lunes, 6 de octubre de 2014

El artista de la nada

Pide el desayuno: café con leche, zumo de naranja, tostada de bacalao. La devora con hambre. Después, camina sosegadamente hasta la parada. La cantidad de gente que espera es indicio de que el autobús está a punto de llegar. Se entretiene leyendo el periódico. Pasa rápidamente por las noticias políticas. Se detiene en las de sociedad. Se salta las de cultura, pues no quiere que nada le distraiga, que nada exterior le influya. Cuando sube al autobús, sigue leyendo. El ministro de Economía afirma que la crisis está superada, que el país ha reanudado la senda del crecimiento. Llega por fin al polígono. Entra en la nave que le sirve de estudio. Está completamente vacía. En penumbra. La luz entra por una ventana solitaria. Se sienta en el suelo. Espera.

Relato finalista del I Concurso de microrrelatos MARTE