Interrumpieron la conferencia para anunciar que el barco había chocado con un iceberg. Y nosotros creyendo que moriríamos de aburrimiento.
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Al cuarto de hora, el conferenciante pidió un vaso de agua. No se lo dimos.
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Cuando el ponente pidió la cuarta botella de agua, perdimos toda esperanza.
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Cuando vuelve a casa, se quita la dentadura postiza, se despoja de la piel de lobo y lanza balidos de júbilo porque ha sobrevivido otro día.
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No podía imaginar Paco el Bajo que el señorito Iván le tomaba como modelo cuando tenía que tratar con el ministro.
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Cansada de echarse la culpa de todo, decidió casarse.
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Cansado de la ineficacia policial, fue a una comisaría a confesar.
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El teólogo fue quemado por hereje. Para explicar la Trinidad, siempre dibujaba un triángulo escaleno.
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Por fin, después de años de espera, mostraron a los presidentes de los grandes bancos el Político 3.0. Impacientes, lo echaron a andar.
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Aquella actriz llenaba la pantalla, pero se empeñaba en trabajar con su marido, un actorzuelo que vaciaba las salas.
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Recibían con los brazos abiertos a todos los refugiados, siempre que llegaran en yate.
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La veía allí arriba, en la cubierta, separada de mí apenas por cinco metros y diez millones de euros.
Microcuentos finalistas semanales del Concurso 140 de El Semanal
Cuando Loretta dijo que la habían violado otra vez, sacaron a Tom de su tumba para volver a ahorcarlo.
Microcuento ganador semanal del Concurso 140 de El Semanal
