Margaret Atwood: “Hallan cadáver incompleto. Médico compra yate”.
–Hace un hermoso día, ¿no?
–Ahora que has aparecido, sí.
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El poeta está harto de que la musa se lleve todo el mérito.
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A los cinco años de casado, Romeo y Julieta se llevaban como los Montesco y los Capuleto.
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Pues claro que he ganado con mi esfuerzo la dirección general. ¿Acaso no tiene mérito mi habilidad para el cabildeo?
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La Guardia Civil llegó a la conclusión de que el conductor accidentado iba a una velocidad de ocho cervezas por hora.
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ÚLTIMA HORA
El primer ministro griego, sorprendido en una cama turca, tiene que presentar su dimisión.
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Cuando los españoles entraron en Amberes jugaron al pillapilla.
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EL COLMO
La ecologista denunció al viejo verde.
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Acabaron descubriendo que el intercambio de fluidos no era amor.
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El censor le dijo a Cela que en su novela había encontrado mucho polvo y mucha paja.
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– Dietrich.
–Sí, Sturmbannführer.
–Traiga al preso 34567 a la sala de interrogatorios. Voy a tirarle de la lengua.
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Después de tenerle a prueba durante una semana, le contrataron. No sabía nada de Matemáticas, pero conseguía que la clase estuviera callada.
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Colón trató de hacerse entender por el nativo.
–Ego sum Christophorus Columbus. Venio ab Castellam.
–Ego sum Olavus Sigurdi filius. Natus sum in Groenlandia.
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–¿A quién votarás como nuevo académico?
–A Llopis Torres.
–¿A ese? Pero si arrastra las palabras.
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Yavé les mostró a Adán y Eva una aldea Potemkin.
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El forastero llegó por la mañana a la ciudad. La encontró pequeña, fea, sucia, y no disimuló su desagrado. Por la noche, enterraron al forastero.
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Llora, luego existe.
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EL COLMO
El ludita tenía una lavadora en casa.
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El faraón encargó la pirámide a una empresa constructora de Tarsis. Tuvieron que enterrarlo en un hipogeo.
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Cuando por fin se acabó la Torre de Babel, todos alabaron al arquitecto, pero nadie al traductor.
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Poco después de casarse, empezó a tener horribles pesadillas. Soñaba con malvados brujos, genios perversos, criaturas monstruosas. Harto, el sultán ordenó decapitar a Scheherezade.
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Cortés, que no era nada tonto, empezó a sospechar cuando advirtió que todos los edificios de Tenochtitlán estaban hechos de chocolate.
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–¿Qué quiere esa niña, Gaspar?
–Referencia 3456. Referencia 3732. Referencia 5933.
–Cualquiera se equivoca.
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–Los Reyes no existen. Si hay tres millones de niños en España y pierden cinco minutos en entregarles los regalos, ¿cuánto tiempo tardarían en repartir todos los regalos?
–Es que son Reyes Magos, don Abel.
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–En tú poema no he encontrado epítetos, pleonasmos, metáforas, hipérboles, metonimias, paronimias, calambures, sinécdoques, anáforas, nada.
–Tiene su mérito, ¿eh?
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–¡Árbol vaaaaa! –grité.
Pero mi cuñado siempre fue un poco sordo.
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Se jactaba de ser analfabeto, así que, cuando el camarero le ofreció una sopa de letras, se la lanzó encima.
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–¿Qué vas a comer?
–Verduras tiernas cocidas. Y esta noche, batatas al horno. Como me dijiste que me faltaba fibra.
–Fibra moral.
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–¿Queréis decir unas últimas palabras, ciudadano Capeto?
–En julio de 1789 les dije a mis oficiales que tirotearan a toda esa chusma y me dijeron que no perdiera la cabeza. ¡Qué irónico que ahora vaya a perderla!
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¿Nietzsche fue el primer animalista?
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–¿Qué es lo que te ha hundido?
–Tanta profundidad.
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ENVIDIA SANA
–¿Por qué no comes pan?
–He leído que Anne Igartiburu no lo prueba y mira cómo está.
