viernes, 11 de octubre de 2013

Suspicacia de princesa

Érase una vez una princesa a la que hablaron de un bello príncipe que, encerrado en un castillo, dormía desde hacía mucho mucho tiempo. Curiosa y aventurera, la princesa se puso en camino para llegar al castillo del príncipe durmiente.

Largo fue el trayecto, lleno de peligros. 

Cuando finalmente llegó al castillo, subió a la habitación donde dormía el príncipe y se le quedó mirando durante un buen rato. Desde luego, era muy guapo. Pero la princesa no se decidía a besarle. Algo la refrenaba. Todo aquello le parecía una trampa cuidadosamente urdida.