martes, 29 de diciembre de 2020

Papelera

José Sabré Mallorquín: “No tenía nada que hacer, lo hizo y se fue”.

EL CUENTO  DE LA LECHERA
Vendió la leche. Compró gallinas, que puso huevos. Los vendió. Compró una vaca, que tuvo terneros. Los vendió. Compró ovejas y amplió la granja. Esopo se mordió los nudillos de la rabia.
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EL COLMO
Pablo Escobar abrió una estación de servicio en la que sólo vendía gasolina con plomo.
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–Le han preguntado a la ministra de Educación si está a favor de bajar el listón. Sabes qué ha respondido. 
–No.
–Que está a favor de quitarlo.
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–Recuerdas cuando te contaba cuentos. Te dormías enseguida.
–Papá, los cuentos que me contabas eran terribles. Me tenía que hacer el dormido.
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La Asociación de Psicoanalistas Argentinos ha concluido que su país  tiene complejo de Orestes con la madre patria.
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Moctezuma informó a Hernán Cortés de que los sacerdotes de Huitzilopochtli desaconsejaban una guerra florida: se habían comido a varios castellanos y sabían a rayos. 
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Ariadna le entregó un ovillo a Teseo. Comprendió, demasiado tarde, que también debió haberle entregado una espada.
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Ayer por la mañana fueron al hospital y descubrieron que habían sido felices.
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–Espejito, espejito.
–Sí, majestad.
–¿Quién es la más preguntona de todo el reino?
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–Mamá, no puedo dormir. 
–Cuenta ovejitas.
–¿Qué son ovejitas?
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–Propongo construir un Arco de Triunfo y grabar en él todas las victorias españolas.
–¿No estaría muy vacío? ¿Por qué no construir un Arco de Fracasos?
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–Franz, ¿de dónde sacaste la idea?
–De Felice. Me dijo que no quería casarse conmigo porque era un bicho raro.
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BIBLIA SORORIANA
Irritada por el depravado comportamiento de Adán, Astarot le expulsó del Paraíso. Luego, viendo a Lilit muy sola, creó a Eva. Las dos mujeres vivieron felices en el Jardín del Edén por toda la eternidad.
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–Voy a tomarme un café. ¿Tú quieres algo?
–Doscientos cincuenta mil euros y un apartamento de Roquetas.
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–¿Invito a mis sobrinos a casa? ¿No quieres verlos?
–Tengo una foto suya en el móvil.
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–Cyrano mete las narices en todos sitios.
–¿Cómo no?
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EL COLMO
El sastre apareció cosido a puñaladas.
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–Yáñez, ¿por qué está Sandokán tan intranquilo delante del ordenador?
–Le preocupa la nueva actualización de Java.
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–¿Tienes muchos muertos en el armario?
–¿Yo? Ninguno. Todos están bien enterraditos en el jardín.
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–Mató a su hermano. Habrase visto.
–Visto, no, pero, leído, lo leí en la Biblia.
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EL COLMO 
El descuidero está en la cárcel por descuidado.
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Juana la Hermosa (Toledo, 1479 - Burgos, 1506). Hija de Isabel I de Castilla y de Fernando II de Aragón. Reina de Castilla entre 1504 y 1406. A su muerte, su marido, Felipe el Loco, tuvo que ser internado en el castillo de Tordesillas después de perder la cabeza.  Su padre tuvo que hacerse cargo de la regencia hasta la mayoría de edad de su hijo, Carlos de Austria.
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–¿Qué te ha dicho la sibila de Cumas?
–Que vaya a preguntar a Delfos.
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–Filípides, ¿quién ganó la batalla?
–Y yo qué sé. Eché a correr cuando vi a tantos persas.
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EL COLMO
Afrodisio escribía poemas épicos; Areodoro, églogas.
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–Houston, tenemos un problema. El astronauta jamaicano dice que ve alienígenas.