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Greta Thunberg ha regañado a los líderes mundiales. Por su culpa, ella no ha podido estudiar.
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–Fulgencio es un viejo verde.
–¿Es de Vox?
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El Gobierno nunca se dejará avasallar. Siempre trataremos de tú a tú a los gibraltareños.
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–Vida contemplativa. Es a lo que aspiro.
–¿A estar encerrado?
–No, no. A contemplar. A observar.
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DONDE LAS DAN…
Nosotros les enviamos exiliados comunistas y ellos nos envían exiliados peronistas.
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Que tiene hambre. ¿Y qué hace ahí sentado como un pasmarote? ¿Por qué no se va a comer?
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Cuando el carcelero pronunció su nombre después del del presidente, se llenó de orgullo. No entendió la cara de lástima de sus camaradas.
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–Calicles fue acusado de medismo.
–¿Qué hizo, aceptar dinero de Jerjes?
–Observar las Perseidas.
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No fumar, no beber, no llevar una vida de excesos tuvo su premio. A los 85 años ganó el Princesa de Asturias; a los 93, el Cervantes.
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–No haces nada más que construir castillos en el aire.
–Tiene mérito, ¿eh?
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–Darío, han muerto cien inmortales.
–Pues vaya.
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Le multaron por vender CDs piratas de 4’ 33’’.
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Era moreno, escuchimizado, cojo. Todos le reconocían el mérito por haberse convertido en ministro de Hitler.
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Otros aspirantes eran licenciados, másteres, tenían publicaciones, hablaban idiomas, pero fui yo quien consiguió el puesto de secretaria.
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–¿Llevas medias?
–Llevo enteras.
–¿Enteras?
–Pantis, tía, pantis.
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–Advertí que quería besarme.
–¿Y le dejaste?
–Le besé yo. No me gusta ser una mujer objeto directo.
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Era un fracasado por méritos propios.
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Hijo mío, perdóname por traerte a un mundo donde todavía hay terraplanistas, monárquicos y marxistas.
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–Houston, tenemos un problema. Cambio.
–Decid. Cambio.
–El motor principal no funciona. Cambio.
–Probad el auxiliar. Cambio.
–El auxiliar no responde. ¿Qué podemos hacer? Cambio.
–Hum… Vosotros queríais ir al espacio, ¿no? Cambio.
–Bueno… Sí. Cambio.
–Pues disfrutad lo que os quede. Corto y cambio.
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De malas comidas están llenas las fosas comunes.
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En el futuro
la soledad me espera.
A él, el olvido.
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CURSUS HONORUM
En menos de un año salió en MyHyV, fue novio de una ex concursante de Gran Hermano, ganó Supervivientes e hizo un polideluxe.
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¿Bureau de la Rivière era un burócrata?
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El rebaño tuvo que acceder con ecuanimidad a tratar de solucionar mis problemas de insomnio, aunque no se lo tomó con mucho humor.
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–¿Y José?
–¿No te has enterado? Tuvo un hijo y se cogió un permiso de paternidad.
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Yo, tú, él. Adivina qué pronombre sobra.
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Era licenciado en Políticas por la Complutense. Seguro que le gustaba la polémica. Decidió no contratarle como friegaplatos.
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EL COLMO
Reyes Hidalgo era republicana.
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Wat Tyler (1341-1397). Gobernador de Inglaterra. Luchó en Francia y se convirtió en granjero a su vuelta. Cuando el Parlamento subió la capitación, lideró la revuelta popular que llevó al fin de la monarquía en Inglaterra. Fue gobernador de Inglaterra entre 1881 y 1397, cuando murió en la batalla de Blackbury.
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EL COLMO
Diógenes no tenía síndrome de Diógenes.
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Advirtió de la plaga. Pocos lo creyeron. Luego fue olvidado, porque fray Alberto de Soissons fue uno de los primeros en morir.
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Se vanagloriaba en no haber vendido ningún cuadro. Su arte era demasiado avanzado para su época.
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–¿Cómo os llamáis?
–Owain Glyn Dŵr.
–¿Te podemos llamar Oliverio?
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–Puse a subasta en eBay el atrio que me llevé del Capitolio.
