Trató de encontrar a Loren. ¿Dónde estaba? Ya casi iban a dar la salida y no le veía. Sabía que siempre se colocaba de los últimos. Se le pasó por la cabeza la idea de que quizá, para despistarle, esta vez se había situado al lado de los profesionales. Comenzó a avanzar a empujones. Estuvo a punto de tirar al suelo a un corredor que estaba calentando. No se preocupó por los insultos que éste le lanzó. Se colocó al principio. Todavía estaba buscando a Loren cuando comenzó la carrera. Los profesionales salieron en estampida. Trató de seguirles, aunque él no corría por llegar el primero. No. Sólo quería ganar a Loren. Ese año –ese año, sí– se había propuesto cruzar la meta antes que él. Durante unos minutos mantuvo el ritmo de los primeros. Luego, tuvo que bajar la velocidad. No veía a Loren por ningún lado. Bajó aún más el ritmo. Los corredores profesionales le dejaron atrás. Siguió corriendo durante un rato, sin dejar de pensar en Loren. Tenía que saber dónde estaba. Comenzaban a dolerle las piernas cuando le vio, unos metros por delante, corriendo con una zancada regular. Inalcanzable.
Microrrelato seleccionado en el II Concurso de Microrrelatos "Milla y Legua Julio Rey"