–A ver, ¿qué se ha fumado?
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–¿Sus últimas palabras, ciudadano Robespierre?
–Nadie escarmienta en cabeza ajena.
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EL COLMO
Franco era un camisa nueva.
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–Yo iba para monje, pero acabé siendo cura.
–Ah, ¿sí? ¿Por qué?
–Sufro de claustrofobia.
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EL COLMO
El cura iba a toda hostia.
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EL COLMO 
El insomne tuvo que despertar a las ovejas para poder contarlas.
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Para no volverse loco, el psiquiatra ha aprendido a desconectar.
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Hera, querida esposa, no te enfades. Si yo sólo me acuesto con todas esas mujeres para darles trabajo a los poetas.
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–Ya sabes que Guille tuvo un percance, ¿no?
–¿Tu hermano? Sí. Le dio el sol y se convirtió en piedra.
–Pues Berto pensó que quizá Medusa podría ser una especie de contraveneno.
–¿Y?
–Que ahora que mis hermanos son estatuas de piedra me siento muy solo. ¿No querrías salir conmigo?
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–¿Has ido a orinar? –le preguntó el verdugo al condenado.
–¿Qué?
–Si has orinado. Es que luego se relaja el esfínter y me toca a mí limpiar.
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COGOBERNANZA
Este asunto es tan delicado que haremos lo que diga la Unión Europea. Como ese otro tema es peliagudo, que decidan las Comunidades Autónomas. 
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DE LO QUE SE COME…
El lobo vio tan tonta a Caperucita que se asustó y la dejó ir.
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–¿Qué guapa estás?
–Lo sé.
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En el horizonte vieron tres enormes canoas. Curiosos, se acercaron a la playa. Al rato, unos hombres muy pálidos desembarcaron.
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Al despertar, vio dos soles levantándose en el horizonte. Comprendió que no había sido una pesadilla.
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Querido Papá Noel:
Pero ¿cómo pudiste regalarme eso? Te pedí la comisaría de policía, no la cantina de Mos Eisley. Vamos a ver. ¿Qué es la cantina de Mos Eisley?
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Como castigo, el alcaide ordenó que le quitaran el póster que colgaba de su celda, una foto del horizonte.
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Ley de Felipe II: tendemos a gastar todo el dinero que esperábamos ingresar.
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CIENCIA
Todos los experimentos prueban que el comunismo científico es un fracaso.
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SEGURO
La margarita es muy hermosa, tanto que ahora algún imbécil le preguntará una majadería.
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Los Reyes Magos arreglan los olvidos de Papá Noel.
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Apunta con su dedo hacia el horizonte y entonces nos damos cuenta: es un guarro. Tiene las uñas sucias.
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Perdió la vista en el horizonte. Está ciego.
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–¿Y tú desde cuándo eres marxista?
–Desde que vi Una noche en la ópera.
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Amanecer
eres
tú.
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No veía nada. Entonces se agachó y pudo verlos, recortados en el horizonte, caminando despreocupados. Comenzó a disparar.
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Para acabar con las discusiones bizantinas, Mehmed II llamó a la ciudad Estambul.
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–Hace mucho que no veo a Damocles. ¿Qué fue de él?
–¿No te has enterado? Murió.
–¿Qué? ¿Cómo fue?
–Tuvo un accidente con una espada.
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–Creí que habías dicho que desde tu casa tenías magníficas vistas de la sierra.
–Y las tenía, antes de que construyeran ese centro comercial.
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Ahora que Lot ha enviudado, se dedica al comercio de la sal.
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Don Luis entra en la clase de 2º de la ESO y dice:
–Como decíamos ayer…
Pero los alumnos no recuerdan lo que don Luis dijo el día anterior. Ni siquiera, con el jaleo, han oído lo que acaba de decir.
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–¡Gallinas! ¡Cobardes! ¡Esclavos! –nos gritó.