–¿Y qué conseguiste?
–Veinte años en una prisión federal.
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–Caperucita, tienes que llevarle comida a la abuela.
–¿Y por qué no utilizar Uber Eat?
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–La ola de frío ha disparado el precio de la electricidad. Ministro, ¿qué va a hacer algo el Gobierno?
–Nada. Creemos que no hay que legislar en caliente.
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Por fin le dedicaron una calle, pero era la que llevaba a la planta de tratamiento de residuos.
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Con lo vago que es tiene su mérito que lograras que te hiciera el amor.
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Si supierais la verdad. Teseo se asustaba de su propia sombra. Era más cobarde que una oveja. Tuve que ser yo quien cogiera al Minotauro por los cuernos.
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–Ya te he dicho un millón de veces que no quiero ir a tomar café contigo.
–Mentira. Sólo me lo has dicho doce veces. Llevo la cuenta.
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Antes muerta que plumilla.
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Hoy sólo se ha tomado 10 miligramos de metadona. Y se siente bien.
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EQUIDISTANTE
Aceptó a un tránsfuga de Ciudadanos y a otro de CiU.
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Sus padres le han regalado tantos juguetes que, sospecho, el último año se han portado muy mal con él.
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ESTRECHO DE GIBRALTAR
Fabián Picardo está en contra de que los trabajadores españoles tengan los mismos derechos laborales que los gibraltareños.
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Pedro el Abel, rey de Castilla entre 1350 y 1369.
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Fue el único de su compañía que alcanzó la trinchera enemiga y, como premio, fue hecho prisionero.
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Yo fui testigo presencial de esa redundancia.
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–Te has portado mal.
–¿Y qué vas a hacer, traerme carbón?
–No. Voy a hacerte carbón.
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Sí, soy el hijo del presidente, pero, a diferencia de mi hermano, yo tengo una licenciatura por la Universidad de Kinshasa.
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Martínez se acercó a Germán, que abrió los ojos. A pesar de la herida en el vientre, todavía estaba en el vientre.
–Dispárame –le dijo.
–¿Qué ha pasado?
–Un moro me abrió la barriga.
Martínez contempló el cuerpo de Andrade.
–¿Y él?
–Yo lo maté.
Martínez no pudo disimular su sorpresa.
–¿Qué?
–Le pedí que me disparara, pero me dejó un fusil. Dispárame.
–¿Tú le disparaste?
–Ya te lo he dicho.
–¿Te duele?
–Dispárame.
Martínez recogió el fusil que Germán tenía al lado. Sacó el casquillo e introdujo otra bala.
–¿Cómo te voy a matar? Toma el fusil y haz lo que quieras.
–Eso mismo me dijo Germán.
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–¿Por qué no llevas gafas?
–Para no ver las noticias.
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Cuando le entregaron la gigantesca aguja que había mandado construir, el rico compró un camello.
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–¿Sabes qué? Según las estadísticas, los españoles hacen el amor dos veces a la semana.
–Pues sospecho que hay alguien por ahí que lo hace cuatro veces.
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Gracias a Napoleón III, tenemos Italia, Alemania, el Cinco de Mayo mexicano, el mito de Camerone, la Comuna, la guerra de Vietnam, la red francesa de ferrocarril, la vacuna contra la rabia, el Canal de Suez, el estilo Segundo Imperio, la bomba Orsini, el París de Haussmann, la Ópera Garnier, el color magenta…
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–Pero ¿por qué?
–¿Que por qué? Porque estaba cansado, amigo Sancho, de estar encerrado en casa viendo la tele.
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¿Se puede decir que Felipe II era un yonqui de los impuestos?
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Ya está bien, atenienses, que nos llaméis a los espartanos brutos y salvajes, vosotros, que asolasteis Melos, vosotros, que quemasteis todos los libros de Protágoras.
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La reina, después de dos horas en el tocador, tenía el mismo aspecto que el de su hijastra cuando salía de la cama.
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Cada vez que los barcos portugueses se dirigían a la India, tocaban Madeira.
