador: Ciencia al desnudo. Quería despojar los conceptos de tecnicismos, mostrar su esencia, hacer la física cuántica comprensible hasta para el panadero del barrio.
Llegó al auditorio con puntualidad suiza. Saludó, subió al escenario… y se desvistió con solemne parsimonia.
--
Sucedió lo inevitable: las ratas de biblioteca evolucionaron. Ya no se alimentan de papel y tinta, sino de información y se esconden en la nube. Navegan por catálogos virtuales, hurgan en bases de datos y anidan en la nube. Las más audaces roen discos duros y memorizan metadatos.
--
“That's my spot,” says the shelduck.
--
Cada noche el mismo escalofrío: siento cómo me siguen. Se esconden en las sombras, me acechan desde los espejos, me huelen en la sangre que no tengo. Me llaman paranoico, pero ¿cómo explicar que no es delirio si soy un vampiro?
--
¡Qué maravilla, una bomba inteligente! Lástima que el genio que dio la orden de lanzarla tuviera el intelecto de una ameba.
--
Se creía superior por ir adelantado y se burlaba de los que marchaban retrasados. En realidad, su velocidad era un defecto; estaba mal ajustado. Era, ni más ni menos, un reloj estropeado.
--
Ya en su vejez, para recordar viejas hazañas, Teseo se entretiene con los hilos de X.
--
La mamá relata a los cabritillos el cuento del lobo y los siete cabritillos. El lobo, oculto tras la ventana, escucha en silencio. Ha tomado nota de sus errores y ahora diseña con astucia un nuevo plan para triunfar.
--
El extraterrestre quedó sorprendido al descubrir que la Tierra estaba habitada. Por suerte, no por seres inteligentes.
--
La educación pública ya no es un ascensor social. Ahora es solo una cinta transportadora: avanza cualquiera, sin importar si camina o no.
--
No hay musa que le inspire. Su genio es solo trabajo e imaginación. Su arte es un acto de fe.
--
La mamá relata a los cabritillos el cuento del lobo y los siete cabritillos. El lobo, oculto tras la ventana, escucha y planea en silencio. Aprendiendo de sus errores, trama con astucia un nuevo plan para triunfar.
--
Una mujer contempla el árbol. Le parece que fue ayer cuando vio a su abuelo plantarlo; ahora es su nieto quien lo observa. El árbol, con la misma calma de siempre, vuelve a florecer. Todo cambia, pero algo permanece.
--
La abuelita le cuenta a Caperucita el cuento de Caperucita. Mientras tanto, el lobo, asomado a la ventana, escucha atento. Esta vez no tiene hambre. Solo quiere saber si, por fin, lo han dejado salir bien parado.
--
LIBRO DE ESTILO
Debe colocarse al final «según el Gobierno gazatí» o «según las autoridades gazatíes», pues si se pusiera al principio, todos asumirían que lo siguiente es falso y dejarían de leer. Hay que mantener la farsa hasta la última palabra.
--
Los políticos insisten en que vivimos mejor, distrayéndonos para que no percibamos que, en realidad, nuestra situación empeora.
--
COSAS DE MI CUÑADA
Lo antepenúltimo: servir comida troceada en porciones minúsculas.
Lo penúltimo: no poner cuchillos en la mesa, aunque aún no planeaba usarlos contra ella.
¿Lo último? No lo sé, pero lo temo.
--
Capítulo en el cual se prueba que a veces una gaita vale más que un cañón
Los enemigos no sabían qué hacer con aquel escocés que soplaba la gaita como si la victoria dependiera de ello. Mientras sonaba, las tropas se enardecían. Así que alguien decidió dispararle. Craso error. Matar al gaitero no apagó la música: encendió la furia. Los soldados británicos, heridos en lo sentimental más que en lo estratégico, cargaron con una saña que no figuraba en el reglamento. Desde entonces, los enemigos dudaban: ¿disparar al músico o aguantarse el himno? La gaita, al parecer, era más letal que una bayoneta. Y mucho más difícil de ignorar.
--
Allá, en Épsilon Eridani, donde el silencio estelar reina, aún no saben que mi jefe tiene piscina. Pero pronto lo sabrán. Volvió a contarlo.
--
Tienen algo en común el político que miente y el que no miente: ambos mienten.
--
En esta era, no basta con no morder: hay que parecer incapaz de hacerlo.
--
El coche más vendido en Francia es el Renault Clio (17.100 euros); el más vendido en Italia, el Fiat Panda (14.465 euros); el más vendido en España, el Dacia Sandero (13.940 euros).
--
—Maestro Roku, he decidido que ya no buscaré más.
—¿Dónde lo decidiste?
—Aquí.
—Entonces has buscado el lugar correcto.
--
La jornada de puertas abiertas ideada por el nuevo alcaide recibió críticas mixtas. Por un lado, se valoró el enfoque participativo. Por otro, la evasión de la mitad del penal obligó a repensar el concepto de «acceso sin restricciones».
--
—¿Qué te parece, querida? Es tu retrato. Lo hice mientras tomaba café. ¿Te gusta?
—No sé, Pablo.
—Te lo regalo.
—Vale, pero no olvides firmarlo.
--
Con el tiempo, dejamos de afrontar y aprendemos a desaparecer. A eso lo llaman madurar.
--
DENTADURA ÉTICA
DENTISTA.— Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarle?
PACIENTE.— Hola, soy vegano.
DENTISTA.— (Levantando una ceja.) ¿Y qué quiere decirme con eso?
PACIENTE.— Que no soporto mis caninos. Cada vez que me los veo en el espejo, siento que traiciono a las acelgas. Quiero que me los lime.
DENTISTA.— (Respira hondo.) Ya veo. ¿Busca una sonrisa más... vegetal?
PACIENTE.— Exacto. Algo que no recuerde a depredador. Un perfil herbívoro. No quiero parecer el lobo de Caperucita.
DENTISTA.— ¿Y qué opina de las muelas del juicio? Algunos también las consideran opresoras.
PACIENTE.— Si son muelas con prejuicios, que se vayan. Además, el juicio es un concepto antropocentrista.
DENTISTA.— Entiendo... ¿Desea también cambiar el color del esmalte?
PACIENTE.— ¿Se puede?
DENTISTA.— Tenemos marfil, piedra caliza y compost.
PACIENTE.— El compost suena muy yo.
(El DENTISTA apunta todo con profesionalidad. Al salir, el PACIENTE se cruza con un cazador que viene a a afilarse los colmillos. No se saludan. Era evidente que pertenecen a mundos dentales incompatibles.)
--
ESPERAR
La seño nos sentó juntos y dijo: «Ahora sois amigos». Pero él siempre estaba ocupado: tenía deberes, le visitaban sus primos. Luego llegó el covid. «He estado en contacto con un positivo. Espero el test», decía. Yo esperaba también. Algunos dicen que soy algo lento para entender las cosas. Pero no tanto. La pandemia ya pasó. Aun así, él sigue con excusas. Que no puede quedar. Que va a venir el fontanero o visitar a sus cuñados. A veces tarda tres días en responder.
El tiempo pasa. Yo sigo aquí. Esperando. Como cuando la seño dijo que éramos amigos.
--