jueves, 14 de julio de 2016

Acéfala

Estar casado con una mujer sin cabeza tiene sus ventajas. No gasta nada en peluquería. No pasa horas y horas en el cuarto de baño pintándose los labios o perfilándose los ojos. No tengo que soportar que me cuente chismes de sus amigas. Por las noches puedo disponer de la almohada a mi gusto. En fin, hay muchas ventajas en tener una mujer acéfala. Sin embargo, de vez en cuando echo de menos que me dé un beso. (¡Por Dios, necesito que me besen!)

Espero que algún día consigamos recuperar su cabeza. Me pregunto dónde la habrá dejado.

Microrrelato escrito para el Viernes Creativo de Elbicnaranja.wordpress.com