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Vida de excesos. Es a lo que aspiraba, gordo. Devorar el mundo. Disfrutar. Apartar el sufrimiento. Comprendés. Por eso me fui de la Argentina.
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EL COLMO
En Argentina, los psicoanalistas van al psicoanalista.
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–¿Quién escribió Autoayuda para principiantes?
–Un mecánico de coches.
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Al eunuco Yuan Zhongxin, primer ministro del reino de Wei, no había nadie que se atreviera a tocarle los cojones.
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Quieren convencer bloqueando.
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–Ha prometido el oro y el moro.
–¿El oro y el moro?
–Préstamos a bajos interés del BCE y papeles para los inmigrantes marroquíes.
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A Shon Zhou le quedaban unas pocas pinceladas sueltas.
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Lísides se había hecho tan popular que a nadie extrañó que le condenaran al ostracismo.
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Al pianista extranjero le concedieron la nacionalidad. Aunque mediocre al piano, era muy bueno tuiteando a favor del Gobierno.
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Cenicienta tenía el propósito de dejar olvidado el zapato. Con las prisas se le olvidó.
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Políticos españoles que han dimitido: Sancho Panza y Cristina Cifuentes.
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Jon Berthelsen ha pasado largos años leyendo libros, examinando estudios, repasando artículos. Ha acabado su obra: la monografía definitiva sobre el calentamiento global. Es hora de enviarla a su editor. Preocupado, mira afuera. Sigue habiendo nieve tras la ventana.
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SALOMÓNICA
En la Wikipedia en castellano, Bezos aparece como un apellido castellano; en la Wikipedia en griego, como un apellido griego.
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–¿Y esa condecoración?
–El Corazón Púrpura.
–¿Qué hazaña realizaste para que te la dieran?
–Recibí una herida en la espalda.
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La peste condenó al joven extranjero, que era un hombre rebelde que huía del despotismo de Calígula. Las autoridades comprendieron que tenían que haber declarado el estado de sitio. La caída de la ciudad se produjo unos pocos días después.
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DIEZ NEGRITOS
Todos mueren.
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–Bill Harris era el más rápido al norte del Pecos. ¿Cómo pudo morir?
–Se enfrentó a Mock Sullivan, el más rápido al sur del Pecos.
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Pararelos: Diana de Poiters y Brigitte Macron.
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–Vais a rescatar a la princesa Adria, que está guardada por el fiero dragón Ymosododd. ¿Algún arma secreta?
–Almax.
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Paralelismos: Campanella escribió La monarquía hispánica para librarse de la Inquisición; Olavide escribió El triunfo del Evangelio para librarse de la Inquisición.
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SUERTE
Desayunando, se le cayó la tostada al suelo. Quedó arriba el lado de la mantequilla.
Un poco más tarde, cuando iba por la calle, una maceta cayó desde un quinto piso. Le dio en lo alto de la cabeza.
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Como las vacunas eran muy caras, el Gobierno de Tuspanistán decidió contagiar a toda la población y que sobreviviera el que pudiera.
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El eunuco está hasta los cojones de la favorita del sultán.
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Yi Zheng suspendió el examen imperial. Escribió poesía, pero no logró publicarla. Nunca se casó. Se convirtió en mendigo.
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Vino con un neceser.
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Leyendo un libro,
nieve tras la ventana.
Felicidad.
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Tres regalos le trajeron a su hijo: oro, incienso y mirra. Se alegró mucho. Con su mujer y su hijo se fue a Alejandría, donde abrió una droguería. Pero no estaba especialmente dotado para los negocios y no le fue bien. José tuvo que regresar a Nazaret y retomar su antiguo oficio: carpintero.
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–Sacerdote.
–Sí, faraón.
–¿Volveré a la vida después de morir?
–Por supuesto, faraón.
–¿Y también mi padre?
–Vuestro padre, vuestro abuelo, vuestro hijo, vuestro nieto.
–¿Volverán a la vida Seti, Userkara, Ramsés, Mentuhoteb, Horemheb, Senusret, Pepi, Tutmosis?
–Volverán a la vida.
–Y si resucitamos todos los faraones, ¿quién gobernará Egipto?