No pudimos soportarlo más. Le apaleamos. Después de todo, tenemos nuestro orgullo, aunque seamos marionetas.
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HANS HERMANN VON KATTE
Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él, hijo mío. Olvídale. Era un don nadie. ¿De verdad creías que podríais vivir juntos? ¿Dónde? Habrías sido el hazmerreír de Europa. Te hice un favor matándole. Pasa página. Sé feliz con tu mujer. Ten hijos. Reina sobre Prusia.
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–¿Qué pasó?
–Sencillo: el resultado de la prueba no llegó a tiempo por Navidad.
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La Liga inglesa acusó de racismo a Cavani por decir: Gracias, negrito. El Parlamento uruguayo acusó de etnocentrismo a la Liga inglesa.
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Estaba casi seguro de que podía ser la última Navidad de su vida, así que prefería pasarla solo.
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LA BELLA DURMIENTE
–Entonces, ¿se pinchó con el huso de la rueca?
–¿Qué? No. Era una poltrona. Empezó a juntar la siesta con la noche y la noche con la siesta.
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Cansado de los horizontes rectos y sin futuro, cogió la lanza, montó su rocín y fue en busca de montañas y aventuras.
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El camello está cansado de que le hagan fotos recortando el horizonte.
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–Fuego –me pidió.
¿Cómo iba yo a sospechar que quería quemarme? Por supuesto, creí que iba a fumar.
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Una nube en el horizonte. Entrecerró los ojos. Bah, sólo eran….
–Ovejas, señor –dijo su escudero.
No. Es el ejército de Alifanfarón.
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¿Que por qué le abandoné? En definitiva, porque me dejó sin horizontes.
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DIPLOMÁTICO
–Espejito, espejito, ¿quién es la más guapa del reino?
–Ahora mismo, vos, majestad.
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–Noé.
–Sí, Yavé.
–Los pecados de los hombres son muy grandes. Quiero que construyas un arca.
–Ah, ¿va a haber un diluvio?
–¿Un diluvio? No, no. Va a fundirse el hielo de los polos y subirá el nivel del mar.
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–Mi robot es un poco lento.
–¿Lento? No lo entiendo. 
–Ayer por la mañana le conté un chiste. Pues no se rió hasta el mediodía.
–Comprenda que tiene que analizar las palabras.
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–¿Qué te ha pasado? Te veo demacrado.
–Es que he visto el espíritu de la Navidad de 2020.
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–¿Qué hora es, Schrödinger?
–Puede ser cualquier hora.
–¿Cómo que puede ser cualquier hora?
–Mientras no mire el reloj.
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Las profecías de dos videntes para 2020: Es un buen año para viajar con la imaginación, va a haber abundancia de lecturas.
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–¿Qué le pasa a Afrodita? Se está desternillando.
–Es que Hefesto le acaba de decir que está harto de sus infidelidades y que va a pagarle con la misma moneda.
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Phileas Fogg dio una vuelta al Sol en 365 días y seis horas.
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–Dame otro bombón.
–No quedan más. 
–¿No? Pues entonces vámonos a la cama.
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Le sonó el móvil en plena audición de 4’33’’. El resto de espectadores estaban cabreados porque el director empezó de nuevo.
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–Estas fiestas,  ¿ha encontrado tu hijo colocación?
–La ETT le ha dejado plantado. 
–Ah, ¿sí?
–Ya te digo. Le ha ofrecido un trabajo de árbol de Navidad.
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Filadelfia, 1776. Sostenemos como evidente  esta verdad: la tierra nos pertenece a nosotros, no esos malditos pieles rojas.
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El eunuco no tenía cojones para enfrentarse al emperador.
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–¿Recuerdas la Navidad de 2020?
–Sí, claro: la melancolía por la ausencia de los que se fueron, el frío de la soledad. 
–¿Nada más?
–Bueno, no sé. Mis sobrinos tuvieron lo de siempre: ilusión, luces, fantasía.
