jueves, 14 de junio de 2018

Papelera

Alberto Vázquez-Figueroa: 
“El auténtico vicioso de la literatura sabe muy bien 
que incluso se disfruta más escribiendo basura, que no escribiendo nada”


–¿Plata o plomo? –le preguntó Pablo.
–Plomo –respondió el conde.
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El experimento no fue concluyente. Cuando abrió la caja, Schrödinger encontró al gato medio muerto.
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–Prefiero las ratas. Son más cariñosas que los niños –dijo el flautista.
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Fue expulsada de WWF porque alumbró a su hijo en la hora del planeta.
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ISAÍAS 65, 25
–¡Maldito seas, Isaías! –gritaba el león mientras comía paja.
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ÁNGELES
–Prefiero Las ratas –le dije.
–¡Qué asco! Se me revuelve el estómago sólo de pensarlo –respondió Ángeles–. ¿Cómo puede alguien comer ratas? Miguel, a mí me gusta más El camino.
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Como no se le ocurría ningún epitafio, pidió que le incineraran y arrojaran sus cenizas al mar.
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PARADOJA
–¿Quiere decir el acusado una última palabra?
–No.
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–Todos se quejan de lo que me llevé, pero nadie me felicita por lo que traje –dijo el viento.
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Como castigo, el lobo fue desterrado a Júpiter. Se volvió loco aullando a sus 67 lunas.
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DIOS CRUEL
Se le apareció justo el día en que publicaba un libro que demostraba que Dios no existía.
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El cerdito murió porque era muy desordenado. Empezó la casa por el tejado. Y el lobo llegó antes de que pudiera terminarla.
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Dentro del estómago de la ballena, en que había dos macetas, un aerosol, diez metros de cuerda y quince kilos de plástico, el pobre Pinocho estaba muy estrecho.
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AFRANCESADO
Goya pintó un cuadro que tituló Fusilamiento de sediciosos.
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–Cría cuervos y te dejarán tuerto –dijo Odín.
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–No te atrevas a pisar la alfombra persa con esas zapatillas tan sucias.
–¿Qué va a pasarme? ¿Va a caerme la maldición de un terrible yinn? ¿O acaso el fantasma de Shapur va a visitarme por la noche?
–No, nada de eso. Pero te aviso que la factura de la tintorería puede tener tres ceros. Y tú tendrás que pagarla.
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–Noé, ha ocurrido una desgracia: los leones se han comido un prolibiterio.
–¿Macho o hembra?
–Hembra.
–Pues dejad que se coman también al macho.
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Le enfadó muchísimo que se comieran una manzana. Afortunadamente, habían dejado otra, la que dentro de varios milenios caería en la cabeza de Newton.
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VALENTE
Los dejaremos entrar. Llevan años siendo perseguidos. Miradlos. Los pobres están muertos de hambre. Si no les ayudamos, las mujeres y los niños morirán sin duda. Tenemos que permitirles que atraviesen la frontera. Serán buenos trabajadores. Agradecidos. Dóciles. Y sus hombres más fuertes, con el tiempo, podrán servir como mercenarios en nuestro ejército. Así que daremos permiso a los godos para se asienten en Mesia. ¿Qué podemos temer de ellos?
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Me puse los zapatos un martes, cuando aparecieron los criados del príncipe y me llevaron a palacio. Como me destrozaban los pies, tuve que quitármelos el viernes y regresar a casa con mi madrastra y mis hermanastras.
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Desde que el psicólogo me curó el trastorno de identidad disociativo ya no tengo a nadie con quien jugar al ajedrez.
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BROWNIANA
La última mujer sobre la Tierra está sentada a solas en una habitación. Llaman a la puerta... ¡Qué pesados que son los hombres!
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–¿Y qué hiciste, Lot, con el cuerpo de tu mujer?
–Lo arrojé al gran lago.
–¿No sabes que ahora lo llamamos mar Muerto?
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EFECTO PIGMALIÓN
–¿Por qué lo hiciste? –preguntó la rana.
–No quería defraudarte –respondió el escorpión.
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Cuando el profesor le entregó el examen, advirtió que en su rostro había dibujada una mueca sarcástica. Sabía perfectamente lo que significaba aquella sonrisa.
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No te preocupes, Rocinante. Nunca te cambiaré por un corcel de verdad. ¿A quién culparía entonces de mis derrotas?
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–¿Y qué hiciste el séptimo día?
–Descansar.
–Menudo dios que eres, que necesitas descansar.
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El bosque no le dejaba ver los árboles.
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La Federación de Empresarios de Minas de Carbón siente que está luchando contra molinos de viento.
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Los políticos se daban a ver Borgen y Juego de tronos con tanta afición y gusto, que olvidaron casi de todo punto los problemas de su país. Y así, del poco dormir y del mucho ver series, se les secó el cerebro, de manera que vinieron a perder el juicio…
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FÁBULA DE LA HORMIGA Y LA CIGARRA
La cigarra pasó todo el verano cantando tranquila porque sabía que, cuando llegara el invierno, llorándole un poco a la hormiga, ésta compartiría la comida con ella.
