viernes, 12 de agosto de 2016

Triste

Su mujer le soltó la noticia de sopetón: en breve tendrían un huésped en casa. Aunque le aseguró que no les causaría molestias, a Gonzalo no le gustó mucho la idea. De hecho, al principio no soportaba que hiciera ruidos por las noches y que tuviera unos horarios de comidas extrañísimos. Sin embargo, con el paso del tiempo, Gonzalo se acabó acostumbrado a él. Se ofreció a llevarle a la academia las tardes que libraba en el trabajo e incluso comenzó a compartir con él su afición por el pádel.

Un día, su mujer le dijo que pronto se quedarían otra vez solos. La noticia de que su hijo se marchaba a la universidad entristeció a Gonzalo.

Microrrelato publicado en la Revista El Abreviadero