domingo, 11 de octubre de 2015

Equipaje de escudero

Abandonaron el lugar de noche. Cabalgaron a la luz de las estrellas durante unas horas. Habían recorrido poco más de una legua cuando llegaron a la orilla de un arroyo.

–Éste es buen sitio para descansar –dijo el caballero.

El escudero bajó del burro y ayudó a descabalgar al caballero. Luego, sacó pan y queso. 

–Dame agua.

Cuando terminó de atender a su amo, el escudero comenzó a rebuscar algo en sus alforjas. 

–¡Ay, ay!

–¿Qué pasa, Sancho?

–Tenemos que regresar, señor. He olvidado lo más importante. 

–¿El qué?

–Mi radio portátil.