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Los troyanos sospecharon. El caballo de madera tenía cierto aire micénico.
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INUNDACIÓN
Noé estaba esperando que lloviera para subir al arca. Ni se le pasó por la cabeza que el Tigris y el Éufrates se saldrían de madre.
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Como no podía liquidar sus deudas, liquidó a sus acreedores.
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LITERAL
Le preguntaron si quería decir una última palabra. Se quedó en silencio porque no quería decir que no quería decir una última palabra.
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TACAÑO
Mi cuñado leyó su propio obituario. En principio se alarmó, porque él no estaba muerto, pero decidió no hacer nada: en cualquier caso habría que pagar a los de la funeraria.
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INFATIGABLES
Cuando éramos jóvenes, Lucía y yo éramos incansables: estábamos toda la noche haciendo el amor. Ahora, aunque ambos hemos sobrepasado los cuarenta, seguimos siendo infatigables: pasamos todo el día haciéndonos la guerra.
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La rata de biblioteca no pudo digerir los Manuscritos económico-filosóficos de Marx. Es por eso que han llegado hasta nosotros.
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El flebólogo me confirmó lo que ya sabía: no tengo vena poética.
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Jesús, te has equivocado. Te pedimos que multiplicaras los peces, no que multiplicaras el pez. A ver ahora cómo cocinamos este leviatán.
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Escribió la historia de un escritor suicida basada en su propia vida.
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Estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi voto que no lo digas en la tribuna del Congreso.
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Estaban separadas porque una no podía entrar y la otra no podía salir. Hasta que Tanit tuvo una idea. Le contó a Eva lo que tenía que hacer para que el Viejo les expulsara del jardín del Edén.
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Para aprobar el Máster en Educación Secundaria tenía que entregar un trabajo final de cincuenta folios sobre El arte de la guerra de Sun Tzu.
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Cuando comprendió que la Muerte pronto llamaría a su puerta, decidió irse a vivir debajo de un puente.
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El lector murió de aburrimiento en la página 357 sin sospechar siquiera que el autor era el asesino.
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PARADOJA
El fin del mundo se producirá en Canarias una hora antes que en la península.
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A él no le gustaba viajar. Tuve que hacer el viaje de novios sola.
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¿Que por qué lo hice? No me molestó que no aceptara mi ofrenda, pero no pude soportar la sonrisilla que se le escapó a Abel.
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LA METAMORFOSIS
Cuando se despertó por la mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama un monstruoso sapo: era el príncipe que la noche anterior había invitado a acompañarla a casa.
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Anticiclón. Lavo el coche. Aparece de la nada un embolsamiento de aire frío en altura.
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Escribió todo un best seller: Cómo suicidarse y no vivir después del intento.
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China decidió copiar el juego resultadista de Italia. Y lo copió tan bien que no se clasificó para el Mundial de Rusia.
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BRUNIANA
Estaba nadando en la zona textil del río, pero la corriente le arrastró hasta la nudista. Se quitó el bañador, lo tiró y salió del agua. Caminó con dignidad entre la gente. Cuando llegó a la valla que separaba las dos zonas, no le dejaron pasar. “Bueno, me quedaré aquí”, se dijo.
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El sicario descubrió que la Muerte no tenía un precio.
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Por fin he encontrado la manera de no perder la cabeza: la llevo siempre debajo del brazo.
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4′33″
Si llega a durar un segundo más, me levanto y me voy.
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La rata de biblioteca se muere de hambre desde que todos los libros son electrónicos.
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El médico le dio dos meses de vida. Don Arrigo, enfadado, le dio dos minutos.
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–La Muerte se ha olvidado de nosotros. Es insoportable tener que sufrir este castigo eternamente.
–No sé de qué te quejas, Prometeo. Tú no tienes que comer siempre hígado.
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La noche fue más mala de lo esperada. Por la mañana amaneció con un cuchillo clavado en el pecho.
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A César le enfadó que la Biblioteca de Alejandría no tuviera un solo ejemplar de la Guerra de las Galias.
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–¡Hágase la luz! –dijo.
–¿Endesa, Iberdrola o Fenosa? –preguntó una voz.
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MASOQUISMO MORAL
No quiero que me dé un beso. No me lo merezco.
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EL NEGRO
–Scheherezade, me han dicho que, mientras yo estoy en el salón del trono, tú pasas el tiempo con un negro. ¡Explícate!
–No pienses nada extraño, Schahriar. El negro no me escribe los cuentos que te narro todas las noches. Sólo me acuesto con él.
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–Yo, robot.
–Y, por lo que parece, un robot no demasiado avispado.
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Estaba muy preocupado por el sexo de los ángeles de Victoria’s Secret.
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Aquel martes, durante el embarque, Colón recordó de pronto que había dejado en La Rábida el manual de conversación latín-cipangués. ¿Cómo se haría entender cuando llegara a su destino?
