lunes, 19 de agosto de 2013

Maldito baile de muertos

Esta noche, algo apareció encima de mi cama. Sentí un dolor en la mano derecha, un mordisco pugnaz. Me desperté sobresaltado y lo que fuera que me estaba atacando, también se sobresaltó. Saqué del cajón de la mesita de noche la linterna e iluminé la cama, el suelo, la pared. La rejilla del aire acondicionado se había movido: de allí procedía el bicho que me había atacado. ¿Me había atacado? Sí. Tenía, tengo una herida horrible en el dedo.
---
Cerré la rejilla y traté de asegurarla, aunque sabía que no podría hacer mucho más hasta el amanecer. De vez en cuando se escuchaba un ruido en el interior del piso.
---
Estuve a punto de volver a la cama y meterme bajo las sábanas, pero finalmente preferí dar una vuelta. Nunca había pensado que podía tener problemas con las ratas. Si conseguía llegar a la despensa, me dejaría sin algunas bolsas que tengo guardadas. Supongo que sus dientes no podrán nada con las latas.