Cuando el príncipe llegó al castillo, el cuento dio un giro inesperado: el dragón le pidió que le liberara de la princesa. Plácido Romero— microcuentos (@microcuentos) 6 de marzo de 2016
Sospecho que el espejo del baño se llena de vaho todas las mañanas para no verme. Plácido Romero— microcuentos (@microcuentos) 25 de mayo de 2016
El príncipe habló de monterías; Cenicienta, de la mejor forma de limpiar el parqué del salón de baile.— microcuentos (@microcuentos) 28 de mayo de 2016
No congeniaron.
Plácido Romero
Cada vez que la princesa se quitaba los zapatos de cristal, volvía a ser Cenicienta. Era fastidioso. Plácido Romero— microcuentos (@microcuentos) 11 de junio de 2016
Soy un presentador de medio pelo. Me pagan tan poco que ni siquiera tengo para un implante. Plácido Romero— microcuentos (@microcuentos) 8 de julio de 2016