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Había una vez una idea genial que yo no encontré.
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El apocalipsis no fue como había descrito Juan, pero no quedó nadie para demandarle por difusión de bulos.
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PARADOJA
¡Qué suerte! Encontró una bala perdida.
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–Eran inocentes.
–¿Inocentes? Seguro que entre ellos había futuros asesinos, ladrones, maltratadores, sediciosos y corruptos –dijo Herodes.
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PARADOJA DE SCHRÖDINGER
Abrió la caja y encontró al gato medio muerto.
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–El sueño de la razón produce monstruos.
–¡Qué tontería! –dijo Robespierre.
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Comenzó a escribir: “Nací en el año 1632 en la ciudad de York, de buena familia aunque no del país…” Muy pronto, Robinson se dio cuenta de que necesitaría más de una botella para enviar el mensaje.
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SUICIDA FRUSTRADO
Arthur Conan Doyle mató a Sherlock Holmes. Y tuvo que resucitarlo.
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Terminada la interpretación de la sinfonía, a Beethoven no le gustó lo que oyó.
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Me mandé una carta a mí mismo. Me la devolvieron indicando que el destinatario era desconocido.
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TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Trataron de prohibir el carbón, el petróleo, el gas. Fue como luchar contra molinos de viento.
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–Hace varias semanas leí Cómo escribir un microrrelato, de Ana María Shua.
–¿Y qué tal?
–Muy bien. Unas cincuenta palabras más y terminaré de escribirlo.
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MÚSICA ALEATORIA
El burro tocó la flauta.
–¡Magnífico! –exclamó Karlheinz Stockhausen.
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El muerto tenía un humor macabro.
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Cuando terminó de escribir la nota de suicidio, el escritor advirtió que había superado el bloqueo.
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Pidió que su lápida estuviera en castellano. Lo incineraron.
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Al llegar la Tierra, los marcianos descubrieron que los relojes de arena adelantaban.
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Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Asustada, se puso las gafas. Ah, no, sólo era su marido.
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–¿Por qué lo has hecho? Era tan amable.
–Tranquila, Gretel. Diremos que era una bruja.
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LITERAL
Mi mujer que me dijo que, si me aburría, encendiera la televisión. Se lo expliqué a los bomberos cuando vinieron a apagarla.
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–A mí no me hablen de poliamor. Las normas son claras. Al arca sólo suben parejas –dijo Noé.
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SUICIDIO DE UN ESCRITOR
Mató a su musa.
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–¿Qué haces revolviendo la basura?
–Buscarte.
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Aquel martes, durante el embarque, el galeote nos dijo que no podía subir a bordo: se mareaba en el mar.
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–Levántate y anda.
–Háblale un poco más alto, Jesús. Está sordo.
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El colmo: perdió la estatuilla de San Antonio de Padua.
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Lo nuestro no puede funcionar. Y no es por el tamaño. Ni porque seamos de países distintos. Desde luego que no. Lo nuestro no puede funcionar, Kong, porque a mí me gusta que mis parejas se depilen.
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Cuando el profesor le entrego el examen, advirtió que en su rostro se dibujaba una mueca sarcástica. Sabía perfectamente lo que significaba aquella sonrisa.
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EFECTO PIGMALIÓN
A veces pensaba que si de vez en cuando escribía buenos microrrelatos era porque le decían que escribía buenos microrrelatos.
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Flaubert estaba afónico. Dejó de escribir.
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Mientras caía, pensó que debería haber llamado a algún manitas para reparar la persiana.
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Cuando despertó, Pinocho se dio cuenta de que todavía estaba dentro del estómago del dinosaurio.
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POR FIN, UNA EXPLICACIÓN
–No sabía si estaba muerto o simplemente dormido. Por eso esperé. Yo no soy un necrófago –dijo el dinosaurio.
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FÁBULA DE LA LECHERA
Para no decepcionar a Esopo, la lechera tiró el jarro a mitad de camino.
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EL DURO DÍA DE TRABAJO DE UN ESCRITOR
Advierte que había puesto un acento de más. Elimina el tuit. Lo reescribe. Lo publica.
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Era un dolor penetrante, infinito, pero soportable porque, cuando la veía comer con asco, Prometeo se convencía a sí mismo de que al águila le repugnaba comer siempre hígado.
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ISAÍAS 65, 25
A corderos y bueyes les resultó dramático descubrir que todavía no había llegado el momento en que lobos y leones apacentarían.
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Al suicida le costó disimular la alegría que le daba el diagnóstico médico.
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Los ents están encolerizados con Tolkien. El bosque de Fangorn ha sido talado para imprimir ejemplares de El Señor de los Anillos.
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El artista del trapecio tenía una demanda urgente. Le pidió al empresario un segundo trapecio. Lo necesitaba.
Unos meses después, comprendió (demasiado tarde) que también tenía que haberle pedido una red.