domingo, 22 de febrero de 2015

El efrit

Y me pienso resarcir de esta incesante amargura, de este sufrimiento que dura ya mil años. Nadie puede imaginar lo que significa estar encerrado aquí dentro, en este jarrón de cobre. Ninguna pena, ningún pecado merece tal castigo. Juro que, si alguien me libera algún día, le mataré, acabaré con su vida. Esa será mi venganza. Estoy harto de permanecer en esta prisión y me pienso resarcir de esta incesante amargura, de este sufrimiento que dura ya mil años.

Microrrelato ganador del Certamen de enero del blog Ojalá Paula