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El sacerdote de Huitzilopochtli le dijo al castellano que, sin sacrificios, el sol no saldría por el horizonte. El sacerdote fue degollado.
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JACQUERIE
Se les daba mal luchar contra los ingleses. En cambio, masacrar campesinos se les daba muy bien.
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–Hija, come más despacio. Ya verás cuando acabe la Navidad. 
–Precisamente, mamá. Dentro de una semana voy a hacer una prueba en una agencia de modelos curvy.
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–¿Por qué elegiste a Afrodita?
–Porque era la mamá de Eneas.
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–Dime la verdad: ¿me amas?
–¡Qué preguntas me haces!
–Pero ¿me amas?
–¿Tú qué crees?
–¿Me amas?
–Desde luego, si no te amara, no me costaría tanto mentirte.
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Ama a la humanidad, pero odia a los hombres, a pesar de que los hombres, tomados individualmente, sean buenos y la humanidad, tomada en su conjunto, mala.
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Mortero y almirez fueron la causa de que, para dilucidar quién se los llevaría en el reparto de la herencia de su madre, llegaran a los tribunales las tres hermanas.
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¿Quién iba a decirnos que la de 2020 sería la última gran Navidad de nuestras vidas?
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Para doña Águeda, la Navidad de 2020 fue normal. Sus sobrinos tampoco fueron a visitarla.
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Él buscaba a alguien que le gustara leer. Se acabó quedando con alguien al que no le importara que él se pasara el tiempo leyendo.
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–El más pecador, que tire la primera piedra –dijo.
Todos acabaron dejando caer las piedras que llevaban en las manos al suelo.
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–¿Chamán? 
–Sí, lo soy. 
–¿Qué hace?
–Arreglo cuentos desastrados, reparo poemas desarrapados, enmiendo novelas enredadas.
–Ah, usted un chamán de letras, ¿no? Yo necesitaba a un chamán curandero. 
–Es la puerta de al lado. Pregunte por el mandinga.
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Tuve un tesoro de marido. Por eso lo maté y lo enterré en el bosque.
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–¿Cómo va el coronavirus?
–Se va.
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Alfred Hitchcock la acorraló.
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–Ese robot se ríe a carcajada viva. ¿Dónde trabaja?
–En una sitcom.
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Al nuevo pontífice le gustaba dibujar puentes.
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Las cicatrices pueden ser útiles. Demuestran que se ha vivido.
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–Les di a cada uno de ellos 5.000 euros, pero no les pareció suficiente. Querían más.
–¿Más? 
–Sí, más. ¡Qué descarados!
–¿Y cuánto dinero querían?
–No, no querían dinero. Fue mucho peor.
–¿Peor?
–Peor. Tuvieron la desfachatez de pedirme que les regalara mi tiempo.
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Repentinamente, sacó una pistola.
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EL COLMO
Cada vez que yo estoy llegando, él se va.
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Allí, en el horizonte, divisó una isla. Tardó dos semanas en construir una endeble balsa y dos días en llegar a la tierra de los caníbales.
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Empuñó el cuchillo, etcétera.
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¡Qué felices éramos antes que vinieran a explicarnos lo que era la felicidad!
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–Espejito, espejito, ¿quién es la más guapa del reino?
–Vos, majestad.
–No es mi hijastra.
–Vuestra hijastra no tiene un martillo en la mano.
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Dos años y cientos de fotos después, tras muchos madrugones, pudo tomar la imagen fugaz de un velero en el horizonte al ponerse el sol.
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Miró el horizonte y sólo vio contaminación.
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MAL EJEMPLO
Cuando paso a su lado, me miran y empiezan a hablar de gordos. Le dice a él que tiene que hacer un poco de ejercicio. Él se defiende. 
–No es para tanto –asegura.
–¿Quieres acabar como ese? –le pregunta.
Me alejo y no oigo cómo continúa la conversación. Pero me siento contento de ser útil.