Buscando a su padre, Telémaco visitó la hermosa Pilos. En comparación, Ítaca era pequeña, fea, sucia, gris y aburrida. En Pilos se hizo amigo de Pisístrato, hijo de Néstor, y se enamoró de la princesa Policasta, con la que se bañó desnudo en la playa.
Telémaco comprendió a su padre.
Microrrelato publicado en RELATOS EN CINCUENTA PALABRAS Y OTRAS MICROFICCIONES